Unas horas en Pisa
¡Hola otra vez! Hoy os traigo el último capítulo de Italia. Se trata de la ciudad de Pisa, famosa por su torre inclinada, que ya he visitado dos veces. Podemos decir que Pisa es una ciudad “de paso”. No es extraño afirmar que no es la ciudad más bonita ni más interesante de Italia, pero eso no quiere decir que no merezca la pena dar un paseo por sus calles. Como os digo, Ángel y yo estuvimos en Pisa de pasada, ya que veníamos de Cinque Terre y cogíamos nuestro vuelo de vuelta en el aeropuerto de Pisa así que invertir unas horas en explorar la ciudad fue algo obligatorio. Matábamos dos pájaros de un tiro.
Empezando fuerte, voy a hablar de la Torre de Pisa. Situada en la Plaza del Duomo junto a dos construcciones más es la atracción turística más famosa de esta ciudad. Todo el mundo está allí, todos los turistas se sacan fotos haciendo el amago de aguantarla, ya sea con la mano, con los pies, o con lo que se les ocurra en el momento, pues muchos intentan ser más originales que los demás. De hecho, la foto más original que he visto con la torre se trata de una donde aparece un cucurucho de helado y justo encima, la torre, que parece que forma parte del helado y que está dentro del cucurucho. No sé si me explico.
Por si no lo sabéis, la Torre de Pisa comenzó a inclinarse poco a poco. Tuvieron que deshacerse de 70 toneladas para que se mantuvieran en pie. Finalmente, años más tarde, cuando estaban seguros de que no se derrumbaría, abrieron las puertas al público. A día de hoy se puede subir a la cima de la torre (aunque creo que tienes que ser mayor de 18 años), pero ojo, mejor vete temprano porque la cola de espera puede ser interminable.
Al lado de la torre, se encuentra la Catedral de Pisa y el Baptisterio. Sinceramente, estas dos construcciones deberían tener más protagonismo. Para mí, son mucho más interesantes, arquitectónicamente hablando, a pesar de que la Torre esté inclinada. Yo me quedé asombrada cuando los vi, sobre todo porque los tres edificios forman un conjunto muy armonioso. En mi opinión, no es algo que pueda valorarse individualmente.
La zona del río Arno con todas esas casitas de colores cálidos también es bonita y vale la pena recorrerte toda la orilla. Aquí se encuentra el ayuntamiento, todos los puentes y el edificio que más llama la atención por su color azul intenso. Este río justamente pasa por Florencia, después por Pisa y desemboca en el mar de Liguria. Aquí os dejo algunas fotos que saqué ese día.
Para que toméis nota, los restaurantes de alrededor de esta Plaza son bastante caros y muchos de ellos se nota que son de mala calidad. De hecho, también en la Plaza del Duomo hay varias heladerías y te quieren vender la moto de que los helados son artesanales pero no es cierto. Además de que son muy caros: una bola cuesta dos euros. Bueno, para comer mejor, os recomiendo que os alejéis un poco de la Torre y pasear por las callecitas que hay cerca de allí, que también tienen esa esencia italiana.
Nosotros comimos en un restaurante que se llamaba Alla Goccia. Tenían terraza con manteles a cuadros rojos y blancos, típico de Italia, pero nosotros preferimos comer dentro porque hacía un poco de viento. Allí tomamos la pizza caprichosa, mozzarella con jamón serrano y de postre un tiramisú y helado de trufa blanca. Buen menú. Lo cierto es que la trufa es bastante común por esta zona de Italia así que en los puestecitos de los mercados también explotaban mucho este hongo. Pero ¡ojo! El helado no es de trufa, es crema de chocolate blanco pero la llaman así porque la forma se parece mucho a este hongo comestible. Leíamos “tartufo” por todas partes: risotto de tartufo, pasta de tartufo, pizza de tartufo, etc. Por supuesto, también se vendía en el aeropuerto. Tartufo por todas partes. El restaurante no fue caro y el servicio muy bueno así que os lo recomiendo.
Este restaurante estaba justo al lado de la Piazza dei Cavalieri. Aquí también se encuentran edificios muy bonitos: un palacio con una fachada muy bien decorada y una iglesia. Aquí también sacamos algunas fotillos.
Como curiosidad, explotan muy bien la Torre de Pisa y otras obras del arte italiano. Había mil imanes diferentes de la torre y también delantales con el David de Miguel Ángel. De hecho, en un delantal bastante gracioso aparecía el David pero con un pene inmenso. A mi amiga Pilar le hizo tanta gracia que no pudo resistirse y lo compró para regalárselo a su padre. También vimos algunos paquetitos que dentro tenían pasta italiana pero con la forma del pene del David. Está claro que la imaginación no tiene límites.
Como dije antes, Pisa es una ciudad de paso y por lo tanto, punto estratégico. Se pueden visitar ciudades próximas como Lucca. El trayecto hasta esta ciudad tiene su encanto porque es muy toscano. Además, desde el aeropuerto de Pisa hay un autobús directo a Florencia solamente por 8€. Y bueno, ya sabéis que las Cinque Terre están ahí al lado. Por si esto fuera poco, Pisa tiene muchísima oferta con compañías low cost así que si estáis atentas/os, podéis coger un vuelo barato seguro.
En definitiva, no creo que Pisa sea la ciudad de vuestros mejores sueños, pero sí vale la pena visitarla. ¡Y hasta aquí el post de hoy! Con esto, doy finiquitada la sección de Italia. Espero que os haya gustado y nos vemos muy pronto, con un nuevo país.
Galería de fotos
Contenido disponible en otros idiomas
- Italiano: Alcune ore per le vie di Pisa!
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Comentarios (2 comentarios)
Fátima chamadoira hace 6 años
No sabía que habían tenido que descargarla de tantas toneladas. Increíble. Ni imagino cómo lo hicieron. Gracias por descubrirnos estas anécdotas.
Claudia Costas hace 6 años
Yo también me sorprendí. Menudo trabajo.