Los secretos del Pazo de Lourizán

¡Hola a todos un día más!

Hoy vengo con una entrada muy especial en el bolsillo. Ayer por la mañana, antes de irnos a la uni, hicimos una mini-excursión a Lourizán y a su mágico Pazo (“palacio” en castellano). En la actualidad todo este recinto forma parte del Centro de Investigaciones Ambientales y Forestales. ¡Empezamos!

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El Pazo de Lourizán y los centros de investigación se encuentran en Pontevedra, enfrente de la fábrica de ENCE, ¡pero en el recinto no huele! Puntazo. Cerca del Pazo, se encuentra también la estación fitopatológica del Areeiro. El recinto es más pequeño que el de Lourizán, pero la Xunta le tiene más estima, dicen.

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Pero empecemos por el principio, el uso primario de esta finca (nada más y nada menos que cincuenta y cuatro hectáreas de jardín) era servir como granja. Hoy en día los únicos restos que lo atestiguan es el antiguo palomar. Más adelante, Gerano de la Fuente Domínguez construiría el Pazo. Eugenio Montero Ríos, ministro de Gracia y Justicia, utilizó este pazo como su casa de verano. ¡Y vaya casa! El jurista y político español también utilizó este lugar como foco de reuniones políticas. De hecho, en uno de los salones se negoció el Tratado de París (en el que se cedían las islas de Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam).

Montero Ríos, poco a poco, decidió ir plantando árboles por toda la finca, creando así diversos jardines y ampliando cada vez más el terreno. Progresivamente este lugar fue haciéndose famoso, hasta llegar al complejo naturalista que es hoy.

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Nosotros visitamos este lugar de la mano de Adán Domínguez (más conocido como “el chivas”). Se lo conoce de cabo a rabo porque estuvo trabajando en los laboratorios de investigación. Luego os detallaré cuál era su función. Llevábamos como un mes y medio planeando ir a visitarlo, pero por unas cosas y otras no pudo ser. Bueno, fuimos en coche hasta Lourizán, atravesamos una verja enorme (Montero Ríos mandó construirla) para adentrarnos y carretera arriba durante dos minutos, llegamos. ¡Cuidado! Por el camino hay muchos tritones que suelen morir atropellados. En ese tramo vimos que todo el recinto está adornado con diversas fuentes y como ya os imagináis, muchas plantas y árboles. No solo son objeto de estudio.

Lo primero que visitamos fue un invernadero de cristal, que nada más entrar, olía a tierra fresca. Como podéis ver en la foto, está lleno de diferentes tipos de plantas, llegando casi a una variedad infinita. Cada planta tiene una etiqueta con su nombre (en latín, la mayoría) y todas tienen un sistema de riego por goteo (en el invernadero, me refiero). Estuvimos en el invernadero sacando fotos y disfrutando de los diferentes olores de las flores.

Salimos del invernadero y seguimos caminando. Todo el recinto huele a jazmín y está rodeado de camelios. La camelia es una de las flores que representan Galicia, así que Lourizán está lleno de camelios para promocionar la cultura relativa al cultivo, cuidado y conocimiento de esta flor. De hecho, en Galicia existe la “Ruta de la Camelia” que pasa por distintos lugares como o Parque do Castro (Vigo), Casa-Museo Rosalía de Castro (Padrón), la Alameda de Santiago de Compostela y por supuesto, el Pazo de Lourizán.

Paseando por el terreno, nos dimos cuenta de que había varios invernaderos. Adán nos explicó que los primeros invernaderos (es decir, los que están más cerca de la entrada) son utilizados por gente que estudia y los invernaderos que están en la parte de arriba son utilizados por gente que trabaja. También hay un colegio/instituto que forma a guardias forestales. No sé cuántas personas pueden trabajar en total en el Pazo de Lourizán, pero yo diría que unas 200. Igual estoy diciendo una burrada, no lo sé. Fue la impresión que me dio. Jardineros, investigadores, mantenimiento, profesores…

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Adán también nos explicó que hace años, cuando empezaron a defenderse los derechos de la naturaleza, decidieron crear una parcela con árboles, llamada Parque de las Comunidades. ¿Por qué? Esta parcela hoy es un símbolo que representa el acuerdo al que llegaron todas las Comunidades Autónomas de España. De esta forma, en la parcela hay cuatro árboles característicos de cada comunidad.

Algo que también me llamó mucho la atención es que en Lourizán crece un árbol que fue candidato español para el “árbol europeo del año”, pero quedó en segundo lugar. ¿No os parece curioso que haya este tipo de premios? Yo no tenía ni idea. Al final, el que se llevó el primer puesto fue un árbol que es un pino-castaño. Sí, un árbol crecía dentro de otro. De todas formas, aquí os dejo el árbol que se llevó el segundo premio.

Pero sin duda lo que más me gustó fue el Pazo en sí. Arquitectónicamente es precioso. Lo que más destaca es su entrada, dos escaleras que dan a la puerta principal y todo adornado con estatuas. No se puede ver por dentro, desgraciadamente no está abierto al público, pero Adán nos contó que hay habitaciones con muestra de insectos, por ejemplo. Antes se podía acceder piso de arriba mediante unas escaleras de caracol. Ahora las tapiaron porque alguien rompió la cristalera para entrar al palacio. Las puertas del palacio tienen un grabado con dos iniciales: una “E” y una “A”. Estas dos letras son las iniciales de Montero Ríos y su esposa. El jurista español vivía en verano en este palacio con todo el personal de mantenimiento. Él quería que lo enterrasen aquí y así lo hicieron, aunque creo que luego lo desenterraron, pero desconozco el motivo. Aquí os dejo estas fotos. La verdad es que me encantan las fotografías que sacamos ayer, tienen mucho color y mucha vida. El palacio es todavía más impresionante rodeado de vegetación.

Seguimos caminando entre la naturaleza, había muchas fuentes y yo quería beber porque estaba muerta de sed, pero el agua no era potable, así que que a nadie se le ocurra echar un trago. Llegamos a una mesa enorme con vistas a toda la ría de Pontevedra (vistas que estropea la fábrica de Ence, peeero…) y a Berto se le ocurrió que era un sitio ideal para hacer una churrascada, jajajajaja.

Y caminando llegamos a la Fuente de los Espejos, siglo XIX. Es muy especial, parece la casita de un Hobbit o un gnomo. Es una gruta con una fuente en su interior y hay dos espejos dentro. El agua tampoco es potable. Es un sitio con mucha armonía. Otra fuente que también vimos es la Fuente de los Tornos, del siglo XVII, pero esta no es tan impresionante.

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Después, Adán nos estuvo enseñando el área entera de investigación. Nos enseñó el Departamento de Fuegos, el laboratorio de química o también conocido como “el de suelos”; el de fitopatología (patologías de las plantas); el secadero para semillas y un hórreo enorme que se utiliza como almacén. Luego nos explicó a qué se dedicaba él cuándo estuvo currando en Lourizán. Él trabajó en el departamento de Silvicultura y mejora forestal y se dedicaba a buscar la cura para pinos enfermos y así, seleccionar genéticamente a estos árboles para crear árboles más fuertes. Los cruzan entre ellos y al final lo convierten en un SÚPER PINO, ¡WOW! Adán jugaba un poco a ser Dios. Adán también nos advierte de que no solo se investigan pinos, sino todo tipo de árboles, hasta insectos.

Lourizán tiene especies de árboles y plantas de casi todo el mundo. Incluso cuentan con el helecho ("fento" en gallego) más grande jamás visto (por mis propios ojos). Lucy hizo de modelo, para que os hagáis una idea de su tamaño.

Si te gusta la botánica, este es tu sitio. Es un lugar mágico que hay que visitar sí o sí, y si es cuando empieza la primavera mejor que mejor: todo está lleno de flores. Además, visitarlo no cuesta ni un duro, chavales. Ni siquiera demasiado tiempo. Con dos horas como mucho, llega de sobra.

¡Y esto ha sido todo por la entrada de hoy! Compartid si os interesa o si os ha gustado. No hace falta irse muy lejos para poder disfrutar de lugares tan bonitos como este, ya lo veis en las fotos. Gracias un día más por leerme.

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