10 lugares de Pontevedra que no te puedes perder
Introducción
¡Hola a todo el mundo! Hoy os traigo una nueva entrada en la que os voy a hablar de mi ciudad natal: Pontevedra. Siempre digo que tengo muchísima suerte de haber nacido aquí, a pesar de que a veces el frío te cale los huesos y otras veces llueva durante dos semanas seguidas como si fuese a acabarse el mundo. Aun así, la provincia de Pontevedra tiene mucho que ofrecer, muchos sitios que descubrir, lugares que alegran la retina, que relajan y que consiguen que salgas de la rutina.
En otras ocasiones he dedicado una entrada completa a un lugar específico, pues tenía bastante información sobre cada uno de ellos y necesitaba explayarme, es el caso de Ons o Cíes. Sin embargo, hoy quiero mostraros diez lugares que no os podéis perder en Pontevedra, todo de una vez. El objetivo de reunirlos todos en una sola entrada es reflexionar sobre el fantástico y versátil lugar en el que vivimos, donde la naturaleza suele ser la protagonista. Yendo ya al grano, aquí os dejo diez lugares que considero que no os podéis perder si vivís en Pontevedra o si os pasáis por aquí de vacaciones.
1. En primer lugar, el puente colgante de Soutomaior.
Este puente que cruza el río Verdugo no está hecho para personas que sufren de vértigo, pues está bastante alto (aunque no lo parezca en las fotografías). Normalmente siempre hay gente tirándose al río, pues hay mucha profundidad y no es peligroso. El agua del río Verdugo suele tener una temperatura ideal para bañarse, mucho menos fría que la del mar. Además, está súper limpia, para nada contaminada.
De hecho, uno de los días que fuimos grabamos algunos vídeos con la GoPro y se veía perfectamente a nosotras y al fondo de lo cristalina que es el agua. Justo al lado del puente, hay una pequeñísima playa para poner tu toalla y tumbarte. Normalmente no suele estar muy concurrida y suele haber espacio pero si no, siempre puedes tumbarte en la tierra, que suele estar recubierta por hojas. Mi recomendación es que no solo os quedéis en el puente, podéis ir río abajo y descubrir las diferentes partes del Verdugo. Hay zonas donde el río baja con más fuerza y otras donde está más en calma, pero la naturaleza y sus sonidos siempre te rodean y es realmente relajante. En conclusión, pasar una tarde en el río, zambulléndote en el agua desde el puente puede ser un plan perfecto para una tarde de verano. Totalmente recomendado.
Además, muy cerca de aquí se encuentra el castillo de Soutomaior, que también merece una visita: su muralla y los arabescos de sus jardines son dignos de una visita.
2. Río Lérez.
Hablando de ríos, cambiamos el río Verdugo por el río Lérez, en Pontevedra. Os recomiendo un sitio específico del río Lérez, donde existe una presa y puedes bañarte con tranquilidad ya que hasta este tramo la corriente del agua no es para nada fuerte. Lo mejor de este lugar son las dos cuerdas amarradas a los árboles, desde donde puedes impulsarte y tirarte al agua. Está siguiendo el camino hacia arriba de la playa fluvial y existen dos caminos para ir. El primero es un camino de tierra. Caminas rodeada de naturaleza, plantas y troncos de árbol justo al lado del río. Como caminata está bien, no es muy intensa pero te cansas lo suficiente como para que te siente de maravilla darte un chapuzón en el río. En segundo lugar, puedes ir por el otro lado del río, donde existe un camino de madera en una parte del trayecto. La otra, caminas por la carretera. Para llegar a la cuerda, debéis cruzar el río por un puente verde oscuro que está situado al lado de una estación de bombeo, que recoge el agua del río para suministrarla a la ciudad de Pontevedra. La ruta es bastante más larga pero nosotras nos paramos justo donde está situada la cuerda. Al principio tirarse da un poco de impresión, pero una vez lo haces te das cuenta de que no es para nada peligroso. En conclusión, nos encanta este lugar así que vamos varias veces durante todo el verano. Si os apetece practicar senderismo o descubrir un sitio nuevo, venir hasta aquí puede ser una buena idea.
3. Mirador de Chans.
Dejando a un lado los planes acuáticos, ahora os quiero hablar de un mirador. El mirador de Chans. Está situado en el ayuntamiento de Bueu y recomiendo ir hasta allí en coche, aunque otra opción bastante frecuente es ir hasta allí en bicicleta. Aparcáis vuestro coche y vais hasta el mirador, donde la panorámica de todo el pueblo de Bueu y de la ría de Pontevedra es increíble, sobre todo con la puesta de sol. Justo delante de la valle de madera del mirador, hay una explanada, perfecta para tirarse en parapente y aterrizar en la mejor playa de Pontevedra: Lapamán. Chans también suele ser un lugar bastante frecuentado por niñas/os pequeñas/os, bien para celebrar un cumpleaños, jugar al fútbol o simplemente pasar un día en familia. También es el lugar perfecto para practicar senderismo, correr y estar en contacto con la naturaleza. Aquí os dejo dos fotos del lugar.
4. Monte Santa Tegra.
Hablando de miradores, nos transportamos al Monte Santa Tegra (Santa Tecla en español). Descubrí este lugar hace relativamente poco. Mi amiga Sandra me llevó allí porque sabía que me gustaría y efectivamente, no se equivocaba. Este monte está situado en A Guarda, a 340 metros de altura, y cuando lo ves desde la ciudad, no puedes llegar a imaginarte que esta montaña está poblada por antiguos castros donde habitaban los celtas. Lo más cómodo es subir en coche pues el terreno es bastante empinado, además hay mucho sitio para aparcar. Cuando nosotras fuimos, estábamos totalmente solas, lo que fue un puntazo.
La entrada cuesta 1€, es un precio simbólico. Con la entrada te dan un folleto con información sobre el lugar, donde te cuentan que en ese poblado vivieron hasta 3000 personas, que sorprende bastante. Estos castros tienen forma ovalada, pequeña y parecen estar desordenados y casi totalmente pegados, sin apenas espacio entre ellos. La razón por la que este poblado está situado en esta montaña es porque desde aquí, el poblado tenía cierto control sobre todo el área de alrededor. Desde allí arriba, las vistas son impresionantes. Puedes ver toda A Guarda, parte de Portugal y el encuentro del río Miño con el océano Atlántico. Si visitáis el Monte Santa Tegra, podéis aprovechar e ir hasta ciudades como Valença do Minho, pues están bastante cerca y vale la pena.
5. Monte del Facho.
Continuando con la cultura castreña, es el momento perfecto para mencionar el Monte del Facho. Seguramente sea el lugar más conocido de toda esta entrada, pues está al lado de Cabo Home y enfrente de las Islas Cíes. Aun así, me apetecía mencionarlo y hablar un poco sobre él ya que me parece uno de los mejores lugares de toda la provincia de Pontevedra.
Como he dicho antes, los celtas buscaban lugares altos para asentar sus civilizaciones ya que de esta forma, tenían un mayor control sobre el territorio que les rodeaba. Por este motivo, en la cima del Monte del Facho, en Donón, pueden verse los castros de una antigua civilización celta. El esquema se repite: formas ovaladas y bastante pegadas unas con otras. Este lugar no solo ofrece cultura sino que también es un sitio perfecto para relajarse. Las vistas en sí dejan a una casi sin respiración, sobre todo cuando el sol se pone. He visitado este lugar miles y miles de veces y nunca me cansaré de hacerlo. Es otra panorámica diferente de la ría de Pontevedra, desde donde pueden verse varios puntos interesantes: Cíes, Cabo Home, Cabo Udra, Ons y Onza. Si visitáis el Monte del Facho, es visita obligatoria recorrer el cabo donde están situados varios faros que caracterizan a este lugar, junto con los acantilados, la flora, diferentes playas de arena blanca y el mar. Resumiendo, a Costa da Vela. Sin duda, algo que no os podéis perder.
6. Mirador de Redondela.
Y acabando ya con los miradores, aquí os traigo un mirador en Redondela, donde está situado “el mejor banco del mundo” (¿cuántos hay ya? ). En definitiva, desde aquí tenéis una vista increíble a la ría de Vigo, donde el puente de Rande es el protagonista, además de todas las bateas que están a su alrededor. Toda esta panorámica la podéis contemplar desde unas piedras enormes, donde hay que tener cuidado al andar pues nos encontramos a una gran altura. Justo aquí se encuentra el famoso banco que ha sido el protagonista de tantas fotografía con su frase “Galiza, it’s diferent”. Hace algunos años el banco fue destruido en un acto de vandalismo pero se ha vuelto a reconstruir.
No creo que fuese a propósito, pero sin duda este banco ha sido una muy buena idea para potenciar el turismo en este lugar. Aquí os dejo unas fotos del día que estuvimos allí.
7. Coto Wagner.
Sin movernos de ayuntamiento, en Redondela también se encuentra el cargadero de Rande: Coto Wagner. Este lugar es muy diferente a los anteriores que os he enseñado, pero precisamente por eso me apetecía incluirlo en este post, porque es original y no es lo que se suele visitar. Nos costó un poco encontrarlo, pero este cargadero abandonado se encuentra justo detrás del puente de Rande, dirección contraria a la entrada de la ría, y puede verse desde el mirador de “el mejor banco del mundo”. En una primera impresión, puede resultar poco atractivo, pero lo cierto es que este lugar abandonado tiene cierto encanto. Tiene forma de L, estructura metalizada y además, lo visitas bajo tu propio riesgo. De hecho, hay carteles donde te advierten de que el paso está prohibido pero todo el mundo va igualmente. Todos los días los pescadores se reúnen en la punta de este cargadero, que por cierto, se dice que suministraba a los alemanes en la Segunda Guerra Mundial. Es un área completamente abandonada, rota en algunas partes donde hay que tener cuidado al andar. Las fotos que podéis encontrar en Google no le hacen justicia, así que aquí os dejo las que yo saqué. Por cierto, vistas inigualables al puente de Rande.
8. Torres de Oeste
En el municipio de Catoira, visita obligatoria a Torres de Oeste. Si por algo es conocido Catoira, es por su pasado vikingo. Estas torres se ordenaron construir tras ahuyentar a los vikingos de un ataque así que podemos decir que su principal función es defender. Están situadas en el río Ulla, justo antes de donde desemboca. Justo aquí cerca, existe un paseo de madera bastante largo y bonito, rodeado por plantas que recuerdan a las plantas de trigo, bastante altas. Es un lugar ideal para desconectar, relajarse y pasear.
En Catoira también se encuentra As Lagoas das Pedras Miudas, bastante cerca de allí, aunque mi recomendación es ir en coche. Esta “lagoa” se encuentra detrás de unos molinos y desde allí también podemos ver una panorámica estupenda. Este lago es el resultado de una cantera abandonada, que con el paso el tiempo y la acumulación de las lluvias, dio lugar a esta pequeña “lagoa”. Creo que no es muy conocida así que, espero haberos descubierto un lugar nuevo para visitar y conocer un poquito más el lugar donde vivimos.
Visité Catoira por pura casualidad pero la verdad es que me encantó. Pequeño, muy agradable, con historia y sitios para conocer. Recomendadísimo también.
9. Paseo por el muelle de Beluso y más allá.
Es una pequeña parte de Bueu, una mini-bahía cuyas aguas en verano son de color azul claro y además, cristalinas. Es un paseo muy agradable hasta el muelle, donde hay muchos barcos y desde donde nos tirábamos cuando éramos pequeñas. La arena de la playa no es muy fina y el agua está bastante fría, pero se está muy bien. Justo aquí hay dos restaurantes muy conocidos, para probar buen marisco. Estos son A Centoleira y Restaurante Playa de Beluso. Justo al final del muelle, se encuentra una “casa que navega” diseñada por el arquitecto Ramón Vázquez Molezún, quien tiene un reconocimiento internacional y ha recibido varios premios. Continuando por la única carretera que hay, dejaremos poco a poco el asfalto y nos adentramos en la naturaleza. Durante este sendero solamente tendremos que seguir el litoral. El camino es bastante intuitivo y nos llevará a hermosas calas por toda esta costa, pasando por Punta Arbosa y Punta Trimiño.
10. Playa de Ouriceira.
Dejándola para el final porque es un lugar especial para mí, esta pequeña playa en Poio, Pontevedra. La playa en sí no es increíble, si la comparamos con otras de la zona. Aun así, en el pequeño monte que está situado a la izquierda de la playa, mirando hacia el mar, justo allí se encuentra esta especie de “trampolín” de madera, por el que puedes saltar al agua durante la pleamar. El agua es cristalina y azul. Aquí os dejo esta foto que me hizo mi amigo Antonio, allá por el mes de mayo de 2018. Ese día estuvimos prácticamente solos, apenas había gente porque todavía no era verano y el sol se ponía bastante pronto, lo que dio puntos extra a esta pequeña playa.
Y hasta aquí la entrada de hoy. Espero que hayáis descubierto algún lugar nuevo para vosotras/os y que os animéis a descubrir más por vuestra cuenta. Gracias por leerme y nos vemos pronto.
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Comentarios (6 comentarios)
Fátima chamadoira hace 5 años
Qué emociones tan profundas. El terruño es el terruño y de una hermosura hipnótica.
Claudia Costas hace 5 años
Como se suele decir "no hace falta irse muy lejos".
Aurora Cerviño Otero hace 5 años
pues eso yo aun no estuve en o facho asi que tengo ue ir a conocerlo.
Fátima chamadoira hace 5 años
Me ha asombrado mucho la fotografía en la que se te ve subiendo por una estructura metálica. Es increíble ¡con lo que te asustan las alturas! Y sobre todo, ¿quién fue el valiente que se situó más arriba para tomarla? Es divina, con esos viejos hierros...
Luis Tesouro Daquinta hace 5 años
Me sigues sorprendiendo con lugares que "aún" no conozco. Pero por poco tiempo...
Claudia Costas hace 5 años
Muchas gracias por los comentarios, Luis, Fátima y Aurora. Me alegra que os guste.