Desde fuera, parece un pequeño restaurante en el que no cabrían más de 8 personas. Pero en cuanto entras y desciendes al piso inferior te encuentras con un lugar increíble, decorado al dettalle y con distintas salas temáticas, siempre relacionado con la historia de Perugia. Solo por el ambiente que se respira en el restaurante ya merece la pena reservar una noche en este restaurante. La carta, que está impresa en distintos libros, no es excesivamente amplia, pero todo lo que hay en ella contiene platos típicos de la cocina umbra. Como destacable los tagliatelle al tartufo, pero todas las veces que fui probé algo nuevo y nunca me decepcionó.
Es sin lugar a dudas una opción magnífica para pasar una noche un poco más especial en Perugia.