Un año perdida en Padova

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Cuando llegue a Padova pensé que me esperaban 9 meses estupendos y ya sin darme cuenta llevo 5 meses maravillosos aquí que han pasado volando. Puedo decir que esta experiencia es la mejor que estoy viviendo de toda mi vida.

Los primeros días son una odisea, estas en una ciudad que no conoces, extranjera, donde hablan un idioma que apenas chapurreas, y te da un poco de miedo, si, pero te tranquilizas cuando la gente te dice Ciao! con una sonrisa en la cara, te ayuda en todo lo que puede y te acogen como si fueras una italiana más...

Sales un miércoles a la piazza delle erbre y te la encuentras repleta de gente, con la que puedes practicar el italiano mientras te bebes una copa.. Después cuando la gente va desapareciendo poco a poco te trasladas con tu bicicleta (transporte usado por la mayoría de la gente, véase personas mayores, niños etc. ) hacia la discoteca o al Pedro (centro social donde hacen conciertos) y allí pasas toda la noche con tu gente que poco a poco se va convirtiendo en tu familia.

Y por no hablar de las escapadas al pratto della valle a las 14 de la tarde con tu bocadillo, la guitarra y el cajón, con todos tus amigos.

La universidad, es un tema aparte, vas a clase y estás un poco perdida, no sabes donde está tu aula y cuando por fin la encuentras, te das cuenta de que tanto el profesor como tus compañeros te lo hacen muy fácil, te ayudan en todo lo que pueden e intentan hacerte sentir un estudiante más.

La verdad que esta ciudad encandila, por mi me quedaría mucho más... pero la beca se acaba y hay que aprovechar al máximo los meses que quedan.

Y nada que más decir de Padova, que es lo mejor, así que todo aquel que no haya estado de Erasmus sin duda que pida la beca para Padova, 100% recomendada!