VIAJE A PARÍS – DÍA 2: Visitando los monumentos de París
Sigo contando nuestro viaje a París. En la anterior entrada os contaba el primer día del viaje, donde me perdí de noche por la ciudad de París al intentar llegar al Hôtel Opera Lafayette, ya que terminé en un hotel con un nombre muy parecido. Al final, el día terminó bien y conseguí llegar al hotel donde me reencontré con mis amigos.
En esta entrada os contaré lo que hicimos el segundo día, donde visitamos algunos de los sitios más importantes de la ciudad.
Día 2
Empezamos la mañana bastante temprano para poder desayunar en el bufé libre del hotel. Aunque no me apetecía desayunar mucho en ese momento, tenía que aprovechar y desayunar bien, ya que habíamos pagado y nos esperaba un largo día por delante.
Cuando terminamos de desayunar, nos dirigimos a la estación de metro que estaba más cerca de nuestro hotel para visitar el primer sitio y el más importante: la Torre Eiffel.
En el metro no tuvimos problemas ya que la máquina de billetes era sencilla y tenía diferentes idiomas. Lo ideal siempre es coger un abono diario o semanal, ya que así nos saldrá más barato y podremos utilizarlo sin tener que perder el tiempo en las colas que suele haber en las máquinas. Eso sí, tenemos que tener cuidado para no perder el billete.
Una cosa que encontré curiosa es que, además de inglés y francés, los anuncios de las paradas de algunos trayectos estaban en español. Por lo demás, aunque parezca muy complicado al haber un montón de líneas, si sabes a qué sitio quieres ir no es tan difícil, ya que solo hace falta fijarse en la línea que nos conviene y en el nombre de las paradas.
Al llegar a nuestro destino, la plaza del Trocadero, pasamos bastante tiempo allí haciendo fotos y admirando la torre que hace famosa a la ciudad. A pesar de que el día no era muy bueno, se podía ver bien la Torre Eiffel, y la poca niebla que la cubría dejaba una estampa curiosa.
Seguimos el camino a lo largo de la Cité de l'Architecture et du Patrimoine, un museo de arquitectura y escultura, para llegar al río Sena y seguir paseando a lo largo de la orilla. Así teníamos una vista constante de la Torre Eiffel y empezamos a ver los numerosos puentes que cruzan el río.
Al cruzar el Pont de l'Alma, encontramos la estatua de la Flamme de la Liberté, una réplica de la llama de la antorcha que lleva en la mano la Estatua de la Libertad de Estados Unidos.
A continuación llegamos al Pont Alexandre III, uno de los puentes más emblemáticos de la ciudad. Enfrente de este puente pudimos ver el Grand Palais y el Petit Palais. Ambos museos fueron construidos para la Exposición Universal de París celebrada en 1900 y forman parte de los monumentos más famosos de la ciudad.
Después de dar un paseo por los jardines que se encuentran detrás de estos museos, decidimos ir a comer, ya que eran casi las dos de la tarde, hora normal a la que solemos comer pero que se suele traducir en hora a la que los franceses empiezan a cerrar los restaurantes. Por suerte, me imagino que al ser una gran ciudad turística, los restaurantes cierran más tarde, por lo que pudimos escoger entre varios. Eso sí, eso es lo peor de una gran ciudad turística: tiene muchas opciones y nunca sabes qué restaurante escoger sin que se aprovechen de ti. Al final nos decidimos por uno al azar, un restaurante griego en el que pude degustar una ensalada.
Al terminar de comer, seguimos nuestro camino. Estábamos cerca de la Place de la Concorde, donde pudimos ver el obelisco de Lúxor y la gran noria que se instala durante las Navidades.
Estuvimos descansando en el jardín de las Tullerías, situado justo al lado de la plaza, y más tarde nos acercamos a ver el arco de triunfo del Carrusel.
Seguimos paseando por la orilla del río viendo los puentes que cruzan este. Pasamos primero por el Pont des Arts, conocido por los candados de amor que se solían colgar por todo el puente. Sin embargo, estos candados fueron retirados hace años, pero esto no impidió que la gente encontrara otro sitio donde ponerlos, el Pont Neuf. Hoy en día desconozco si siguen ahí.
Después de tantos sitios visitados, decidimos perdernos un poco por las calles de París donde pudimos ver diferentes pastelerías que nos hacían la boca agua. Acabamos en un mercadillo de Navidad donde pudimos probar un tête de nègre, un dulce hecho de merengue y recubierto de chocolate. Además, también pudimos tomar una taza de vino caliente.
De vuelta a las orillas del río, visitamos Shakespeare and Company, una famosa librería especializada en literatura anglosajona donde pueden dormir los viajeros a cambio de trabajar en la librería. A continuación, acabaríamos el día en la Catedral de Notre Dame, enfrente de la cual instalaron un árbol de Navidad. La catedral (sin contar el luminoso árbol) es preciosa por la noche.
Volvimos al hotel, pasando antes por un supermercado para comprar la cena y poder comer económicamente en el hotel. Después de un largo día, agradecimos quedar tranquilos en la habitación por la noche.
Así se terminó el segundo día de nuestro viaje y el segundo día en la capital de Francia. En la próxima entrada os relataré el tercer día de nuestro viaje, donde visitamos los dos museos de arte más famosos de París.
¡Hasta la próxima!
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