VIAJE A PARÍS – DÍA 3: Visita a los museos de París
Os voy a seguir contando nuestro viaje a París. En la anterior entrada os contaba el segundo día de viaje en el que visitamos los monumentos y los sitios más famosos de París, desde la Torre Eiffel hasta la Catedral de Notre Dame, pasando por todos los puentes y todos los monumentos que se encuentran a las orillas del río Sena. Un día muy bien aprovechado que nos cansó bastante y que hizo que el siguiente día fuéramos más relajados.
En esta entrada os contaré lo que hicimos el tercer día, donde visitamos dos de los museos de arte más importantes de la ciudad.
Día 3
Empezamos la mañana otra vez temprano (pero no mucho porque estábamos cansados) para poder desayunar en el bufé libre del hotel. El personal del comedor ya nos conocían, quizás por el “ruido” que hacemos los españoles cada vez que salimos fuera de nuestro país.
Nuestro primer destino en este día fue el Museo del Louvre. De nuevo, cogimos un metro para llegar al lugar.
El museo está situado en el antiguo palacio real del Louvre. Al llegar allí pudimos ver la plaza en la que se encuentra la famosa pirámide de vidrio.Alrededor de la pirámide hay una especie de plataformas donde los turistas se suelen subir para hacerse una foto como si estuvieran agarrando la punta de la pirámide.
Nosotros accedimos por la entrada de la pirámide. Por suerte, no había mucha cola, por lo que no nos llevó mucho tiempo entrar en el museo.
Una cosa que nos sorprendió fue que no tuvimos que pagar, ya que la entrada es gratuita para los menores de 26 años ciudadanos de la Unión Europea. De todos modos, la entrada general comprada en el museo vale 15€.
El museo está abierto todos los días, menos el martes y algunos días festivos, desde las 9 de la mañana hasta las 6 de la tarde, aunque los miércoles y los viernes abre hasta más tarde. Hay visitas guiadas, pero nosotros decidimos ir por nuestra cuenta ya que queríamos ver todo por nosotros mismos e investigar.
Si bien es cierto que no pudimos ver el museo entero porque tampoco queríamos pasar allí todo el día, sí vimos algunas de las esculturas y las pinturas más importantes.
Por ejemplo, pudimos ver una de las esculturas más famosas de la antigua Grecia y también una de las más importantes del museo, la Venus de Milo, que se expuso en el museo por primera vez en 1821.
También pudimos ver entre las esculturas la Victoria de Samotracia, también proveniente de la Antigua Grecia.
Algunas salas tenían magníficas pinturas en el techo, como este cuadro de L'apothéose.
Y por supuesto, también pudimos ver uno de los cuadros más famosos del mundo, La Gioconda o La Mona Lisa de Leonardo da Vinci. Si bien es uno de los espacios más visitado, es también un cuadro que ver al menos una vez en la vida. Eso sí, con la cantidad de gente que suele haber sacando fotos poco se podrá ver.
Después de ver todo lo que pudimos (ya que parece imposible ver todo el museo en un día), buscamos un sitio cercano para comer. Como seguíamos en nuestro plan de ahorrar lo máximo, volvimos a acabar en un kebab.
Nuestro próximo destino era el Museo de Orsay, a unos 15 minutos del Museo del Louvre. Tengo que decir que este museo me gustó bastante más.
El Museo de Orsay abre todos los días, menos el lunes y algunos días festivos, de 9:30 a 18:00, si bien el jueves abre hasta más tarde. Otra vez, pudimos entrar en el museo sin pagar entrada, ya que también es gratis para los menores de 26 años ciudadanos de la Unión Europea. Normalmente, la entrada general vale 14€.
Por supuesto, pasamos bastante tiempo en la sala de Van Gogh admirando obras como uno de los autorretratos del pintor, el cuadro de L'Église d'Auvers-sur-Oise, y mi favorita de la sala, la Nuit étoilée sur le Rhône.
También pasamos mucho tiempo viendo los cuadros de Monet como el de Le Bassin aux nymphéas, harmonie verte, además de otras muchas obras del museo.
Los últimos minutos en el museo los pasamos buscando el cuadro de Olympia, de Manet. Para encontrarlo tuvimos que preguntar a uno de los trabajadores, que nos respondió amablemente.
En nuestra búsqueda pasamos por el restaurante, desde el cual pudimos ver el gran reloj del museo.
Terminamos nuestra visita bastante tarde, a pocos minutos de que el museo cerrara. Cogimos el metro otra vez para llegar al hotel.
Para cenar decidimos economizar otra vez y traer comida del Mcdonalds que estaba cerca del hotel. No comimos la mejor comida de Francia pero sí ahorramos bastante.
Así se terminó el tercer día de nuestro viaje y el tercer día en la capital de Francia. En la próxima entrada os relataré el cuarto día de nuestro viaje y el último en París, en donde visitamos un par de lugares que nos quedaron por ver en nuestro segundo día, y el comienzo de nuestro viaje a Dunkerque, nuestro próximo destino.
¡Hasta la próxima!
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