Día 2: Viviendo la película de mis sueños, y visitando lo que nadie puede perderse
Al [viajero] que madruga, Dios le ayuda
Estábamos decididas a que no volveríamos a cometer el mismo error de Londres, que fue quedarnos dormidas y salir a las 8:30am. En las ciudades europeas, el horario suele ser de 8:00am a 5:00pm, que es cuando todo comienza a cerrar y empieza con ello a caer la noche.
¿Cómo transportarse en París?
El metro de París es uno de los más viejos que existe, ya que fue inaugurado en 1900. Tiene muchas líneas que te pueden llevar prácticamente a cualquier lugar de la ciudad que desees. Sólo es superado por el metro de Madrid, que está más nuevo y el de Londres, que tiene más líneas.
(Desafortunadamente, la única foto que tengo del metrod de París es esta. No se aprecia tan bien lo viejo y único que es, pero se observa un poco cómo están marcadas las estaciones y las múltiples líneas que recorre.)
Un boleto para el metro de París cuesta aproximadamente 1.8 euros, que vendrían siendo como 2 dólares americanos al tipo de cambio de hoy. Eso no suena tan conveniente, por lo que te recomiendo que si vienes en grupo compres un paquete de diez boletos a precio reducido, ya que por los diez sólo pagues 14 euros, que vendrían siendo aproximadamente 15.5 dólares americanos, lo que implica un valioso ahorro de 4 euros.
Ahora, nosotras sabíamos que durante nuestro segundo día en París estaríamos recorriendo varias partes y zonas de la ciudad, por lo que no podríamos hacerlo caminando y el estar comprando tanto billetes no saldría caro. Optamos por la opción de comprar un Paris Visit Pass de la zona 1 a la zona 3 durante un día, pudimos meternos al transporte público de manera ilimitada por ese día. Esto resultaba muy práctico, ya que puedes escoger los días que tú quieras y conforme escojas más te van haciendo un descuento, puedes escoger desde uno a cinco días.
Si escoges más allá de la zona 3 podrás llegar al aeropuerto de Olry, Charles de Gaulle y hasta Versalles, si te interesa conocer el majestuoso palacio. Lo mejor es que no sólo estás limitado al metro, sino también a las líneas RER (Red Express Regional) que es como una especie de tren suburbano muy eficiente que te lleva a los pueblos cercanos a París, también incluye las líneas de trenes Transilien SNCF, las líneas de autobuses y el Funicular de Montmartre.
En lo personal, a mí me gusta mucho andar en bicicleta pero mi mamá tiene problemas en las rodillas y hacía mucho frío como para andar en bicicleta, pero si vas en verano es una opción que a mí me gusta considerar más que la de metro, ya que es una mejor manera de conocer la ciudad y también es mucho más económica.
¡Bonjour, Tour Eiffel!
Sin duda alguna, queríamos conocer el símbolo de Francia que irónicamente disgusta a los franceses y eso era la Torre Eiffel. Algo en lo que me han mentido, es sobre que vería a la torre Eiffel desde cualquier punto de Paris debido a su gran tamaño. Pues no, a pesar de sus 300 metros de alto, no se ve desde cualquier punto. ¿Por qué ocurre eso? Realmente no se encuentra en el centro de París, que es donde está la Catedral de Notre Dame, en el 1er arrondissement. La torre se encuentra en el 7mo arrondissement que es la zona suroeste de la ciudad.
Debo de admitir que estoy un poco del lado de los parisinos, ¿por qué una estructura de hierro pudelado se ha convertido en el monumento más visitado y representativo del mundo? Me fui sin entenderlo, pero claro que iba a visitarla a pesar de no entender “la belleza” que hay dentro de esta gran atracción turística que muchos franceses detestan, y mucho más al saber que es un símbolo de su cultura.
La Torre Eiffel no es un monumento tan nuevo, ya que fue construido en 1889 con motivo de una Exposición Universal. En su momento se utilizó para la transmisión de radio y se le incorporó una antena; en teoría no iba a permanecer mucho tiempo, sin embargo aquí la seguimos teniendo más de cien años después.
Hubo tres personas que participaron en su construcción y diseño. Fue diseñada por Maurice Koechlin y Émile Nouguier pero el encargado de su construcción fue el famoso Gustave Eiffel (de ahí el nombre). Si han ido a Portugal, en específico a Oporto y tuvieron la oportunidad de caminar por el Ponte Don Luis I, se darán cuenta que el diseño del puente es muy similar al diseño de la Torre Eiffel.
En fin, tuvimos que subirnos al metro y transbordar una vez hasta llegar a la estación de Trocadéro, que está en la línea 6 (verde) y 9 (amarilla). Nuestros amigos parisinos nos recomendaron bajar aquí y no nos arrepentimos.
(Así se ve la Torre Eiffel desde el Palais de Chaillot, que caminando desde ahí hasta la torre se deberían de hacer fácil de cinco a diez minutos. ¿Ya ven? Sí que está bastante grande el monumento.)
Con plena consciencia de estar cuidando nuestras pertenencias, nos bajamos en aquella estación y ahí estaba… se veía la inmensa Torre Eiffel desde el Palais de Chaillot. Obviamente desde ahí comenzaron nuestras sesiones de fotos, porque de cuatro mujeres, tres éramos coquetas y una de ellas necesitaba al menos veinte fotos para encontrar una sola que le gustara. Lo más impresionante es que desde ahí empiezan a venderte souvenirs de todo tipo, usualmente gente de raza negra es la que vende los llaveros más baratos y te conviene comprarles porque te venderán hasta 5 o más por sólo 1 euro, que son aproximadamente 1.1 dólares americanos. Los miles de llaveros que obtendrás a un precio tan barato te ayudarán a suplir la enorme cantidad de familia a la que le tienes que llevar un “recuerdito”, porque así somos los mexicanos, le llevamos un recuerdo hasta al sobrino de la tía de la prima. Lo único que sí tienes que tomar en cuenta, es que estos llaveros no serán de la calidad que tu esperas, es más a nosotros se nos doblaron de una patita ante la más mínima presión.
(Esta foto fue tomada justo cuando pasábamos por los jardines del Palais d'Chaillot, antes de cruzar el Pont d'léna. No tuvimos mucha suerte con el clima, un cielo azul hubiera ayudado a que nuestras fotos se vieran súper bonitas, esperemos que a la próxima tengamos un poco más de suerte.)
Seguimos caminando un poco por los Jardins du Trocadéro hasta llegar al Pont d’léna, donde hubo otra sesión de fotos más y cientos de vendedores que no te dejan tomarte las fotos a gusto. Esto es importante que lo sepan, tienen que ser firmes a la hora de decir “No”, ya que son personas que están sobre de ti de manera insistente hasta que les compres.
Una de las cosas que no cambiaría de este viaje fue la fecha en la que fuimos, ya que durante el verano hay miles de turistas comiéndose su baguette bajo la torre Eiffel. A veces es difícil admirar, reflexionar y disfrutar un monumento cuando hay miles de personas ahí, creo que nunca habíamos visto la torre tan vacía, ni siquiera en fotos. Pero esto fue algo disfrutable, que nos permitió tomarnos todas las fotos que queríamos sin tener a toda la gente de fondo.
No quisimos subir a la Torre Eiffel porque pensamos que tal vez lo valdría la pena y preferimos ahorrarnos esos 36 euros que costaba, aunque ahora que lo pienso tal vez debimos de aprovechar que no había nadie en la fila (cosa muy extraña en París) para poder subir y admirar una maravillosa vista, creo que tal vez hasta hubiéramos sido sólo nosotras cuatro allá arriba.
(La vista desde abajo de esta enorme estructura de hierro es simplemente impresionante. Es increíble como el ser humano puede llegar a realizar construcciones tan grandes e imponentes.)
El Arco del Triunfo (Arc de Triomphe)
Después de estar caminando un rato por la Torre Eiffel y tomar todas las fotos que quisimos, decidimos agarrar un autobús para que nos llevara a otra atracción que moríamos por conocer: El arco del triunfo.
El venir a visitar El Arco del Triunfo te hará matar dos pájaros de un tiro, ya que por un lado podrás ver otro de los símbolos más emblemáticos de París y al mismo tiempo caminar por una de las avenidas más importantes: la avenida de los Campos Elíseos o Les Champs-Élysées.
La historia del arco del triunfo empieza con la decisión de un buen líder: Napoleón Bonaparte. Como todo buen líder, Napoleón tenía que motivar a sus guerreros y tras haber ganado la Batalla de Austerliltz, les prometió una entrada triunfal en París. Este arco es uno de los más viejos, más no el más viejo de Europa, ya que le gana la famosa Puerta de Alcalá en Madrid. Sin embargo su fecha de construcción comenzó en 1806 y se terminó en 1836, desafortunadamente Napoleón ya no pudo pasar por él a pie, sino en una tumba.
(Observen el tamaño, es simplemente increíble ver la escala de los carros con respecto al monumento. Por algo tardaron tres décadas en terminarlo. También pueden apreciar lo enorme y transitada que está la glorieta como para ser tan tontos y atravesarla, de verdad no lo hagan.)
Una vez que ves el Arco del Triunfo, sí te puede resultar algo imponente, ya que tiene una altura de 50 metros y un ancho de 45 metros. Lo mejor de este lugar es que su “entrada” es gratuita, ya que es un monumento al aire libre al que se suele acceder por un túnel subterráneo, ya que se encuentra al centro de una rotonda de Place Charles de Gaulle, donde hay un flujo constante de autos. Es casi seguro que si intentas cruzarlo por la avenida no sólo te van a atropellar, sino tal vez y hasta te arresten.
Cuando estás debajo del Arco del Triunfo podrás observar múltiples inscripciones de los nombres de los soldados que participaron en muchas batallas victoriosas, así como la Tumba al Soldado Desconocido de la Primera Guerra Mundial, donde también hallarás una llama que siempre está encendida en honor a más de un millón de soldados franceses, lamentablemente la única vez que se ha apagado fue cuando un turista mexicano muy borracho decidió orinar sobre ella.
¡La construcción del arco del triunfo tardó treinta años! Y sólo dos de ellos fueron para los cimientos. Tampoco nos subimos al mirador que está ubicado en la planta alta para ahorrar un poco más.
Caminando en el lujo de Av. Des Champs-Élysées
Esta avenida es sin duda una de las más importantes y lujosas de todo París, ya que se encuentras diversas Boutiques, hoteles, tiendas de prestigio y restaurantes muy caros. Entre ellos está Cartier, Dior, y diversos almacenes muy lujosos como Galerías Lafayette que también es al mismo tiempo un monumento histórico, Printemps, tiendas Louis Vuitton y el Bazar del Hotel de Ville.
Me encantó caminar por esta calle y ver todo lo que no podía comprar (jaja, qué ironía). Eso sí, si vas los domingos vas a encontrarla cerrada. Yo tuve muchísima suerte en caminar por ahí ya que encontré mi tienda favorita: Naf Naf. Esta tienda sólo está en París y en Colombia, yo suelo ir constantemente a Colombia por lo que cuando voy allá aprovecho a ir a Naf Naf, donde tienen mi estilo de ropa. Cuando vi la tienda de Naf Naf en Champs-Élysées decidí entrar y me compré una buena chamarra para el frío y para mi suerte tenía un buen descuento, así que no me salió tan cara como esperaba.
(En esta foto impromptu aparezco con mi nueva chamarra que me salvó de un intenso frío, aunque un poco despistada me veo feliz por nuestras nuevas adquisiciones. Estaba también un poco decepcionada, porque supuestamente iba a nevar ese día, y se me hizo algo romántico y lindo, pero nos quedamos entre esos dos puntos: un frío de la chingada y nada de nieve.)
(Si vas a tomar un taxi en París, espérate subirte en uno de estos lujosos taxis, ya que la mayorían son de este estilo. Ahora suena muy lógico el por qué transportarse en París en taxi no siempre es lo más económico, ¿no crees?)
Visita Express al Museo de Louvre
No teníamos tanto tiempo, pero éramos conscientes de que debíamos ir al Museo de Louvre. Sin embargo, al final yo fui la única que entré. Aunque no había tanta fila, mi familia prefirió quedarse a visitar un poco la plaza y las afueras del museo durante una hora en lo que yo podía disfrutar lo que pudiera en ese rato. Más que nada, ellas quisieron ahorrarse entre los 10 a 14 euros que cuesta la entrada (aproximadamente de 11.1 a 15.5 dólares americanos). Es importante checar los horarios en los que abren, porque hay algunos que cierran los lunes y otros los martes.
(El acceso al museo se encuentra dentro de una plaza comercial que se llama Carrusel de Louvre. La plaza tiene muchas tiendas exclusivas y una zona de fast food donde puedes disfrutar un bocadillo. Afuera de la taquilla del museo se encuentra la parte interior de la píramide que está afuera del museo. El tocar la punta te dará inteligencia o suerte, algo así escuché por ahí. No sabíamos si era cierto pero nada nos quitaba intentarlo, y por cierto... me encantó mi chamarra!)
Afortunadamente para mí, el estar estudiando en Madrid me dio muchas ventajas durante este viaje, ya que al mostrar tu identificación de estudiante, tienes el acceso gratuito a la mayoría de los museos de Europa, siempre y cuando no sean privados. Por supuesto, yo no me quería perder para nada la visita a uno de los museos más grandes y famosos de todo el mundo, y quería aprovechar que no iba a haber casi nada de gente, cuando en verano se suelen juntar la mayoría de los casi 8.5 millones de turistas que lo visitan año con año.
Si algo me arrepiento, fue de haber entrado al museo para estar tan sólo una hora. Si de verdad tienes el tiempo corto como yo, vete únicamente a las pinturas y obras más importantes, pero el museo es enorme, enorme, enorme. Yo creo que para los verdaderos amantes del arte, valdría la pena dedicarle todo un día para ver la mayoría de sus pinturas.
(Detalles que simplemente te dejan con la boca abierta.)
El museo te deja con la boca abierta, el diseño es único, con detalles dorados y esculturas para las que vale la pena contratar una audio guía. Con el tiempo tan contado, me dirigí únicamente a las más importantesentre las que destaca por supuesto La Gioconda de Da Vinci y La Venus de Milo.
(Es cierto todo lo que les dicen, La famosa Mona Lisa está super lejos y hay muchísima gente aglomerada casi todo el tiempo para verla. Me considero afortunada por tener esta foto que pocos consiguen y esta suerte se la atribuyo a la época que fuimos en la que no había tanta gente en el Louvre. Pude posar tranquilamente para la foto que me tomó una amable señorita.)
La supuesta hora que me dejaron dentro del museo se me desvaneció más rápido que unos diez minutos, por lo que me puse un poco triste de haberme salido y prometí volver para admirar todo el museo.
Notre Dame: una atracción Budget friendly (¡es gratuita!)
Esta es una catedral que fue salvada por Victor Hugo, literalmente. Debido a su obra de El Jorobado de Notre Dame, que estoy muy segura de que has visto también la película (yo no), decidieron no demolerla. Era una iglesia que tenía muchos daños y estaba bastante deteriorada, me alegra bastante que no la hayan demolido, ya que es una de las atracciones turísticas gratuitas que encontrarás en París.
(Estructura gótica que muchos han imitado en la construcción de las iglesias. La fachada es algo hermoso, pero no dudes en entrar.)
(La iglesia grita lo gótico en todas partes, sus altos techos le dan un toque increíble.)
Más o menos, 14 millones de personas las suelen visitarla año con año y todos quedan enamorados debido a sus gárgolas y sus hermosos campanarios. Antiguamente fue el centro de la iglesia católica francesa y ya entiendo por qué, su estilo gótico te deja boquiabierto. Es una de las iglesias más hermosas que he visto, donde se puede observar el Río Sena y actualmente se le considera el centro de la ciudad de París.
(¡Punto a favor para París! Es normal que como turista estés tanto tiempo caminando y tomando agua... ¿Pero qué hacer cuando te ande del baño? Bueno, si ves estos baños no dudes ni tantito en meterte. Recuerdo que cobran pero son los baños más limpios que vas a ver en tu vida, y no tienen malos olores. Tienen puerta automática, lavamanos, aire acondicionado y demás, hasta parecería que estás en el baño de un restaurante lujoso. Un tip: pueden pagar una vez y aprovechar para que se meta una persona, al salir deben de decirle que no cierre la puerta para que puedan seguir entrando al baño y ahorrarse unos euros más. El baño sólo te cobrará cuando la puerta se haya cerrado por completo.)
Un breve tiempo de inspiración interrumpido por un buen dato curioso (Pista: Diamanetes en la Torre Eiffel)
(Un precioso atardecer que estaba haciendo favor de cerrar con broche de oro nuestro segundo día en París.)
Desde aquí tuvimos la fortuna de ver los colores del cielo que protagonizaba una de las mejores puestas de sol que he visto en mi vida. Esto de acuerdo que he visto colores más rosas brillantes en Querétaro, pero el saber que lo estás viendo en una ciudad que enamora es otra onda, así que captamos varios atardeceres que nos robaron todos los suspiros del mundo. Estábamos calladas, distraídas admirando el atardecer, el Río Sena y la Catedral de Notre Dame hasta que escuchamos a gente hablar en español comentando que la Torre Eiffel se encendía cada hora durante cinco minutos con luces parpadeantes, blancas, que le daban el efecto de estar hecha de diamantes.
Esa pareja estaba muy apurada con llegar a la Torre Eiffel porque en diez minutos serían las 7:00pm en punto y no querrían esperar otra hora para verlas. Nosotras corrimos instantáneamente al metro para llegar. Lamentablemente no llegamos a tiempo, pero esperamos media hora para volver a ver dicho espectáculo. Fue en ese momento cuando entendí que lo que se reflejaba por la ventana del apartamento la noche anterior mientras hacía la tarea, era la Torre Eiffel en sus “cinco minutos de brillos”. Con razón, cuando decidí agarrar un banco para subirme y admirarla mejor, los brillos habían desaparecido.
(Quisimos llegar en RER para que fuera más rápido. Fue la primera vez que lo conocimos y nos impresionó bastante que tuviera dos pisos. Era muy grande y estaba bastante limpio por dentro.)
(Como llegamos a la Torre veinte minutos antes de que comenzara la iluminación tan especial que tanto queríamos ver, estuvimos fotografiandola de noche. Es así como normalmente se encuentra iluminada cuando anochece.)
(En lo que esperábamos a que diera la hora, estuvimos distrayéndonos en una tienda de obsequios que se encuentra a un lado de la Torre Eiffel. Este sujeto que desconozco, le dijo a mi madre que quería casarse conmigo, que era muy bonita y que si me dejaba quedarme en París. Nos dio mucha risa, aunque nunca supimos si lo decía en serio o sólo quería bromearnos. Lo que más le pudo ofrecer mi mamá fue una foto conmigo, que tomamos para recordar este momento tan chistoso.)
Es hermoso observar la Torre Eiffel de noche, definitivamente es algo que le recomiendo a cualquiera, visitarla tanto de noche como de día. En lo personal, me gustó visitarla más de noche y sobre todo me encantó ver sus destellos brillantes durante cinco minutos. Fueron cinco minutos en los que nadie dijo nada, todas estuvimos calladas, felices, admirando y disfrutando un momento que difícilmente se repetiría. Estábamos viviendo el ahora.
(Como dije, estuvimos más disfrutando el momento que buscando captar fotos y las pocas que captamos no reflejan lo maravilloso que se veía, pero más o menos ya pueden darse una idea.)
Lamentablemente, es un poco difícil captar con la cámara los destellos de la Torre Eiffel, es más fácil que se admiren grabando un video.
Viviendo “Le fabuleux destin d’Amelie Poulain” y Moulin Rouge
Esta fue la parte del día que más me emocionó. Una de mis películas favoritas es “El fabuloso destino de Amelie Poulain”, esta película fue grabada en Francia, sobre todo en la zona de Montmartre, que es una zona que se encuentre muy elevada por lo que se suelen hacer tours exclusivos de la película donde se pueden vistas increíbles de la ciudad.
(Comprando dentro del Café aunque sea un cafecito con tal de estar ahí sentada, en donde filmaron gran parte de la película, sentada justo al frente del letrero autografiado por la protagonista. Me sentía tan emocionada que no encuentro las palabras para describirlo.)
El café donde trabajaba Amelie Poulain era el Café des 2 moulins, o sea “El café de los dos molinos” que se encuentra a tan solo dos cuadras del Moulin Rouge.
(Posando afuera del Cafe des 2 moulins para presumirle a mis amigos.)
Pasamos a tomarnos un café al lugar donde trabajaba la protagonista y nos tomamos un par de fotos afuera del Moulin Rouge, el cabaret parisino más famoso de Francia, que fue construido en 1889.
(Hicimos una parada rapidita, de cinco minutos, para tomarnos una foto afuera del famoso cabaret ubicado en una zona no muy segura de París.)
Compramos muchos recuerdos por esa zona ya que por evidentes razones estaban mucho más baratos que en el centro de la ciudad, sin embargo decidimos volver pronto a casa y evitar estar mucho en esa zona, Montmartre, no es tan seguro y mucho menos de noche. Nosotras llevábamos las compras de Champs-Élysées, la cámara fotográfica, los recuerditos y una cara de turistas que no se podía esconder por ningún lado. No quisimos arriesgarnos y preferimos estar poco tiempo en esa zona para finalmente regresar a casa, donde después de subir esos seis pisos y darnos un baño calientito, tuvimos un sueño reparador que nos prepararía para nuestro último día en París. Algo que me ha quedado claro hasta ahora, es que estas ciudades merecen un mínimo de cinco días, pero como he dicho cientos de veces: volveré.
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