Varsovia/Cracovia

A finales de enero, para empezar bien el año y cambiar un poco de temperatura, ¡unos amigos y yo decidimos irnos a Polonia! ¿Por qué no? Fue como con Rumanía antes de irme de Erasmus, nunca me hubiera imaginado que acabaría yendo a este país, ¡y menos aún cuando las previsiones del tiempo habían anunciado -15 grados! Por una vez llego con tiempo al aeropuerto de Varsovia (un pequeño inciso, fijaos bien a la vuelta, hay dos aeropuertos en la ciudad). Lo primero que se nota diferente al llegar es la respiración al salir del avión, el aire es tan fresco que te congela las entrañas al respirar (puede que para quien esté acostumbrado no, pero para mi que no estaba acostumbrada, duele... ). ¡Pero bueno, eso da igual! La moneda de allí era el Zloty, es más barato que el euro obviamente. Aquí van unos consejos: ¡ni se os ocurra ir con un vestido corto y unas Vans! Llevad unos zapatos adecuados y un buen chaquetón, porque de verdad que hace mucho frío. Además no hagáis como nosotros, organizaos un poco el viaje. Es muy difícil improvisar en esta ciudad. ¡Eso es todo!

Fui directa al centro histórico de la ciudad, donde estaba mi albergue. El centro histórico de Varsovia es muy pequeño para ser una capital. Es muy mono, pero la verdad es que no tiene mucha vida. No contéis con este sitio si queréis iros de fiesta toda la semana, ¡esta no es precisamente la zona que estáis buscando! Pero eso nosotros no lo sabíamos. Para empezar, la primera noche fue muy emocionante. Fuimos a un bar en el barrio de Praga. Todos los barrios estaban muy bien comunicados y me había parecido oir que en ese barrio (Praga) había más ambiente. Tras el problema de Varsovia, nos llevó unos días darnos cuenta de que en esa ciudad costaba mucho encontrar los buenos sitios por donde se sale. Mucha gente nos contó que la capital era muy cerrada, y que las fiestas eran más bien "underground", vamos, que si no estás al corriente de eso, ¡estas un poco j****o!

Total, que el segundo día fuimos a pasear un poco por la ciudad, y como por aquel entonces estábamos en Navidad, habían muchas manifestaciones religiosas, celebración de los reyes magos, etc. De pronto todo el centro estaba vivo y decorado por todos lados. Por la tarde, fuimos al parque Lazienki, que se encuentra en el barrio Srodmiescie. Os lo aconsejo, es un parque magnífico que tiene un palacio en el medio rodeado de agua. Además, si vais en invierno el agua está totalmente congelada y pudimos pasar por encima del lago, ¡fue mágico! También tuvimos la suerte de que fuimos a la misma vez que cayeron las primeras nevadas en Varsovia, lo que hizo que el momento fuera más bonito todavía.

Lo malo de esta época es que anochece sobre las 15:00h, ¡los días se pasan volando!

En cuanto a las fiestas, nosotros salimos sobre todo por los bares. Y no es un mito, el vodka de allí es impresionante. Yo, que no soy muy fan, se que no tiene nada que ver con el que hay en Francia. Mi consejo es que probéis el Soplika de avellanas... ¡está buenísimo! Aunque cuesta bebérselo a palo seco, merece más la pena bebérselo tranquilamente. Y que yo recuerde, ¡los precios no eran nada caros!

También fuimos a muchos restaurantes. A ver, de especialidades tenéis: el gulash, los dumpling y los otros que tienen nombres bárbaros como los kotlet schbowy, los bigos, los placki ziemniaczane... ¡y eso es todo! ¡Si no os viene nada a la cabeza es normal! Me acuerdo de un restaurante en particular que era bastante barato y ponían platos con una bestialidad de comida. Si lleváis tres días sin comer y tenéis hambre, id al Podwale. ¿Y después? A dormir.

Al final no nos quedamos mucho tiempo en Varsovia y decidimos que preferíamos irnos antes a Cracovia. Teneis que saber que Cracovia había sido la capital de Polonia hasta hace poco, y eso se nota en la ciudad. El centro de la ciudad de Cracovia era pequeño pero tenía mucha más vida que el de Varsovia. La ciudad está muy concentrada y es magnífico. ¡Hay bares en cada rincón, callejones por todas partes, y sitios escondidos por todos lados! No dudéis en adentraros en los pequeños enclaves que parece que son privados pero que por lo general no lo son, siempre te llevas una buena sorpresa.

Fuimos al castillo de Wawel, que sobresale de la ciudad y desde ahí puedes ver un panorama de la ciudad, ¡totalmente al completo! Además, el exterior del castillo está muy bien para pasear. No visitamos el interior al final.

Todavía quedaba por ver todo el centro de la ciudad, la plaza central, que se llama "la plaza del mercado", donde podéis encontraros con grandes mercados donde los artesanos vienen a exponer sus creaciones, y la preciosa basílica de Notre Dame (Kosciol Mariacki). También os aconsejo que vayáis a ver además el barrio judío Kazimierz, que tiene mucha reputación por sus galerías de arte, sus bares de ambientes vanguardistas.

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