PRAGA CON VISITA I
Este fin de semana he recibido mi primera visita, mi hermana y su querido novio. Se quedaron tres días y medio y los aprovechamos bastante bien, los dos primeros días estuvimos en Praga y los dos siguientes días dormimos en Usti Nad Labem pero viajando a la ciudad de Karlovy Vary de la cual os hablaré en otra entrada.
Llegaron el viernes al aeropuerto sobre las cuatro de la tarde y cogieron el autobús “airport express” que les dejaba justo en la estación de tren en la que yo me encontraba al llegar desde Usti Nad Labem. El autobús tardo aproximadamente cuarenta minutos pero les cuadro un día donde había bastante tráfico así que no sé cuánto puede habitualmente.
Una vez reunidos en la estación de tren empezamos a buscar el hotel que habíamos reservado previamente en una de las páginas que os comenté en entradas anteriores. Estuvimos buscándolo bastante tiempo porque nuestra información previa sobre la localización del hotel era errónes. El hotel se llama “Royal Palace” y por lo que me imagino, existen varios hoteles en Praga que se llaman así, por eso nos confundimos de sitio. Pese a la equivocación el hotel estaba bastante cerca, justo detrás del museo de la plaza Wenceslao. Hay que meterse por un pequeño túnel donde hay una especie de puestos donde venden trozos de pizza y cuando sales ir dirección museo. Está justo en la primera bocacalle después de esto. El hotel fue bastante barato y acogedor pero tenía obras al lado y por la mañana hicieron un poco de ruido pero en el hotel te ponen una nota que te explica la situación y te regalan cuatro bebidas del mini bar por las molestias, todo un detalle.
Este mismo día, el día que llegaron fuimos a ver las cosas típicas de Praga (el reloj astrológico, el puente de Carlos…) pero ahora se hace de noche bastante temprano por lo que no merecía la pena caminar mucho para no ver las cosas, decidimos madrugar la mañana siguiente y dejarlo para cuando fuera de día. Por suerte, ellos se acordaron de que tenían un amigo Erasmus viviendo en Praga, le llamamos y nos ayudó con muchas cosas.
Esa noche fuimos a cenar a un restaurante del cual os hablo en el apartado de “lugares” (ya sabéis, dadle a me gusta allí también). El restaurante no era muy barato pero comimos muy bien. Pedimos el goulash (típico de la República Checa) y sándwich de pollo. El sitio era bastante turístico y nos intentaron vender previa cena, un chupito del licor típico de la República Checa (también os hablaré de este licor en otra entrada ya que fuimos a un museo donde nos contaron su historia y muchas curiosidades).
Al día siguiente madrugamos bastante y subimos hasta el castillo y la catedral. Cogimos la línea verde de metro que se encontraba al lado del hotel y nos llevó hasta la parte de abajo del castillo. Desde la parada anduvimos más o menos veinte minutos, pero merece la pena por las pedazo vistas que hay. Cuando acabamos el turisteo en esa zona bajamos andando hasta el puente de Carlos para ver el ambiente que hay por el día y cuando acabamos vino el amigo Erasmus y nos llevó en coche hasta un restaurante que el conocía. Este restaurante está a las afueras de Praga, fuera de todo lo turístico por lo que puedo decir que he descubierto un poco más de Praga. Allí también comimos comida checa (sopa de patata, pato con dupins de harina y patata…), estuvo bastante bien y me gustó muchísimo.
Luego nos llevó en su coche a la copia de “torre Eiffel” que tienen en Praga, es un mirador y muchísimo más pequeña que la Torre Eiffel de verdad. Yo todavía no había ido a esta parte por lo que me resultó novedoso e interesante. Decidimos subir y pagamos 100 CKZ = 4 euros por un adulto y 50 CKZ = 2 euros por estudiante. Casi doscientos escalones de altura para disfrutar de las mejores vistas de Praga, merece la pena el cansancio de subir para poder sacar fotos chulas de la ciudad. Eso sí, si tienes vértigo o algo semejante te recomiendo que no lo hagas porque cuando llegas a la parte de arriba del todo se mueve bastante.
Bajamos en una especie de tranvía que sube por la montaña y luego cogimos el tranvía normal para luego coger el tren. Parece mucho tiempo pero nos apetecía perdernos un poco. A ellos les sorprendió bastante la rapidez de las escaleras mecánicas del tren y lo empinadas que se encuentran, la verdad es que es algo que a todos nos sorprende. Cuando llegamos al destino deseado fuimos a comprar un postre típico checo que venden en la Plaza de Wenceslao que está delicioso, sabe como a canela… ÑAM!!
Finalmente cogimos el tren destino Usti Nad Labem y al llegar después de una hora y media de camino, tuvimos que subir con todas las maletas andando porque no pasaba el bus que nos dejaba delante de la residencia. Como no, subimos hicimos escala en mi Kebab favorito para cenar. Tuvimos un poco de dilema para entrar en la residencia sin que nos dijeran nada pero como somos muy listos conseguimos entrar pasando desapercibidos. Una vez en la residencia, presentación de mi dulce hogar y para cama que teníamos que madrugar para visitar Karlovy Vary al día siguiente.
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Comentarios (6 comentarios)
Orlando Álvarez Rodriguez hace 11 años
Toda una experta en la ciudad de Praga.
Mikel García Romeo hace 11 años
Bonita foto
Xan Garcia hace 10 años
Interesante
Diego Avendaño hace 10 años
Chupipandi en Praga, verano 2017 !
Alicia Álvarez Penela hace 10 años
En verano Praga creo que no debe molar nadita eh??
Diego Avendaño hace 10 años
Chupipandi en Praga, Invierno 2015!