La ambigua fascinación por Praga

Hace unos meses estuve en Praga, una ciudad muy particular ya que encarna la verdadera evolución que ha tenido el arte a lo largo de los años.

Paseando por sus calles, si miras hacia arriba, podrás admirar monumentos arquitectónicos de diferentes épocas pero en perfecta armonía entre sí: como el gótico, el renacentista, el modernista y el barroco..., en fin, ¡una maravilla!

Si bien, lo que más me llamó la atención, es su atmósfera, gótica y oscura pero al mismo tiempo que contiene una chispa de magia que solo los más sensibles podrán apreciar.

El clima severo, si se quiere ir en los meses de invierno, os acompañará constantemente, sin embargo, si se elige el período estival, podréis ser acariciados suavemente por el sol despejado que alegrará vuestros días y por el viento fresco que caracteriza la mayor parte de las tardes.

La experiencia que recomiendo absolutamente es el paseo por el río en hidropedales (posiblemente hacia el atardecer para poder disfrutar al máximo de la luz rosada que caracteriza a esta ciudad) con el que podréis admirar otro rinconcito de Praga.