PRAGA CON VISITA II

Nos levantamos el domingo a eso de las siete de la mañana para coger el tren destino Karlovy Vary. Cogimos el bus número 52 que nos lleva a la estación y finalmente… PERDEMOS EL TREN. El siguiente pasaba una hora y media más tarde pero no fue un problema ya que era una buena oportunidad para darles a conocer la ciudad donde vivo. En Usti Nad Labem no hay muchas cosas que ver pero en una hora nos daba tiempo a que vieran las cosas básicas que tenemos (centro comercial, hotel…).

Subimos en funicular hasta el hotel para enseñarle el lugar desde donde se tiene la mejor vista de Usti Nad Labem. El funicular nos costó 32 CKZ  = 1,28 euros subir y bajar cada uno. Una vez arriba fuimos al laberinto (no consiguieron salir por el camino adecuado) y luego ya nos bajamos a coger el tren.

El tren también fue muy barato, aproximadamente seis euros cada uno ida y vuelta. Uno de los inconvenientes es el tiempo que tarda en llegar, dos horas. La verdad es que el viaje  se pasó bastante rápido porque íbamos hablando sobre cosas interesantes. No sabíamos muy bien donde teníamos que parar e íbamos bastante nerviosos por si nos pasábamos de parada, pero eso no sucedió.

Nos bajamos en la cutre estación de Karlovy Vary, que apesta y está bastante descuidada para la ciudad que es. Decidimos bajar hasta el centro andando aunque hay la posibilidad de bajar en bus o en taxi pero como era domingo no había buses con frecuencia ni ningún taxista esperando. Tardamos quince minutos en llegar al principio de la ciudad por lo que tampoco fue una locura no coger un bus o un taxi.

Una vez en una de las primeras calles que ves que puede ser “importante” decidimos buscar un sitio donde comer para organizar un poco lo que queríamos ver de la ciudad. El local de información que nos encontramos cerraba de 13:00 a 13:30 por lo que tuvimos que esperar cinco minutos para que abriera. Cuando entramos la chica nos dio un mapa gigante donde aparecían todos los puntos importantes de la ciudad. La verdad es que es una ciudad que te da tiempo de sobra a ver en un día.

Fuimos a comer a un sitio baratito y rápido para empezar a caminar. Se llamaba New York Burger y el camarero fue simpatiquísimo con nosotros. Os hablo de este sitio en el apartado de lugares. Cuando nos fuimos el chico nos dijo que si nos perdíamos o algo que no dudáramos en ir por allí a preguntarle cualquier cosa.

Comenzamos con una visita al museo del licor típico de República Checa (Becherovka), os la cuento en otra entrada. Continuamos con una gran pateada por la ciudad de Karlovy Vary y finalizamos en un bar con gente checa. Fue bastante entretenido el viaje y muy sorprendente la ciudad. Si algo malo tengo que decir es que la media de edad de la gente que vimos por allí es de aproximadamente cincuenta años.

Os dejo otra entrada hablándoos un poco de lo que es la ciudad y las cosas que podemos encontrar en ella. Si venís de Erasmus a Usti Nad Labem os recomiendo que “perdáis” un día en hacer una visita a esta ciudad, la más visitada de República Checa después de Praga.

El viaje de vuelta fue un poco más duro. Los trenes para volver solo pasaban a las 19:05 y a las 20:22 por lo que decidimos volvernos a las siete ya que nos sobraba tiempo y con dos horas de viaje era bastante duro tener que llegar a Usti Nad Labem a las once de la noche. La señora revisora del tren era un ogro pero nos reímos mucho a su costa porque nos hablaba en checo como si la entendiéramos. Una cabezadita y llegamos de nuevo a la lujosa (ironía) residencia donde me hospedo después de experimentar con los buses de Usti Nad Labem. Una cenita para llevar en el mexicano que hay debajo de la bolera y al lado del restaurante italiano, y todo listo para finalizar el día.

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