Los últimos 5 días en Tenerife - Parte 1
Día de relax
La mañana siguiente me desperté pronto de nuevo. Pero esta vez tenía tiempo libre. Me quede en la cama viendo unos episodios de mi serie favorita en la televisión, ya que había quedado con nadie para desayunar ni nada parecido, lo que estaba muy bien. Solo había dos o tres cosas que se interponían en mi mañana de relax: que el restaurante que tenía desayuno tipo bufé cerraba a las diez de la mañana, que estaba muerta de hambre y que no sabía cuándo iba a venir la limpiadora a limpiar mi habitación de hotel, ya que cada día venía a una hora diferente. Como tenía mucha hambre me levanté, me puse algo cómodo y bajé a desayunar. Era bastante raro estar allí desayunando sola mientras ves como las familias y las parejas que están comiendo juntas se lo están pasando bien. Pero entonces recordé los modales de la pareja de mi madre y de repente me sentí contenta de estar sola durante unos días. Quería pasármelo bien los últimos días que me quedaban aquí, incluso cuando sabía que el fin de semana iba a ser estresante por el Carnaval, ya que las otras chicas querrían ir a todos lados y estar de fiesta toda la noche. Afortunadamente, a la chica vietnamita tampoco le gustaba mucho la fiesta, así que me alegraba haber encontrado a alguien como yo con quien podía recogerme pronto cuando salíamos por ahí.
Después de desayunar volví a mi habitación para cambiarme de ropa y prepararme para la piscina. Vi a la mujer de la limpieza en mi piso, así que tenía que darme prisa. Cogí mi bikini, una toalla y algo de beber y salí de la habitación. Fuera hacía sol y aunque hacía un poco de viento helado, tenía ganas de pasar el día en la piscina. Tenía pensado volver a mi habitación poco antes de las dos o de las tres de la tarde. También quería ponerme un poco morena antes de volver a Alemania, ya que durante la duración de mis prácticas había pasado como unas nueve horas dentro de un edificio incluso por la noche, así que aunque había cogido un poco de color, no parecía que había estado en un país en el que hace sol todo el tiempo. Así que me puse un poco de protector solar y me relaje en una de las hamacas que había en zona de la piscina. En Alemania las vacaciones acababan de empezar y por esta razón desde hace un par de días había un montón de familias con niños y no quería que me molestaran por la tarde mientras tomaba el sol. Pero de momento la piscina estaba vacía ya que la gente estaba de excursión, acababan de llegar o todavía se estaban preparando para la piscina. Disfrute el silencio ya que sabía que acabaría pronto e intenté dormir un poco mientras me daba el sol. Por desgracia, no soy una de esas personas que pueden dormir a gusto en cualquier sitio, así que estuve más bien en "trance", pero aun así fue genial. Sin vergüenzas, quejas o mal humor, solo estábamos el sol y yo.
Después de un rato me puse a leer un libro y a escuchar un poco de música, ya que los niños estaban empezando a hacer ruido. Por suerte no soy una persona que se moleste con facilidad, se puede decir que soy bastante buena ignorando cosas así. Cuando le eché un ojo a mi teléfono móvil para ver las noticias y mensajes vi que mi amiga vietnamita me había mandado historias sobre nuestro jefe de proyecto y sobre otros compañeros de oficina. Era muy gracioso leer lo que me estaba escribiendo, y como ella parecía estar aburrida empezamos a hablar por Hangouts. Que risas. Después me contó que tenía que terminar una cosa, así que dijimos de vernos por la noche en el restaurante italiano para hablar un poco y contarnos nuestras historias en persona. Tenía muchas ganas de quedar con ella, porque me gustaba pasar tiempo con ella y también empezaba a sentirme un poco sola entre tantas parejas y familias que estaban tanto en la piscina como en el hotel. Por supuesto, me había sentido sola durante estos últimos seis meses, pero aquí en el hotel se había intensificado, ya que antes me pasaba casi todo el tiempo trabajando o en casa por la noche. Aquí estaba "viviendo", por así decirlo, al lado de gente feliz. Cuando terminamos de hablar decidí nadar un poco en la piscina para moverme un poco y enfriar mi cuerpo de todo el sol que me había dado. El agua estaba un poco fría, pero después de un rato se estaba muy bien en ella. El problema era que había tantos niños tirándose pelotas y saltando a la piscina que me fui al jacuzzi, ya que estaba prohibido para niños, y después volví a tomar el sol.
Cuando empecé a aburrirme, mientras el sol empezaba a esconderse tras las nubes, me quede esperando un poco a estar seca para ir a mi habitación a relajarme, como todas las tardes. Una vez en ella estaría un poco viendo la televisión hasta que llegara la hora de cenar con mi amiga. Mi bikini tardó un poco en secarse, y como no hacía sol pero si viendo me estaba muriendo de frío. Podría haber ido a mi habitación con el bikini mojado y haberlo tendido en mi balcón, pero me daba pereza levantarme de la tumbona para volver a mi habitación. En cuanto se secó, recogí mis cosas y volví a mi habitación de hotel, dónde tras sacar las cosas de la piscina, puse mi toalla a secar. Tras cambiarme y ponerme algo cómodo me metí en la cama para ver algo en la televisión y dormir un poco. Aunque no pueda dormir mientras tomo el sol, podía quedarme durmiendo en una cama a cualquier hora del día. Después de relajarme un poco me di una ducha, me preparé para la cena poniéndome algo bonito, cogí mi bolso y salí de la habitación de hotel de nuevo.
Noticias de la oficina
Como he dicho previamente en mi entrada del blog, el restaurante italiano en el que había quedado con mi amiga vietnamita no estaba muy lejos del hotel. Estaba a tan solo unos quince minutos. Esperaba que ella llegara tarde, como siempre, pero esta fue la primera vez en seis meses que ella llegaba antes que yo. Nos reímos mucho de eso, ya que ella creía que yo había olvidado la hora a la que habíamos quedado o que me había equivocado de hora. Pero todo estaba bien, así que entramos al restaurante y nos sentamos en una mesa. Era muy pronto para empezar a cenar aquí en España, ya que eran las seis de la tarde, así que el restaurante estaba vacío y podíamos elegir dónde sentarnos. Pedimos unas copas y una mezcla de pasta especial en la que podías elegir entre tres tipos de pasta y tres tipos de salsa diferentes. Así tienes la posibilidad de probar cosas diferentes a la vez. Como solo había probado la pizza de ese restaurante italiano, me apetecía probar sus fideos. Cuando el camarero se alejó empezamos a hablar inmediatamente del trabajo y de la oficina. Mi compañera me contó las mismas historias que me había contado por teléfono móvil, pero esta vez en su totalidad, con gestos y con otros factores importantes que eran difíciles de transmitir de forma digital. Supongo que todo el mundo de alrededor pensaba que estábamos locas, ya que no paramos de reírnos desde que nos sentamos en la mesa. Me lo pase muy bien ahí estando con una persona normal, sin ninguna restricción o malos modales.
Después de terminar de hablar de todas las historias importantes nos pusimos a hablar de los cinco días que pase con mi madre y su pareja. Le conté todos los momentos en los que estuve molesta, por supuesto. También hablamos sobre el mal comportamiento de la pareja, y al igual que las historias de la oficina, eran mucho más graciosas cara a cara. Mientras hablaba de mis problemas de días anteriores, me sentía muy feliz de que alguien que se pareciese a mi tuviera la misma opinión al respecto. Ella se había convertido en mi mejor amiga aquí en Tenerife e incluso cuando no me lo esperaba cuando la conocí la primera vez, no sé qué hubiera sido de mí sin ella. Nos lo pasamos tan bien juntos, pensábamos lo mismo respecto a que hacer durante nuestro tiempo libre, ya que a ninguna nos gustaba salir de fiesta. Además, podíamos hablar de cualquier cosa y entender la opinión de la otra persona sin ningún problema. Y lo más importante es que no hubiera sido capaz de sobrevivir durante los últimos meses de mis prácticas como interna sin ella. Me siento mal por ella, ya que tiene que trabajar tres semanas sin mí, pero con los nuevos estudiantes internos seguro que hay un ambiente interesante en la oficina, así que no pasa nada. Pero de verdad puedo decir que me ha ayudado mucho durante mi estancia en la oficina y que seguiré en contacto con ella cuando vuelva a Alemania.
Después de que llegara la comida y tras la conversación acerca de nuestros jefes de proyecto y la mala conducta de ciertas personas nos centramos en la pasta, ya que tenía muy buena pinta. Estaba riquísima y fue una gran idea el haber pedido tres tipos de pasta diferentes con tres tipos diferentes de salsa. Después de un montón de comida y tras el segundo tipo de pasta nos encontrábamos muy llenas para seguir comiendo. Pero nunca nos dejábamos nada en los platos cuando salíamos a comer a un restaurante, así que nos esforzamos y terminamos con todo el plato de pasta. Nos tomamos un tiempo de descanso ya que estábamos llenas y no podíamos movernos. Aun así fue una de las mejores cenas que he tenido en Tenerife. Así que si alguno de vosotros pasa por la isla, id al restaurante italiano llamado "Arianna's" en el distrito de la Paz del Puerto de la Cruz. ¡Os encantará!
Después de comernos todo el plato nos quedamos un rato en la mesa ya que no podíamos movernos, pero al final el camarero nos convenció para probar un poco de panna cotta de postre. No sé por qué siempre nos pasaba esto cuando salíamos a comer a un restaurante, pero todas las veces acabábamos comiendo de más. No solo comíamos "un poco más" sino que comíamos tanto que después acababa pensando que no comería nada más en mi vida. Pero disfrutamos de la panna cotta que nos trajo tras unos minutos y después seguimos hablando sobre la oficina y la pareja de mi padre, ya que eran temas interesantes. Me estuvo hablando de los dos nuevos internos y me dijo que quizás podríamos cenar todos juntos la noche siguiente o el siguiente domingo. Me apetecía quedar con ellos, al menos una vez. Le dije que estaba libre todos los días, ya que la cena de mi hotel no estaba muy buena y siempre estaba tomando el sol en la piscina. Todavía no sabíamos los planes de los demás para Carnaval, pero sabíamos que seguro que saldrían por Santa Cruz al menos un día del fin de semana y nosotras no sabíamos si íbamos a salir con ellos o no. No nos gustaba mucho salir de fiesta de noche, pero queríamos ver el famoso Carnaval de la ciudad, ya que toda la ciudad no pasara de hablar del Carnaval. Así que decidimos esperar al día siguiente, ya que seguro que nos dirían algo sobre sus planes por un grupo de WhatsApp. Terminamos el postre y como mi compañera estaba cansada del trabajo decidimos pagar y salir del restaurante. El día siguiente queríamos hablar sobre los planes para Carnaval e incluso podíamos quedar de nuevo, así que quedamos en eso y nos fuimos a casa.
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