Vivir 3 meses en Noruega

Después de haber vivido en Suecia el año pasado, he decidido realizar mis prácticas por 3 meses en Oslo. La belleza del país escandinavo me llama la atención junto con sus parajes naturales. Sin conocer este país en absoluto fui a su capital: Oslo. Mis prácticas iban a desarrollarse en un laboratorio de investigación en biotecnología. ¡Apenas envié dos CVs y cartas de presentación cuando los dos laboratorios me respondieron inmediatamente! Un buen punto para Noruega, ¡que parecía encantada de darme la bienvenida como estudiante extranjero!

• Alojamiento

El comienzo de mi viaje fue un poco más caótico. De hecho, después de un mal entendido con una chica que se suponía que iba a alquilarme su habitación durante 3 meses, me encontré en la calle sin apenas llegar a Oslo. En mi desgracia, tuve la suerte de encontrar a grandes personas que me acogieron por la noche y me ayudaron a encontrar un nuevo apartamento. Finalmente, conseguí encontrar dos alojamientos durante mi estancia gracias a esas personas noruegas que había encontrado. Vivía en el barrio de Grunerlokka, un barrio bastante de moda en Oslo donde se vive bien. Los anuncios que pusé en las diferentes páginas webs con el fin de encontrar alojamiento no dieron ningún resultado, no obtuve ninguna respuesta. En solo unos pocos días ya había aprendido que los noruegos, definidos a veces como tímidos, ¡son al final muy amables!

• La ciudad de Oslo

Mis tres meses de prácticas se desarrollaron muy bien. Los transportes públicos en la ciudad estaban muy bien desarrollados y siempre tenía varias posibilidades para llegar al sitio que quisiera entre el autobús, el tranvía o el metro. ¡Me encanta vivir en Oslo! ¡Es una ciudad fantástica! Si vives en la capital, solo tienes que ir a una isla en el fiordo de Oslo, al parque Ekeberg o a la isla Bygdoy para sentirte fuera de la ciudad y a veces incluso en el campo. De camino a Holmenkollen, el salto de esquí con vistas a Oslo, se tiene una magnífica vista del fiordo de Oslo. Es suficiente para hacerte sentir muy pequeño frente a esta belleza.

• Qué visitar

Oslo no es una ciudad ni muy grande ni muy pequeña, donde se vive muy bien. Desde la estación, situada en el centro de la ciudad, se puede ir fácilmente andando hasta la Opera, con una arquitectura particular, continuar hasta la fortaleza de Akershus y a continuación, dar una vuelta por Aker Brygge y coger el barco hasta una isla del fiordo. Desde el centro de la ciudad, también puedes pasear por Karl Johans Gate, para hacer algunas compras, y terminar tu paseo hasta el Palacio Real. En Oslo hay muchas cosas que hacer: correr por el lago de Sognsvann, visitar los museos de Norsk Folk o Fram, tomar el sol en Sorenga, pasear por el Jardín Botánico o en el parque de Vigeland y admirar una puesta de sol en la playa de Huk al final de Bygdoy.

• Cuándo ir

El verano es la mejor época para viajar a Noruega. ¡Los días son tan largos que la noche ya ni existe! Especialmente por el mes de junio 24-25 cuando es el solsticio de verano. Estos días prolongados permiten a los noruegos aprovechar al máximo los días de verano, tomando el sol en los parques o en la playa con una pequeña barbacoa que les encanta.

• Costumbres

También descubrí algunas costumbres noruegas. Por ejemplo, cuando los noruegos te saludan por primera vez, te dan la mano, luego si les gustas, te dan una especie de abrazo: el klem. ¡Un método lo bastante cálido para decir hola y adiós!

Los noruegos también han vuelto a poner de moda la tradición del bunad, el traje noruego. Visto una vez como pasado de moda, hoy en día casi todos los noruegos tienen su propio bunad. Este traje es muy caro, cuesta unos 3000€ el traje completo. De esta manera, el bunad se transmite de generación en generación en las familias. Hay muchos trajes diferentes según la región de origen. Las calles de Oslo están abarrotadas de gente que viste trajes tradicionales el 17 de mayo, la festividad nacional. Si no tienes un bunad, tienes que vestirte con mucha clase para este día. El bunad también se usa en fiestas religiosas como bautizos, bodas y también en Navidad.

• Gastronomía

En cuanto a la gastronomía, a los noruegos les encanta la comida rápida. En los supermercados hay también una sección especial de salchichas, su plato preferido. Hay que acercarse a los noruegos para descubrir los platos tradicionales y buscar un buen restaurante con platos noruegos. Durante mi estancia tuve la oportunidad de probar la carne de ballena, reno y alce, original de Noruega, y también una especie de arroz con leche mezclada con canela y un plato de bechamel y jamón ahumado. El cliché sería que en este país el salmón se come en abundancia porque es barato, pero este no es el caso de Oslo, donde el precio del salmón corresponde al precio francés. Por otro lado, las salidas a restaurantes son bastante raras porque son caras, por lo que es mejor ir a la hora del almuerzo más que por la noche para tener unos precios un poco más económicos.

• Nivel de vida en Oslo

¡El nivel de vida en Oslo es muy caro! Vivir en pisos compartidos es esencial aquí. El precio de una habitación es de unas 5500 coronas noruegas en comparación con las 12000 coronas noruegas por vivir solo. Los gastos de compras rondan las 500 coronas noruegas por semana y el transporte es bastante caro también, unos 4€ por viaje. Las fiestas en la ciudad también son bastante caras, por lo que hay que entrar en la costumbre noruega: organizar una pequeña fiesta en un apartamento antes de salir a la calle. Esto te ahorrará dinero. En los bares, la bebida más barata es la cerveza, servida en pintas de 79 a 98 coronas noruegas dependendiendo del sitio. Después de un tiempo, nos acostumbramos y dejamos de comparar los precios noruegos con los franceses.

• Conocer gente nueva

Conocí a otros jóvenes extranjeros en Oslo a través de grupos de Facebook: Erasmus Oslo, New to Oslo, Expats in Oslo. Ahora tengo la oportunidad de descubrir otros países gracias a mis nuevos amigos, lo que también me permite descubrir y compartir otras culturas.

La vida en Oslo es genial, especialmente en verano. El invierno es un poco más duro: hace frío y los días son muy cortos, ¡solo 6 horas de luz! Pero supongo que eso también tiene su encanto. ¡Volveré a Oslo con mucho gusto!