¿Paseamos?
Vivir en Oslo es sinónimo de frío y poca luz en invierno, pero también de largos y maravillosos paseos por el río y sus parques cuando hace bueno. Aunque no necesariamente tiene que ser mayo: a veces en febrero y marzo también hay buenos días.
Uno de mis paseos preferidos por excelencia en la capital nórdica consistía en algo muy simple: cogía el t-bane hasta la parada del centro Jernbanetorget para allí coger el tram (11, 12 o 13) hasta Biermanns Gate. Allí me bajaba y cruzaba la calle hacia la izquierda cogiendo la calle del mismo nombre hasta toparme con el río Akerselva que cruza la ciudad de Oslo en esta zona.
Desde allí cruzaba el pequeño puente y comenzaba a bajar por el margen derecho del río en dirección descendente. Si es invierno, puedes asombrarte con la cascada congelada. En primavera está a medio congelar y el agua baja entre los huecos que el hielo te deja ver. Cuando ha llegado el calor está completamente descongelada y debes tener cuidado si no quieres acabar mojado (quizás te apetezca…).
Por el camino te encontrarás con Mathallen, una especie de mercado de la restauración donde hay puestos de varios países vendiendo comida o restaurantes. Algunos son una mezcla. El puesto español lo es. Es bastante caro para el consumo de un estudiante pero no deja de ser curioso de visitar. A los habitantes de Oslo parece gustarles bastante.
Si continúas bajando te encontrarás con los patos en la zona tranquila del río y cruzarás también por delante de un Kiwi que abre los domingos (muy útil saberlo si estás bajo mínimos).
Pero mi parte preferida viene después de todo esto, casi abajo del todo. Cuando comienzas a ver los graffitis en las paredes de una guardería (sabrás que lo es si es día laboral por los carritos de los bebés aparcados bajo un techado). Has llegado al corazón de Grünelokka, donde se encuentra Blå (Brenneriveien 9, 0182 Oslo). ¿Y qué es Blå te preguntarás? Pues en primer lugar, significa azul en noruego y es una sala de conciertos y lugar para tomar una cerveza. Desde mi experiencia en Oslo: el mejor lugar para dejarse caer un domingo por la tarde a partir de las 20h. El mismo grupo de chiflados toca el jazz más ameno y maravilloso, haciendo las delicias del público asistente. Además la entrada es gratis y el portero sudamericano, (te resulta chocante cuando le entregas tu DNI y comienza a bromear contigo en español ante tus amigos franceses) por lo que no hay excusas.
En la misma calle en la que se encuentra Blå está la lámpara suspendida en el aire entre los dos edificios y justo ahí debajo abre un mercadillo los domingos vendiendo toda suerte de baratijas, cuadros, pendientes, ropa de segunda mano… Una delicia para los amantes de lo vintage.
Cuando termines de bajar por Blå puedes continuar hasta abajo, siguiendo las líneas del tram para no perderte: acabarás en Grønland y ahí ya, pues como en casa. Sino, siempre puedes haberte pasado antes por las oficinas de Ruter (empresa del transporte en Oslo) y haber cogido un mapa de la ciudad. Yo llevaba uno en cada bolso.
Más tarde pondré fotos para ilustrar mis palabras.
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Comentarios (3 comentarios)
Pablo Melero Morán hace 10 años
Está bien saberlo por si algún dia visito Oslo. Aunque creo que mejor en verano que viendo la cascada helada... debe hacer mucho frío!
Andres Garcia Lopez hace 10 años
Y video o algo del Bla ese no hay? SI tanto molaba, enseñanoslo!
Carolina Gómez Peiró hace 10 años
Pinta bien, ¿no? :)