Una locura de crucero a Copenhague

Ha llegado el momento, voy a hablar del viaje más surrealista que puedes hacer si estás de Erasmus en Oslo: se trata del crucero de la compañía DFDS (el juego en el que todo el mundo gana... ).

Todo empezó con el juego. La compañía DFDS Seaway lanzó un juego por Internet al que todo el mundo podía jugar. Los premios eran billetes para irte de crucero de Oslo a Copenhague, así que allí estábamos, jugando para ganar un crucero. A mi me tocó (a todos nos tocó... ), compartí mi billete con Tristán y empezamos a planear el viaje. Queríamos reservar todos juntos el viaje hasta Copenhague.

Al final, conseguimos reservar el viaje del domingo 14 de abril al martes 16 de abril. El crucero zarpaba sobre las 4:45 p. m. desde el puerto de Oslo, así que tendríamos que llegar con antelación. El viaje por el mar del Norte duró toda la noche y me mareé... Sin embargo, la fiesta estaba asegurada.

Dentro del barco había una tienda duty free, así que todo el mundo se volvió loco comprando alcohol y tabaco. También tenían ropa y dulces.

Decidimos matar el tiempo en el jacuzzi, a pesar del viento helado que hacía. Teníamos un jacuzzi a mano, y queríamos usarlo.

Después, nos arreglamos para la fiesta. Nos juntamos todos en mi camarote y en el de los franceses (ahora os explico dónde está, porque si no no tendréis ni idea). La gente empezó a beber un montón hasta que llegó alguien a decirnos que no podíamos hacer eso allí, pero que podíamos ir a una zona con mesas y sofás (supuestamente para tomar un café) en frente de la discoteca a beber tranquilamente. Fuimos para allá, aunque no a beber café, precisamente, sino otro tipo de bebidas,

y al final acabamos en la discoteca, intentando evitar a los guardias de seguridad que venían a quitarnos los vasos mientras estábamos en la pista de baile. Fue muy gracioso ver a todo el mundo borracho y bailando por ahí.

Pasaron muchas cosas esa noche, la gente había perdido la cabeza, pero no sé lo que hizo todo el mundo, porque al final la gente se fue separando y perdí de vista a muchos de mis amigos.

El final de la noche fue el de siempre: todo el mundo durmiendo e intentando sobrevivir para el día siguiente, porque Copenhague nos esperaba.

Galería de fotos