Diez cosas que no te puedes perder en Oporto

Sé que en otras ocasiones he dicho que me gusta definirme como una viajera que no parece turista, pero creo que hay algunos lugares que merecen estar en las listas de imprescindibles sin importar lo turísticos que sean. Por ese motivo, os hablaré de algunos sitios que ya he visitado en Oporto y que os recomiendo.

1. Librería Lello e Irmão - 5 €

Es la tercera librería más bonita del mundo, tiene más de un siglo de antigüedad y es una joya del modernismo. Fue la inspiración de J. K. Rowling para escribir el primer libro de Harry Potter porque vivió algunos años en Portugal. e incluso llegó a estar casada con un portugués.

Los detalles góticos y su famosa escalera roja están presentes en el diseño de Hogwarts porque ella siempre venía aquí en los 90 a tomar café. Se podría decir casi con total seguridad que el primer capítulo de "La piedra filosofal" se escribió aquí.

Consejo: para entrar hay que pagar 5 €, pero, ¡buenas noticias! Si compras un libro, te descuentan esa cantidad del precio original. La cola suele ser bastante larga y a veces llega hasta el final de la calle, pero si estás en Oporto tienes que visitar esta librería.

Recomiendo no estar esperando horas para entrar si no vas a estar en la ciudad muchos días. Hay muchas más cosas que ver además de esto. Sería una pena que malgastaras dos o tres horas esperando en vez de pasear por las estrechas calles de esta maravillosa ciudad.

Fuente

2. Ribeira

Una de las vistas más espectaculares de la ciudad que tendrás es, sin duda, la del centro de la ciudad desde la margen derecha del Duero. Siempre está lleno de turistas, pero es la joya de Oporto. Puedes sacar entradas para dar un paseo en barco por el río Duero, ir a ver cómo navegan los barcos desde el puente Luis I, visitar el muro dos bacalhoeiros, la plaza da Ribeira, comer en Adega de São Nicolau o tomar algo en la cafetería del hotel Pestana Vintage. ¡En este barrio encontrarás todo lo que necesitas!

Fuente

Fuente

3. Sierra del Pilar y Jardim do Morro

Justo después de cruzar el famoso puente de Luis I encontrarás el mejor lugar para ver la puesta de sol (o el amanecer). La colina que hay en la zona de Gaia es donde está el Jardim do Morro. Desde allí podrás tener una vista panorámica de la ciudad y de los Jardines el Palacio de Cristal.

Fuente

4. Las bodegas del vino de Oporto - 10-12 €

No hay que perderse el lugar en el que se guarda el vino que se hace en la ribera del Duero, no solo porque las visitas guiadas sean maravillosas y te enseñen mucho sobre la historia de las diversas variedades de vino, sino porque la mayoría acaban con una cata. Echa un vistazo a las ofertas que hay porque seguro que hay una bodega en la que podrás disfrutar: Sendam, Calem, Taylor's, etc. Algunas de ellas incluyen un aperitivo con manjares portugueses.

Fuente

5. Jardines del Palacio de Cristal

Este frondoso paraíso es un laberinto de caminos, pequeñas cascadas ocultas y esculturas hechas con setos que hacen de este parque una experiencia muy exótica. Merece la pena subir hasta el enorme pabellón que está en lo alto para ver todo el Duero.

Este parque de ocho hectáreas de vegetación y romanticismo también es el lugar donde se celebra la feria del libro de Oporto en septiembre. Merece la pena visitarlo porque también puedes ver gratuitamente el Museo Romántico.

Fuente

6. Catedral de Oporto - 2, 5 €

La iglesia más importante de la ciudad se construyó en los siglos XII y XIII. Es un monumento nacional por su claustro gótico, su capilla y porque cuenta una de las historias más increíbles del régimen de Salazar.

Es momento de una anécdota: el obispo era una de las personas que no aceptaba lo que Salazar, un dictador, estaba haciendo en Portugal en la década de los 60. El efecto liberador del Concilio Vaticano empezó a ser más poderoso en el país gracias a sus actuaciones.

Mandó una carta al propio Salazar donde criticaba el régimen, así como las políticas sociales y económicas que estaban sumiendo a la población de Oporto en la pobreza. Os podéis imaginar lo blasfemos que se consideraron aquellos comentarios en un régimen tan severo como el que había implantado Salazar en aquella sociedad, que estaba muerta de miedo. El obispo estuvo diez años en el exilio (1959-1969).

Por suerte, su carta se filtró a la prensa y, aunque las imprentas no podían difundirla oficialmente, imprimieron cientos de ejemplares de la carta y los lanzaron por la ventana, lo que era un acto no oficial. Así nació el primer acto de rebelión. Los habitantes de Oporto cerraron la iglesia durante 10 años y prohibieron que cualquier otro obispo o persona entrara. Solo querían al antiguo.

Cuando pasaron esos diez años el obispo volvió y, en señal de respeto y solidaridad, animó a los lugareños a que entraran en la catedral en vez de ser él quien lo hiciera. Al fin y al cabo, habían sido ellos quienes la habían cerrado y era lo justo que ellos mismos la abrieran de nuevo.

Esta historia nos la contó el guía de la visita guiada gratuita y creo que es una de las más impresionantes. Es una prueba de lo que los portugueses son capaces de hacer para defender sus creencias.

Fuente

7. Torre de los Cléricos - 5 €

Quizá esta torre es uno de los primeros lugares que la gente visita en Oporto y lo que la hace tan especial no es su campanario de 75 metros, sino el lugar en el que está construida. Es el final de la antigua parte medieval de la ciudad y da, desde 1763, a la plaza Largo Amor de Perdição.

No hay que subir muchas escaleras (solo 225), aunque son muy estrechas y la subida no es muy agradable porque solo hay espacio para una persona. Por ello, tendrás que hacer pequeñas pausas para dejar que otra gente baje.

Las vistas no son las más increíbles, pero la vista de pájaro te da una perspectiva general de la ciudad. Además, ¡desde allí se puede ver el océano!

Atención, un dato interesante: los portuenses aprecian mucho a Nicolau Nasoni, un diseñador y arquitecto italiano, porque le encargaron que construyera algunas cosas en la ciudad y esta torre es una de sus obras. Fue construida para los pobres, para el pueblo llano y, lo más importante: fue un regalo. No cobró nada por su construcción porque es una persona muy sencilla.

No solo eso, sino que además no quiso que grabaran su nombre en la tumba en la que fue enterrado. Lo divertido es que le enterraron en la iglesia, pero su cuerpo se perdió y, como no quería que nadie le identificara, no hace falta saber dónde está realmente, ¿no creéis?

Fuente

8. Estación de Porto-São Bento

Es una de las estaciones de tren más bonitas que he visto, sin lugar a dudas. Tiene adornos de la Belle Époque y azulejos azules que crean un dibujo difuso. Sin duda, podría decirse que es la mejor representación para una estación de tren en la que la gente viene y va cada día.

Cuando entres en la estación de tren, mira hacia la esquina que está inmediatamente a tu izquierda para ver una historia sobre la evolución del transporte. Terminarás en la misma esquina con la imagen de un tren. Además, en el muro de la izquierda donde está el tren, podrás ver otros dos dibujos azules:

1. El de arriba representa la boda más famosa del país, que se celebró en 1387. En ella se casaron Juan I de Portugal y Felipa de Lancaster, proveniente de Inglaterra. De esta manera se sentaron las bases de la alianza más antigua entre estos dos países;
2. La que está debajo de la primera muestra a su cuarto hijo, Enrique el Navegante, que se hizo famoso por sus propios méritos, ya que sabía que sus posibilidades de ser rey eran mínimas, puesto que era el hijo menor.

Fuente

9. Foz

La zona balnearia donde los británicos pasaban sus vacaciones es, actualmente, una miniciudad dentro de Oporto a la que todo el mundo va por sus playas y cafeterías al aire libre. La Avenida do Brasil ofrece una de las vistas más sobrecogedoras del océano Atlántico y del faro de Felgueiras.

Fuente

10. Piscinas de marea de Leça

Este es otro de los "mejores lugares" del mundo que puedes ver en Oporto. Esta piscina de marea es obra de Alvaro Vieira, el arquitecto portugués más premiado. Creó esta maravillosa obra, un lugar situado entre las rocas y el mar. Aún no he podido bañarme en ellas, así que os dejaré que busquéis imágenes en Google para que decidáis si merece la pena ir.

Galería de fotos