¡Siéntete como en casa en Oporto!

Han pasado 10 días desde que llegué a Oporto, Portugal, para estudiar. Vengo desde Brasil y al principio sentí curiosidad por cómo sería el trato con los portugueses.

Afortunadamente, han sido unos anfitriones fantásticos desde que puse un pie en Portugal. Remontándonos al aeropuerto de Lisboa... pensé que, al traer a mis perros conmigo, sería complicado acceder con ellos. Pero terminó siendo fácil (también se debe a que tenía todos los documentos bien organizados). Se mostraron muy serviciales, ofreciéndose a ayudarme con los perros y todo.

En Oporto encontré a gente muy simpática. No importa dónde me parase (una tienda de animales, un restaurante, una cafetería o el mercado), siempre han intentado ayudarme (por ejemplo, buscando en Google los lugares cuando estaba perdida, ayudándome a buscar direcciones... ). Y me sonríen siempre, algo que me recuerda a Brasil, donde todo el mundo es tan simpático y amable.

Y como dato interesante: es muy típico que te toquen el brazo o la mano mientras te hablan, algo que encontré igualmente encantador.

¡Y hay muchísimas panaderías! ¡Son tan geniales! Me encanta comer aquí porque de verdad me siento en el paraíso del pan. Los portugueses son famosos por su comida y especialmente por sus productos de panadería, sus bizcochos y sus dulces; ahora entiendo por qué. Además, no es caro comer aquí. Me he estado gastando de 2 a 3 euros por desayuno (un café con leche con algo para comer, como un croissant, un bizcocho o un sándwich).

El tiempo también ha sido genial, hace sol casi todos los días en esta época del año (octubre). La temperatura es cálida durante el día y no muy fría por las tardes.

Recomiendo Oporto a todos los estudiantes Erasmus que estén dispuestos a viajar y conocer una nueva cultura en un lugar seguro y encantador.