DS9, el lujo de vivir entre amigos.
Bueno, aquí estamos de nuevo, un post más de este Blog que tanta ilusión me está haciendo escribir. Tras unos días de viaje, como Erasmus que soy, vuelvo a mi habitación, a mi residencia. Es sobre esto mismo de lo que hoy quiero hablaros.
Para empezar, he de comentar que un servidor nunca había vivido fuera de casa, sin embargo, difícilmente podré olvidar esta experiencia a lo largo de mi vida. Esa sensación de vivir en una habitación, pero sentirte como si cada una de las habitaciones que ocupan este pasillo fuera una más en la que poder entrar, porque dentro están las personas con la que lo compartes todo durante un año y que, en tan solo dos meses que llevo aquí, ya ha conseguido acogerme hasta el punto de llegar a sentirlo como mi nuevo hogar, mi nueva casa, aunque solo sea por un año.
Os contaré primero un poco la historia de esta residencia y que podáis haceros una idea de cómo es realmente, a la par que intentaré haceros llegar lo más importante para mi, quienes forman parte de esta nueva familia, aquellos con los que comparto aventuras e historias cada día que paso entre estas paredes.
Como ya os conté en el antiguo post, tanto Manolo como yo fuimos los primeros en entrar en este edificio. Un edificio que se construyó a lo largo de este verano totalmente nuevo. Es por ello por lo que, muy probablemente, sea la residencia mejor equipada de las que hay en el campus. Sí, he dicho la mejor equipada, no bien equipada. En cuanto a estructura está bien puesto que aunque la habitación es compartida, cosa que a día de hoy agradezco, ya que primeramente he tenido una grandísima suerte como la de saber de antemano quién iba a ser mi compañero de habitación, Manolo, un amigo mío de Sevilla y de la Universidad. Si bien es cierto que jamás había convivido con alguien, al igual que no sabía como podíamos compenetrar Manolo y yo en una habitación de pocos metros, lo que a día de hoy está claro es que ha sido un acierto enorme, puesto que las cosas no podría funcionar mejor entre ambos.
La residencia es bastante simple, 4 pasillos a lo largo de los cuales se reparten las habitaciones. Las habitaciones, a su vez, son chicas de tamaño, con un baño incluido para los dos residentes, dos mesas de escritorio con sus sillas y una pequeña nevera. Es cierto que las habitaciones no son muy grandes para dos personas, pero como bien dice mi madre, menos para limpiar, cosa bastante cierta y que se agradece, jejeje.
En el pasillo, común para todos, encontramos una cocina (Kuchnia) con tres hornos, tres vitrocerámicas y dos lavabos. No es gran cosa, pero normalmente funciona bastante bien, salvo que todos nos pongamos a cocinar a la vez, lo cual es bastante raro, ya que cada uno mantiene sus costumbres y seguimos sin amoldarnos al horario polaco.
Además de la cocina, encontramos una habitación en la que se encuentra la lavadora con espacio para poner los tendederos (Pralnia). Quizás esto sea posiblemente lo peor de la residencia, puesto que, partiendo de la base de que somos Erasmus y que, al igual que yo, la mayoría de los que estamos aquí es de las primeras veces que ponemos una lavadora, el hecho de que sólo haya una para todo el pasillo hace que se formen colas para ponerlas, teniendo un tiempo limitado para poner una lavadora y secar la ropa, aunque esto último siempre acabe haciéndose en las propias habitaciones, puesto que cuando le toca el turno al siguiente aún está la ropa por secar.
El resto del pasillo está ocupado por las distintas habitaciones, sumando un total de 26 habitaciones, más la Kuchnia y la Pralnia, 28 en todo el pasillo.
Detrás de cada puerta, de cada número de habitación, se esconde una historia, dos compañeros que, al igual que pasa con Manolo y conmigo, comparten 24 horas, día tras día. Es ahora cuando querría hablaros de cada una de ellas, no de todas puesto que no sólo somos españoles, sino que también tenemos turcos, italianos, polacos, lituanos, griegos… No falta la variedad por estas paredes, aunque sí es cierto que la mayoría somos españoles.
En primer lugar, tenemos la habitación 104. En ella encontramos a la primera española, bueno medio africana, puesto que vive en Las Palmas de Gran Canarias. Ella es Mónica (Monique, para mí). Es cierto que en un principio no tuve mucho contacto con ella, sin embargo a día de hoy puedo decir que es una gran persona. Últimamente he estado más tiempo con ella y, sin duda, es una buena amiga. Junto a ella, como compañera, se encuentra Francesca (más comúnmente conocida como “la Paca”). Italiana y muy amable, siempre da gusto hablar con ella puesto que, aparte de ser simpática, puedes practicar el inglés con ella.
Pasamos de un salto a la habitación 107. En esta habitación podría decirse que quizás ocurran cosas raras y, muy posiblemente, uno de sus motivos es la extraña mezcla de razas que se da en ella. Por una parte tenemos a Dimitri (nuestro partyman and gentleman particular), griego. Siempre se lo digo, un auténtico caballero, usa las palabras correctas en los momentos oportunos, y siempre sin dejar de mostrar su caballerosidad con una postura de piernas juntas, cabeza alzada y un agradable “How are you, man?”. Si bien es cierto, tiene unas frases que siempre repite, sea el día que sea, sea la hora que sea; “Hello man, I’m Dimitri, I’m from Greece, whats app?, tonight party? Ok, tonight party.” Es dimitri, que le vamos a hacer. La complicación viene con su compañero, Alex, lituano, sin duda una persona bastante rara ya que, si entráis en su habitación, lo primero que veréis será una mesa de escritorio entera llena de manzanas. Llamadme raro, pero no es lo primero que pienso ver en una habitación de estudiante. Si a eso le sumamos que no habla con nadie, que no sale, y que parece el primo de Iniesta, tenemos una persona que, sin duda, eclipsa al grandísimo Dimitri.
En la 108 encontramos otras dos españolas, Cristina y Carmen, unas chicas que, aunque no tengamos un roze especial, son parte al igual que todos de la gran familia que formamos aquí. Sin duda son super simpáticas y siempre da gusto hablar con ellas.
De izquierda a derecha, Cristina, Carmen, Mónica y Rafa.
Llegamos a la 109, en la que encontramos a dos valencianas (como Comunidad Autónoma). Hablamos de Paula y Bárbara. ¿Qué puedo contar de ellas? Desde el primer día tengo una relación con ellas bastante buena y espero que no cambie en todo el año, ya que son dos buenas amigas. Paula, de Valencia, es una gran persona a la que por suerte he conocido este año, y que espero no perder la amistad nunca con ella, ya que en tan solo dos meses, parece como si nos conociéramos de hace tiempo, quizás sea por su pasado sevillano. Por otra parte tenemos a Bárbara, de Castellón. Podría rellenar un post entero hablando de ella sin duda. No se pierde ninguna, ha dado, y seguirá dando, mucha vida a esta residencia, sobre todo por las noches, ¿verdad Bárbara? Jajaja. La compañera de secretos y aventuras, otra buena amiga encontrada en esta ciudad, aunque se le haya caído más de una copa en mi cuarto...
Bárbara (izquierda) y Paula (derecha).
En la 110 encontramos a un chaval, Inda. No hay vez que no nos crucemos que no nos digamos algo del tipo: “Puto Inda”, “puto Javi”, esa es nuestra conversación, y con eso basta para decírnoslo todo jajaja. Al principio empezó un poco apartado, hoy sin duda forma parte de la familia de hombres que hemos formado en Olsztyn. Los toros que nunca fallan, el grupo temido allá por donde va. Su compañero es un polaco, Pawel, que he empezado a conocer hace poco. Es un buen chaval, inofensivo, otro más dominado por la Spanish House Mafia, la cual se ha hecho con gran parte de estos dominios, por no decir de la totalidad.
Pawel (izquierda) e Inda (derecha).
La 112 se trata de una habitación en conflicto actualmente ya que Rafa, de Madrid, no está muy contento con su compañero, como no, turco, bastante pesado. De Rafa sólo puedo destacar dos grandes cosas. Una, es que se trata de un tío muy simpático, con el que siempre puedes hablar. La segunda, y más importante, al menos para mí, es que es un hermano de colores, no es del Betis, como yo, pero es del Atleti, del equipo sufridor por excelencia, al igual que el Betis, aunque es cierto que hace ya unos años que está a un nivel increíble. Los dos cantamos canciones del Atleti ya que, personalmente, me encanta la afición que tienen, y que a mi parecer se asemeja mucho a la de mi Betis, puesto que siempre está a las buenas y, sobre todo, a las malas. Hablo mucho de fútbol con él, y eso se agradece ya que, posiblemente, sea mi mayor pasión.
Dimitri (izquierda) y Rafa (derecha). Como vemos, Dimitri con su postura siempre elegante.
Llegamos a la 113 de la que, hablaré al final, junto al grupo de habitaciones que forman la Spanish House Mafia.
En la 114 tenemos de nuevo a dos chicas. Por un lado, Idaira, de Madrid. Es una gran persona, se preocupa por cosas que nos atañe a todo, lo cual se agradece bastante. Super simpática y, creo, adicta a las compras, como más de una por aquí, jajaja. Hace poco vino su novio, mi tocayo Javi, y me cayó bastante bien. El poco tiempo que estuvo aquí hice buenas migas con él y, como ya le dije, espero que vuelva por estos lugares, ya que lo esperaremos con los brazos abiertos. Como compañera tiene a Garazi, del País Vasco, cosa que le achaca por aquí con frecuencia, pero que sin duda es el claro ejemplo de que, como en todos los sitios, hay de todo, y no todo el mundo es igual. Que los prejuicios debe uno dejarlos a un lado, para conocer a una persona y, entonces, juzgarla. Sin duda Garazi, aun teniendo poco contacto con ella, es una buena tía que me alegro haber conocido. Simpática, amable, la cual nunca te negará un saludo o una conversación, y divertida.
Garazi e Idaira (de izquierda a derecha).
En las siguientes habitaciones tenemos polacos y polacas que, como es de costumbre en ellos, apenas conozco, ya que son antisociales. Solo sé que empiezan a beber vodka a eso de las 7 de la tarde, y ya no paran. En fin, es otra cultura, a mi desde luego no me gusta, pero cada uno hace lo que quiere. Yo, como español, prefiero ser un poco más social.
La habitación siguiente es la 124. Otras dos mujeres, María y Marta, de Castellón. La primera de ellas siempre se ha portado muy bien conmigo, lo cual le agradeceré eternamente. Ha estado ahí cuando lo he necesitado y, para mí, con ese tipo de gestos, me tiene ganado por completo. Una chica muy buena, simpática, divertida. Una muy buena amiga que agradezco haber conocido gracias a mi Erasmus. Marta, por su parte, es la bondad en persona, siempre con una sonrisa en la cara (La sonrisa de Olsztyn, como yo le digo), da gusto conocer chicas así, siempre me río con ella y para mi, reírse es sin duda lo mejor que puedes hacer en la vida, por lo que pienso que sobran las palabras con ella. Espero conocer a su novio algún día para decirle la suerte que tiene.
Marta (izquierda) y María (derecha) junto al loco de Enzo.
En la 125 y 126 tengo mi particular familia, ya que las cuatro son andaluzas como yo, y eso, como se dice por nuestras tierras, se lleva dentro y es diferente a todo lo demás.
La 125 la habitan mis dos niñas de Huelva, bueno, una de Huelva y otra de Lepe (sí, sí, donde los chistes jajaja). La de Huelva es Cristina, no se puede ser más simpática que ella, siempre me acoge en su habitación, aunque más de una vez haya ido a dar por culo, siempre se está riendo y eso no lo cambio por nada. Aunque sea de Huelva, ha trabajado en Sevilla, y eso se nota jajaja. Su compañera, Alba, aunque me meta con ella todos los días porque es de Lepe, y para mí eso sigue siendo una aldea, es sin duda una de las mejores personas que he conocido aquí. Por suerte, hemos creado una confianza mutua que hace que nos contemos todo, y cuando digo todo, es todo. Para mí, estas cosas, son lo más importante que se puede tener con otra persona, confianza, respeto. Además, siempre está riéndose, chillando, cantando, es la alegría de estos pasillos, como no, andaluza. Si es que eso se lleva en la sangre. Siempre estamos de bromas, discutiendo con una sonrisa, y picándonos mutuamente. Doy gracias por haberla conocido.
En la 126, Fátima y Eli, de Sevilla y Málaga respectivamente. Fátima (o simplemente Fá) es la mami de las cuatro, la cocinera de Olsztyn, la mano que hace de la comida un placer. Desde luego, más quisiera tener yo alguien como ella que hiciera de comer de esa manera, simplemente increíble. Lo malo, que nunca me invita, por más que intento convencerla, por más que lucho por que un día me haga de comer, nada, no hay manera, jajaja. ¿Cuándo probaré sus albóndigas o sus lentejas? ¿O su pastel de carne, o sus fajitas…? Podría seguir, pero mejor no lo hago que se me está haciendo la boca agua. Nuestra conversación más habitual se da siempre en la cocina (Kuchnia) y es la siguiente:
- “Ayyy mi niña”
- “Mi sevillanoooo”
- “¿De comer qué?”
- “Pues zapiekanka” (panini malo polaco), muy nutritivo! Jajajaj es ironía, “tú ¿qué?”
- “Lentejas”
- “Joder, ¿enserio?, pero, ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿por qué?”
- “Hijo es que vaya lo que comes…”
Cómo comprenderéis, tengo una clara envidia por su comida, pero bueno, sigo confiando en que algún día me invite…
Tan sólo una, de las muchas comidas que provocan mi envidia.
Eli es mi niña malagueá, mi chiquitina, el bichejo de las cuatro. Siempre que nos vemos no falta un abrazo. Es muy deportista, cosa que agradezco, lo único malo es que es del Málaga, equipo que personalmente no me cae muy bien, pero bueno se lo perdono. Estoy esperando a traerme las botas de fútbol después de Navidades para poder jugar con ella porque no lo hace nada mal, aunque no llegue a mi nivel… ¡No cambies nunca porque vales mucho bichejo!
Eli, Alba, Fátima y Cristina (de izquierda a derecha). Mis andaluzas.
Esta es, en parte, la familia formada por la DS9, con la falta de los integrantes de la Spanish House Mafia. Esta familia hace que cada día sea una nueva aventura, una nueva historia que se escribe a lo largo de estos pasillos. Siempre puedes acudir a cualquiera de las habitaciones que os he comentado, puesto que siempre serás bienvenido en cada una de las historias que forman los dos compañeros que la habitan. Es como una pequeña parcela de cada tierra, un pequeño rinconcito de cada ciudad, ambientado con la costumbres de cada uno, cada uno de ellos diferente del de al lado.
Sin embargo hay una persona que, aunque se encuentra en otra residencia, la DS10 (justo enfrente de la nuestra), no puedo dejar de mencionarla puesto que se trata de la persona que más conocía antes de venir y la que, después de esta aventura, acabará siendo mi mejor amiga, puesto que siempre está y estará ahí. Cada día que pasa estoy más contento de que nos dieran el mismo destino, ya que no me imagino una compañera mejor. Ya la conocéis, ya os he hablado de ella en antiguas entradas. Hablo de María, mi niña de tierra hueca (es de Badajoz y siempre le digo que esa tierra está hueca, cosa que le pica bastante jajaja). No tengo palabras para ella, simplemente es mi niña, a la que siempre cuidaré y la que cuida de mí. Sin duda, en tan solo dos meses he podido ver como es 24 horas del día, y sólo puedo decir que se lo merece todo. Ya es muy especial para mí, y espero que cuando todo este año acabe, pueda decir con seguridad que es una de las mejores personas que conozco y que nuestra amistad no se acabará nunca. Si le puedo reprochar algo es que se come mi chocolate, bueno el mío y el que vea, tiene un serio problema de adicción al chocolate, pero bueno, ella lo lleva bien y sigue segura de que en Navidades hará dieta, cosa que no se cree ni ella porque viendo como se ponen en su familia de embutidos buenos (y lo se porque lo he comprobado yo mismo), hasta yo dudaría de mí mismo jajaja.
María y yo.
Y ahora, por fin, es el turno de la Spanish House Mafia. Ese grupo que se ha creado como de la nada y que, a día de hoy, es el claro dominador de todas las situaciones que puedan crearse en Olsztyn. Once hombres, once toros españoles que cada vez que se juntan, se sabe que algo va a pasar, algo se está mascando, lo cual podréis comprobar cuando os hable de los distintos viajes que hemos hecho juntos. Se trata de un grupo de amigos, en el que podrá haber discusiones, puntos de vista diferentes, pero sobre el que predomina el respeto, la amistad, la generosidad y, sobre todo, la confianza plena en que el que está a tu lado no te va a fallar. Lo cierto es que nunca llegué a pensar que pudiera pasar algo así y, en tan sólo dos meses, puedo ver como este grupo del que os hablo jamás podré olvidarlo. Un grupo en el que nos hacemos favores unos a otros, en el que siempre vamos remando juntos pase lo que pase, en el que cada uno de los que lo formamos, queremos lo mejor para todos, y siempre hacemos lo imposible para que cada minuto que vivamos juntos sea inigualable. Uno por uno, iré contando algo sobre ellos, ya que cada uno de ellos aporta algo que hace al grupo aún mejor, y que hace que nunca paremos de reír.
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Oscar (también conocido como “Orkar”). Es un tío que siempre está ayudando, siempre te escucha. Aunque nos metamos mucho con él, nunca se enfada, porque ante todo, y algo que nadie podrá reprocharle, es una persona muy buena, y eso lo valoramos todos. Siempre se porta bien, se trata del angelito del grupo, aunque viendo como evolucionan las cosas, creo que va a llegar a Valencia hecho un toro más de la manada
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Jorge (muyayo), ya os he hablado con él. El amigo perfecto, el que siempre te hecha una mano con lo que haga falta. Pocas cosas me quedan por decir de él. Simplemente agradecerle todo porque es un crack. No puede faltar en el grupo, anima todas las noches, siempre dispuesto a darlo todo. Su frase más temida a la vuelta de fiesta, a la vez que es la que más deseo escuchar, es: “Vamos a reventar la nevera”. Estoy convencido que en casa de este amigo, estarán extrañados al ver que la comida les caduca si no está él. No me imagino esa familia comprando el doble para cuando mi muyayo sale de fiesta, jajaja. Se lo merece todo y, algún día, iré a Canarias a pasar unos carnavales juntos, tal y como me ha prometido. Nunca cambies hermanito, porque eres muy grande.
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Pablo, de Valencia, es nuestro gogó particular. El tío se marca unos bailes en las discotecas a la altura de pocos. Es un muy buen amigo y una grandísima persona. Aunque no está en la residencia, es uno más de los nuestros. Se puede hablar de todo con él, y siempre de buen rollo. Pedazo de tío.
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Raúl, de Sevilla. Éste es un caso aparte, el famoso “Parara”. Se trata de un sevillano más que se caracteriza por atrapar a sus hembras presas mediante unos movimientos de cadera inalcanzables para el hombre humano. Siempre se está riendo, como buen sevillano, y es una de las alegrías del grupo sin duda. Pieza clave.
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Pablo, también de Sevilla (el largo). Mi guardaespaldas oficial, teniendo en cuenta sus dos metros de altura (seguramente sea menos, pero así queda más terrorífico). Si es grande de altura, más grande tiene el corazón. Él y Raúl viven juntos en un piso, piso que en parte también es nuestro, ya que casi siempre que salimos acabamos en él. Una persona que he conocido aquí por suerte, pero que es obvio seguiré viendo en Sevilla, ya que se está convirtiendo en uno de mis mejores amigos aquí. Gracias por ser como eres “enano”.
Pablo, Manolo, Jorge (arriba) y yo (abajo).
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Diego, Dieguito, Didi, Bertello, (el birras). Es de Canarias, al igual que Jorge. Que os voy a decir con él. Sin duda la revelación del Erasmus. Todos pensábamos que iba a ser un tío calladito cuando llegó (yo, el primero). Hoy en día se trata del que mejor se lo ha montado clarísimamente. Nunca le faltará su birrita en la mano, es de esos que te plantean algo sin preguntarlo directamente, por ejemplo algo así: “Entonces hoy no salimos, ¿no?” jajajaja. Es único y, aparte de todo esto, es una persona increíble, educado como el que más, siempre con buenos gestos, buenas intenciones, siempre ayudando, generoso, humilde. Me alegro muchísimo por haberlo conocido, ya que, con este tipo de personas se puede aprender mucho, y aprender cosas importantes en la vida.
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Enzo (o Jack Sparrow), es el único que, aunque no sea español, es una pieza clave del grupo. Es italiano, de la ciudad de Bari. Nunca faltan dos cosas con él: comida (mayormente pasta italiana, al dente, increíble) y aventuras e historias sobre su familia y la mafia de su ciudad. Es un auténtico personaje, aparte de que está completamente loco. A veces, incluso, demasiado loco. Pero del que todos deberíamos aprender, ya que siempre está ofreciendo a los demás, siempre dispuesto a ayudar en lo necesario, con una sonrisa en la cara, siempre haciendo bromas. No nos puede faltar en el grupo, porque sin él no sería lo mismo. Al principio no sabíamos muy bien como podía encajar, ya que su forma de vestir y su cara de loco no le ayudan mucho, pero una vez que lo conoces te das cuenta que pocas personas has conocido antes tan buenas como él. Enzo, “you are the best, the boss!”. Junto con Diego habitan la número 123, habitación importante en este pasillo.
Enzo (centro) y Dieguito (derecha) conmigo en una noche de Olsztyn.
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Pau, de Valencia. Muchos rumores comentan que su verdadera identidad no es esa, sino que se trata de Sauron, from Mordor. Yo personalmente creo que es Pau de día, Sauron de noche, pero no es algo que se pueda asegurar, solo él lo sabe. Sea quien sea, lo que sí es seguro es que estamos ante la responsabilidad del grupo, la voz de la conciencia, el que guía el camino. Tal y como le digo muchas veces, debería haber estudiado para ser locutor de radio en algún programa nocturno sobre entrevistas bohemias, estilo “el loco de la colina”. Sin duda yo llamaría para hablar con él. Es un grandísimo chaval, una persona digna de conocer. Por suerte, puedo decir que es mi amigo, ya que es una suerte tener amigos así. Gracias por todos los momentos que haces pasar al grupo y por estar siempre ahí.
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Álvaro (el pertur), compañero de Pau y valenciano también. Juntos dan vida a la habitación 113, sin duda una habitación muy especial para mí, ya que es mi segunda casa, podría decirse que la 105 y 113 forman una única casa, en la que todo es de todos, de los cuatro. Qué queréis que os diga de este personaje, pues simplemente que es mi mejor amigo aquí, que siempre me ayuda, que siempre comparte, que siempre está cuando se le necesita. Pocas veces hemos discutido por algo, y cuando lo hemos hecho ha durado como 5 minutos acabando siempre de la misma manera: “Como me voy a enfadar contigo tonto, que eres tonto” jajaja, esto último para que quede claro de que es tonto. No tengo palabras para hablar de él, todo lo hacemos juntos, todo lo compartimos, no hay ni un día que no hagamos algo juntos. Siempre pensando cosas, siempre planeando nuevas historias. No puede faltar en las noches, sin él todo es diferente. Doy gracias por haber conocido a alguien como Álvaro, y espero que nuestra amistad dure mucho. Estoy deseando ir a Valencia a conocer a su familia, y él de venir a Sevilla a conocer a la mía. Desde el primer día hubo una conexión entre los dos, y estoy seguro que seguirá siendo así el resto del año. Su mote le viene por sus extraños ataques de ira, lo que sumado a su cuerpo y su altura, hay veces que da miedito, pero sabe que conmigo no tiene nada que hacer jajaja.
Jorge (muyayo), Pablo (el largo), yo (el duende) y Álvaro (el pertur) de izquierda a derecha.
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Manolo, mi compañero, (el conde Brakula, con B de Barbate). De él pocas cosas os puedo decir que no sepáis ya. Una persona que a base de convivir día tras día, minuto tras minuto, me enseña valores de la vida importantes que antes puedes no darte ni cuenta, y que ahora veo como necesarios. Respeto, amistad, alegría, generosidad, humildad, apoyo… Cosas que con él nunca faltan. Eres mu grande Manolo, pero creo que eso no hace falta que lo escriba, ya que estoy seguro que tú ya lo sabes. No cambies nunca y todo te irá bien, porque no te mereces menos. Siempre recordaré estos días en los que, sin tener nada que hacer, siendo un día normal y corriente como otro cualquiera, miro para un lado y veo que estás ahí y que puedo hablar contigo de lo que haga falta. Siempre te agradeceré como te portas conmigo. Siempre serás mi hermanito grande. Además, por las noches se transforma de Conde Brakula, el señor del Paprika, el agente de la Pavía, y nunca faltan las risas con él. Hasta el punto de habernos recogido todos una noche, y esperar a que llegara él para dormirnos con su inigualable espectáculo. No podemos parar de reír una vez que empieza, y yo, con la suerte de ser su compañero de habitación, agradezco esto como el que más, puesto que no creo que exista nada mejor que acostarse después de haber reído sin parar, con una sonrisa en la cara.
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Por último estoy yo, o eso creo, me llaman el duende verde, porque aparezco y desaparezco de la nada, parece que no estoy pero aparezco por ahí, pero no voy a hablar de mí, no está bien. Además, me basta con saber lo que piensan ellos, y eso lo noto cada vez que están conmigo.
Manolo y yo.
Estos diez amigos, hacen que cada día aquí sea una nueva aventura, una nueva historia que recordar para contar algún día y no parar de reír. Sólo hay algo que reprochar, que siempre, pase o que pase, y sea el día que sea, se acaba bebiendo y reuniéndonos en mi cuarto, y no gusta ver por las mañanas cómo ha quedado. Pero bueno, aquí es donde se agradece que los cuartos no sean grandes, y donde recuerdo esa frase de mi madre “menos para limpiar”, que razón llevaba…
De izquierda a derecha: Manolo, yo, Raúl Parara (escondido), Pablo de Valencia, Pablo "el largo", Jorge muyayo y Didi (como no, con su cervecita).
Oscar, Álvaro, Jorge, Diego, Pau, Pablo (Valencia), Manolo y yo (arriba). Pablo y Raúl (abajo).
Haciendo una de las nuestras, y una de las mejores. Muchas risas...
Spanish House Mafia.
Spanish House Mafia, junto a las columnas de Paprika, en honor a nuestro Conde Brakula, rey del Paprika.
Este grupo, junto a los demás que os he comentado, forman la gran familia de Olsztyn, que no toda, puesto que me dejo en el camino personas que viven en piso y que ya iréis conociendo, puesto que hoy el tema iba sobre mi residencia, a lo que he añadido algunos de piso porque son miembros oficiales del mejor grupo de amigos que he podido conocer en la vida, la Spanish House Mafia, temida y conocida por toda Polonia, y algunos países europeos por los que ya han ido dejando rastro, y por los otros tantos que ya lo harán.
Muchísimas gracias a todos y cada uno de vosotros por hacer que cada día sea irrepetible, por hacer de mi año de Erasmus algo que jamás olvidaré, y por ser parte de los recuerdos más bonitos que voy a tener jamás. Sois ese recuerdo que seguirá vivo cada vez que os vea o hable con ustedes a lo largo del tiempo. Tendremos mil y aventuras para recordar, y otras mil y una más que nos quedan por vivir.
Familia de la DS9.
Aquí acabo mi relato sobre mi nuevo hogar, un hogar del que espero no separarme jamás, porque siempre lo recordaré. Un lugar donde cada minuto se vive como si fuese el último, porque algún día todo esto acabará, pero estoy seguro que podré decir orgulloso que he vivido mi Erasmus como se merece, aprovechando cada segundo de esta experiencia irrepetible, y con una compañía inmejorable que siempre recordaré.
Espero que os haya gustado y que sintáis, al igual que yo, que vivir en estos pasillos es un auténtico lujo y una auténtica suerte. Yo, un día más, saldré al pasillo y visitaré cada una de esas habitaciones, cada una de esas historias que tanto alegran los días y que tan vivo te hacen sentir…
Familia de Olsztyn.
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Comentarios (19 comentarios)
Javi Soto hace 11 años
Aquí os dejo mi residencia, y los que la hacen especial. Espero que os guste
Carles Orchillés hace 11 años
Estas rodeado de la mejor gente. Enhorabuena!!!
Javi Soto hace 11 años
Sin duda el mejor, gracias!
Paola Soto hace 11 años
una pregunta, en la cocina hay dos lavabos o dos fregaderos??????
Mangeles Palacios hace 11 años
Que horror: con tantos buenos amigos que son como tus hermanos ¿cuantos sobrinos tengo ahora???? ¿a todos los tenemos q hacer HERMANOS DE LA CENA???? Besos pata todos.
inmaculada soto sanchez hace 11 años
Como siempre una naracion perfecta quiero maaaasssss
Manolo Argüeso Picchi hace 11 años
no se puede explicar mejor! t ha faltado hablar de nuestra queriday entrañable recepcionista mas conocida como "la gorda" que aunque no forme parte de la familia se merece una mencion.
Paula Agulló Rosa hace 11 años
Javi te queremos Firmado: la 109
Lorena Soto Palacios hace 11 años
Chiquilloooo!!!cuanta gente!!claro, acostumbrado a tener la familia tan numerosa que tienes....allí no seria pa menos no?me alegra muchisimo que estes tan bien rodeado,y espero que sea verdad que te cuidan tan bien como hacen, porque aunque yo no sea muy amante del frio....como no te cuiden voy a tener q ir para leerles la cartilla a todos eh??y sabes que no me da miedo nada!jajaja!!muxos besitos
Francisco Javier Soto Sanchez hace 11 años
q pedazo de entrada vaya pecha de reir no me reio mas en mi vida aqui ai mas lios q en la que se avecina mi hermano es el recio el president manolo es el enrique su delfin maria el la raquel q esta buenisima jajaj el jorge es parrales el alvaro es el coke "sabe a limon"la fatima es la goya to el dia cocinando croquetas i el de la cervecita es el vicente jajaja caña aqui el vividor follador no se lo adjudico a nadie xq no se quien le da mas al tema jaja bueno adios colegas ya en feria os vere q voi pa ya esperarme enn
Francisco Javier Soto Sanchez hace 11 años
el de antes e sio yo el alvarito no os confundais
Francisco Javier Soto Sanchez hace 11 años
tengo ganas de ver aparecer al duende verde por sevilla tu madre
Jorge Rodríguez Romero hace 11 años
"por las noches se transforma de Conde Brakula, el señor del Paprika, el agente de la Pavía" Esta frase es mortall jajjajaajaajjaja
Oskar Sánchez Bratanek hace 11 años
Tío, mejor explicado imposible, y aún quedan muchos momentos, ánimo ;)
Alba Angulo Dominguez hace 11 años
Enhorabuena de nuevo campeón!
Javi Soto hace 11 años
jjaajajajajajjajaajajjajaaja enanooooooooo eres el mejoorrr jajajajaj lo has clavaoo jajaajjajaajaja eres bueniisimoo, como no con la que se avecina jajajaj tu no cambiesss jajajaja a los demass muchass graciass de verdad...cabezon, hermanitoooo, ya sabes que el vividor folladoor aqui y en todos lados siempre sere yoo jajajaajaja
Rocio Carmona Soto hace 11 años
jajajaja
Rocío Soto Sanchez hace 11 años
Me alegro por ti,por todo lo bueno que te pase
Rocío Soto Sanchez hace 11 años
Ya queda poco para la noche buena