Couchsurfing en París
Como os conté en una de mis anteriores entradas, París en 7 horas, esa vez un amigo nos invitó a dormir en su casa, así que no tuvimos problemas para el alojamiento.
Pasados varios meses, alrededor de Mayo, decidí volver a ir a París con un grupo de amigas (éramos 4 en total).
Nuestro plan en un principio era pasar el fin de semana en París, 1 día para ir a Disneyland en el cumpleaños de uno de mis amigas, y el otro día para visitar la ciudad. Y después iríamos a Ámsterdam a pasar unos 4 días.
Para ir hasta ahí pensábamos alquilar un coche y así no tener que preocuparnos en precios de tren o autobuses ni de horarios, pero lo malo es que nos pusimos a buscar bastante tarde y los precios estaban un poco por las nubes.
Comentando esto con el resto de nuestro grupo de amigos, uno de ellos nos dijo que vivía en Amsterdam y que esa semana pensaba volver a ir. Le propusimos ir todos juntos y así de paso compartíamos el precio de la gasolina y nos dijo que sí.
Pero luego la cosa no fue así.
El problema fue que hubo una falta de comunicación por su parte y al final nos avisó de que se iba a Ámsterdam cuando nosotras todavía seguíamos en París. Nuestro plan era coger un blablacar el lunes temprano y así llegar a Amiens al mediodía, para luego coger el coche e ir a Ámsterdam. Pero el chaval nos dijo llamó para preguntarnos dónde estábamos el domingo por la tarde porque pensaba irse esa misma noche; así que al final acabamos cancelando el viaje a Ámsterdam y prolongar nuestra estancia en París.
Como seguramente sabréis, alquilar algo en París es muy caro, sobre todo si es para un fin de semana.
Al ver los precios desorbitados de las habitaciones de hoteles e incluso de los hostales, se me ocurrió la idea de hacer couchsurfing.
https://www.gapyear.com/articles/266266/an-easy-guide-to-using-couchsurfing
Couchsuurfing es una plataforma donde ofreces un lugar donde dormir a algún viajero desconocido a cambio de que este te ofrezca un lugar cuando tú vayas al país donde la otra persona reside normalmente. Obviamente esto es solamente la filosofía de la empresa.
Sin embargo, el couchsourfing va más allá. Hay mucha gente en la plataforma que en realidad no viaja tanto pero que ha hospedado a un montón de personas y es, más que nada, por vivir una experiencia. Eso se debe quizás porque les cansa un poco su rutina y por eso deciden compartir su espacio y su tiempo con alguien desconocido para vivir un día diferente.
Véte tú a saber.
Y luego hay otro tipo de persona que se dedica únicamente a viajar y que nunca comparte su sitio, más que nada porque no tiene un sitio fijo, por decirlo de alguna forma.
De este tipo de personas, hay algunos que lo hacen con buena intención y otros que no. Con eso me refiero a que los que van con malas intenciones son aquellos que buscan un sitio para dormir nada más. Que usan el couchsourfing como si fuera un hotel pero gratis; cuando en realidad la esencia del couchsourfing es que te ofrecen un lugar donde dormir a cambio de que pases tiempo con esas personas que te están ofreciendo su techo sin pagar ni un céntimo.
Y luego está el otro tipo de persona que hace couchsourfing para poder compartir su experiencia y vivir una nueva experiencia con gente desconocida. Y no sólo eso, sino que además de poder tener un sitio gratis para dormir, puedes tener al mismo tiempo un guía turístico gratis, porque normalmente la gente de couchsurfing sabe mucho sobre su ciudad y siempre os podrán ayudar si queréis saber dónde se montan las mejores fiestas.
Además de ofrecer un sitio, también puedes ofrecer únicamente tu compañía, y con eso me refiero a gente que va a quedarse en un hotel pero que quieren conocer a otras personas que vivan en esa zona para que sean sus guías o que les digan que sitios deberían visitar.
Yo soy más del tipo de buscar gente que me pueda mostrar la ciudad en la que estaré, y si encima me pueden ofrecer un sitio donde dormir, pues mucho mejor.
Es por eso que les propuse a mis amigas buscar un “host” o persona que te hospeda.
A ellas les pareció una buena idea y en seguida nos pusimos a ello. Y la verdad es que fue algo muy complicado.
La mayoría de la gente a la que contactamos no nos respondía o nos decían que éramos demasiadas personas.
A pesar de ser 4 personas las que iríamos a París, sólo 3 de nosotras pensábamos hacer couchsurfing ya que la otra se quedaría con uno de sus parientes que vivía en el centro de París. Pero ni para 3 personas encontrábamos algo.
Hasta que por fin, justo la noche anterior al día en el que nos iríamos, una de mis amigas nos dijo que había encontrado a un chico que estaría dispuesto a acogernos a las tres durante el fin de semana, y que éramos más que bienvenidas.
En un principio le pareció que éramos demasiadas, ya que normalmente él aceptaba 2 personas como máximo, pero al decirle que éramos las tres amigas y que no podíamos buscar sitios por separado, aceptó con la única condición de que una de nosotras tendría que dormir en una cama hinchable, que en el fondo eso no nos importó para nada.
Para ir a París cogimos un blablacar que nos costó unos 7 euros y tardamos 2 horas exactas en llegar a la estación de tren la Gare du Nord.
Para los que aun no conozcáis el blablacar, es una aplicación donde una persona pone que por ejemplo va a ir de Amiens a París y que tiene 3 asientos libres. Y en vez de ir con el coche vacío, pues le pone precio a esos asientos, que normalmente tiene que ser el suficiente como para cubrir los gastos de gasolina; pero hay gente que está mal de la cabeza y ponen unos precios desorbitados, más caros incluso que ir en tren.
https://digit.hbs.org/submission/blablacar-disrupting-road-travel-by-trusted-carpooling/
A mi personalmente me gusta coger blablacar para los trayectos cortos que duren menos de 2 horas, porque normalmente me mareo mucho en los coches y me paso casi todo el viaje durmiendo, y eso a algunos conductores les molesta bastante y al final te acaban poniendo un mal comentario.
En fin, una vez en París, cogimos el metro dirección a las afueras del centro de la ciudad. Esa es la única pega que le pondría a esta experiencia, que la casa estaba bastante lejos del centro de la ciudad.
Pero todo lo malo tiene su parte buena. Y es que una vez que llegamos ahí, el chicho vino a recogernos a la salida del metro y fue super simpático.
Era un chico de Egipto que había venido a París a hacer su master, pero que sólo hablaba inglés. Estaba dando clases de francés para aprender, pero al parecer le estaba costando bastante.
Desgraciadamente, yo en ese entonces no me manejaba realmente bien como ahora con el inglés, más que nada porque el hecho de estar en Francia y hablar francés casi las 24 horas del día, había hecho que me olvidara del inglés.
Tiene gracia porque la primera vez que llegue a Francia, mi francés era un poco malo y sin embargo me desenvolvía bastante bien con el inglés. Pero a medida que pasaba el tiempo, la cosa cambiaba.
En fin, que a pesar de las pequeñas dificultades que tenía con el inglés, pude entablar una buena conversación con él.
Mientras íbamos de camino a la casa, el chico nos dijo que tenía una sorpresa para nosotras. Cuando subimos al piso en el que vivía, el último de todos, nos hico mirar hacia la terraza y ¡boom! ¡Desde ahí podíamos ver la Torre Eiffel con las luces y el faro encendido! Qué cosa más bonita de verdad.
La calidad de la imagen es un poco mierda, pero os aseguro que las vistas eran espectaculáres y que se podía ver la torre perfectamente, e incluso las luces parpadeando.
El resto del paisaje estaba oscuro, excepto algunos altos edificios con luces en las azoteas, y la increíble torre, ahí en todo el centro, resplandeciendo como un faro en alta mar.
Nos quedamos sin palabras embobadas y el chico mirándonos sonriendo en plan “sí, lo sé, a qué mola”. Y después de recuperarnos del shock, nos pusimos hacer fotos desde todos los ángulos posibles hasta que se apagó.
Si no me equivoco, las luces se encienden cada noche durante los cinco primeros minutos de cada hora. Y si no recuerdo mal, nosotras llegamos a eso de las 12 de la noche en punto.
Total, que nos metimos para dentro y el chico nos hizo un pequeño tour por el apartamento, muy mono por cierto.
El chaval compartía piso con otro chico pero en ese momento estaba durmiendo porque al día siguiente tenía clase y se tenía que despertar temprano.
Después de dejar nuestras cosas en la habitación, nuestro host nos invitó a cenar con él, y la verdad que fue un detalle.
Nos preparó un plato enorme con diferentes tipos de queso (me encanta el queso), unas lonchas de pavo y mucha fruta.
A mi ese tipo de cenas ligeras me encanta, y el hecho de haber puesto tantísimos quesos me volvió loca y me lo acabé comiendo todo.
Mientras comíamos nos íbamos presentando y hablando un poco más de nosotros para conocernos mejor. De todas formas decidimos irnos a la cama lo antes posible porque al día siguiente iríamos a Disneyland y necesitaríamos tener toda las fuerzas con nostras, porque sería un día largo.
A la mañana siguiente, conocimos al otro chaval y desayunamos todos juntos. El otro chico sin embargo sí que hablaba francés así que la conversación entre todos fue más dinámica.
Después del desayuno nos fuimos a coger el metro y de ahí cogimos el tren para ir a Disneyland.
Fue una experiencia maravillosa que compartiré con vosotros en otra entrada :)
Después del parque, decidimos volver directamente a la casa porque estábamos super agotadas y no podíamos ni salir por ahí de juerga. Además, al día siguiente tendríamos que despertarnos pronto otra vez porque haríamos mi super tour de 7 horas por la ciudad.
Esa noche y la mañana siguiente no vimos a nuestros hosts porque ya se habían ido a dormir y al día siguiente salieron mucho antes que nosotras.
Al día siguiente, después de pasar todo el día en el centro de París, nos fuimos a cenar a un restaurante sushi al lado de la Torre Eiffel y de ahí directas otra vez a la casa porque nuestro host nos estaba esperando para pasar la última noche con nosotras.
Durante esa noche nos quedamos jugando al juego de cartas Uno y también le dimos un llavero de Disneyland como souvenir porque el primer día nos enseñó su colección de llaveros y nos pareció oportuno regalarle uno.
Esa noche la verdad que fue muy entretenida y nos reímos muchísimo mientras jugábamos y hablábamos. Y en uno de esos momentos de la conversación, nos preguntó qué haríamos al día siguiente. Nosotras le contamos que nuestro primer plan era volver a Amiens para luego ir a Ámsterdam, pero debido al pequeño malentendido con nuestro amigo, tuvimos que suprimir ese viaje y volveríamos directamente a Amiens.
Para nuestra sorpresa, el chico nos preguntó si en vez de irnos al día siguiente, nos gustaría quedarnos más tiempo, en plan uno o dos días más.
Nosotras lo flipamos un poco, pero él nos aseguró que no pasaba nada, que en verdad le gustaría que pasásemos más tiempo juntos porque apenas había estado con nosotras y ni siquiera habíamos salido a tomar algo por el centro.
Al final, obviamente, aceptamos con mucho gusto. Pero a pesar de extender nuestra estación hasta dos días más, no pudimos salir con nuestro host.
Él estaba bastante ocupado con su master y siempre acababa cancelando los planes con nosotras porque se tenía que quedar tarde en la Universidad o al día siguiente tenía que madrugar.
Que en verdad no es algo que nos molestara, porque entendíamos perfectamente que su master era muchísimo más importante que pasar el rato con unas desconocidas, por muy simpáticas que fuésemos.
Sin embargo, nos pusimos un poco tristes porque el chaval era realmente muy majo con nosotras y nos caía muy bien, pero en fin, al final nos llevamos un buen sabor de boca de esta experiencia couchsourfing.
Y lo bueno no acaba aquí, sino que después de habernos ido y vuelto a Amiens, nos agregamos al Facebook y desde entonces hemos continuado siendo amigos.
Hubo una vez que él se vino a Madrid de vacaciones un par de días y me pregunto si podíamos vernos, pero desgraciadamente yo estaba en temporada de exámenes y a penas salía a la calle (si salía era sólo para ir a la Universidad).
Y muchos pensaréis que no me habría costado nada dedicarle un par de horas al chico para devolverle al menos el favor, que además un descanso me sentaría bien.
Si no lo hice fue porque vivo bastante lejos del centro de Madrid, a unas casi 2 horas en bus, y si hubiese ido a verle habría perdido un total de 4 horas las cuales las podría haber pasado estudiando. Y en esos momentos la verdad que no podía jugármela a perder el tiempo de esa manera (y tampoco podría estudiar en el bus porque me mareo y acabo potando).
Pero en fin, a pesar de no habernos visto desde entonces, creo que ambos sabemos que nos volveremos a ver y volveremos a compartir otra experiencia couchsurfing en cualquier parte del mundo.
Para acabar con la entrada, después de esta extensa explicación de mi experiencia, os daré un par de consejitos por si alguno se anima a hacer couchsourfing.
Nunca penséis que estás en un hotel. Recordad que estáis como invitados.
Esto es algo super importante, y que todo el mundo que os vaya a hospedar detesta si lo hacéis.
Una cosa que tiene la plataforma es que después de hacer la visita, el host deja una review u opinión en vuestro perfil para que otros potenciales hosts para otro viaje que hagáis puedan saber si os habéis portado bien o no.
Con eso me refiero a si habéis intentado tener una buena relación, ser amigables, compartir experiencias, etc, con ellos; vamos, que si habéis llegado a ser amigos o no.
Lo bueno es que vosotros también podéis dejar una opinión para que otras personas que vayan a pedir el host sepan si es un buen anfitrión o no.
Y creedme cuando os digo que esas opiniones valen oro, porque basta que tengáis una mala opinión para que muchos se nieguen a acogeros.
Tenéis que respetar las normas de la casa.
Si en el perfil del host pone que no se puede fumar en la casa, pues no se fuma. Si pone que hay que salir de la casa a las 8h de la mañana porque se tiene que ir a trabajar y no va a dejar la casa sola, pues os levantáis a las 8h de la mañana y salís de la casa hasta que el host vuelva.
Pocas personas o casi nadie van a confiar sus llaves a unos desconocidos, habría que estar muy mal de la cabeza para hacerlo.
Es por eso que los horarios de entrada y salida hay que llevarlos a raja tabla o sino os veréis durmiendo en la calle.
Tener respeto hacia la otra persona.
Esto no es sólo algo para el couchsurfing, sino para el día a día de las personas. Nunca hay que faltarle el respeto a alguien, y mucho menos a alguien que te está dando un sitio para dormir y seguramente comida gratis.
Ley de vida:
Nunca olvides dar las gracias y pedir las cosas por favor.
No olvidéis llevar algún detallito como regalo.
A ver, no es algo totalmente imprescindible, pero a mi siempre me gusta regalarle a la gente algo de mi tierra (tengo entendido que a todo el mundo le gusta las cosas españolas, así que lo tengo fácil).
Eso ayuda a que la conversación fluya en una dirección positiva y además el host tendrá una buena impresión de vosotros desde el principio, que eso es lo que buscamos después de todo.
¡Dejad la timidez a un lado!
Suena un tanto hipócrita de mi parte el decir esto, dado que seguramente sea la persona más tímida e introvertida de la faz de la tierra, pero el hecho de viajar, vivir y compartir nuevas experiencias con gente desconocida (que al final se acaban convirtiendo en amigos para toda la vida) me ha ayudado mucho a cambiar esta parte de mi.
Es verdad que aun me queda un largo camino por recorrer pero al menos ahora soy capaz de mirar a la gente a los ojos cuando hablo, ¡algo es mejor que nada!
Así que, como decimos en España, a echarle huevos y a por ello :)
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- Italiano: Couchsurfing a Parigi
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