Cinco razones por las que Oporto te gustará más que Lisboa

La fama de las "otras ciudades importantes" del mundo queda, en ocasiones, eclipsada por la importancia de las grandes capitales mundiales cuando se visita un nuevo país. Como sé que muchos de vosotros empezaréis vuestra aventura en Portugal por Lisboa antes que por "la segunda joya del país, he decidido escribir sobre por qué merece (mucho más) la pena indagar un poco antes de elegir tu próximo destino.

Después de haber vivido en Oporto durante casi un mes y de haber pasado un fin de semana en Lisboa, no soy parcial en este asunto. Sin embargo, me atrae la idea de comparar objetivamente estas ciudades porque todos los portugueses que conozco suelen preguntarme cuál de las dos me gustó más (teniendo en cuenta que soy extranjera). Todavía no las conozco a fondo, pero sí sé por qué la mayoría de los portugueses (o, al menos, los que he conocido hasta ahora) recomiendan Oporto por lo que se vive en esta ciudad. ¡Aquí os cuento los motivos!

1. Te sorprenderá la calidez de la gente del norte

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Sí, para los portugueses es algo innato ser acogedores con la gente que llega a su país y he aprendido a apreciarlo, ya que, como todos sabemos, en algunos lugares hacen lo imposible por hacerte sentir que no eres de allí. No estoy intentando ser políticamente correcta, simplemente digo lo que siento. Si nos centramos más en la parte norte de Portugal, en Oporto la gente es muy diferente en comparación con la de Lisboa. En todos lados se habla inglés, así que eso es un gran punto a favor para ambas ciudades. Sin embargo, la amabilidad con la que te tratan en el norte es diferente. Son muy humildes y te harán sentir como en casa con muy poco por la manera en la que te tratan: como si te conocieran de toda la vida. Es algo que, sin duda, no ocurre en todos lados.

2. Te enamorarás de sus estrechas calles y sus coloridos edificios

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No cabe duda. Oporto es una de las ciudades Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Te sentirás como en una colorida ciudad medieval gracias a sus azulejos amarillos y azules, que son adornos típicos de Portugal. Tienen diferentes diseños preciosos.

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Antes de que te adentres en el casco histórico, atravesarás, sin duda, el puente Luis I que fue construido por Teófilo Seyrig, el discípulo de Gustave Eiffel.

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Otra de las mejores formas de acabar el día en Portugal es tomarse un café en una de sus maravillosas cafeterías modernistas. Además, tendrás que acompañarlo con, al menos, dos "pasteis de nata" de la Fabrica de Nata, situada en la Rua de Santa Catarina porque, como dicen los locales, "uno nunca es suficiente". Si aún no os he convencido, quizá el Café Majestic sí lo haga. Es un clásico de esta ciudad, tiene un ambiente elegante y dulces que te harán la boca agua.

3. Darás un paseo al atardecer por la Ribeira

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Oporto se ganó un trocito de mi corazón gracias a la increíble zona de la Ribeira. Desde allí pude contemplar uno de los mejores paisajes urbanos que jamás he visto. Los restaurantes y las terrazas están, normalmente, repletas de turistas. Al fin y al cabo, la hostelería es el motor de país. Sin embargo, hay algo en el ambiente, una tranquilidad que te invita a pasear al atardecer y a ver cómo se refleja la puesta de sol en el agua. Observarás a las gaviotas volar en círculos sobre los barcos de pesca, escucharás a guitarristas callejeros y sentirás esa extraña combinación de "melancolía y desahogo". Es la definición perfecta de saudade, sin ninguna duda. Recargarás fuerzas y te sentirás completamente renovado porque no hay turistas molestos, como ocurre en la capital.

4. No mirarás el vino con los mismos ojos tras pasar por una bodega en la que aprendas sobre él

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Oporto no tiene tantos monumentos como Lisboa, pero creo que ahí está su encanto. Creo que se disfruta más y que no estarás horas y horas haciendo cola para visitar lugares de interés. Hay mucho que ver, aunque todo depende del tipo de viaje que planees. Sin duda, una de las mejores experiencias que viví en Oporto fue ir a una bodega en Gaia, la parte de la ciudad que está justo al cruzar el puente Luis I.

Aunque el vino de Oporto se empieza a producir en la ribera del Duero, de esta ciudad partieron muchos barcos que lo distribuyeron por todo el mundo. Caves Ferreira, Espaço Porto Cruz, Cálem o Sandeman son algunos ejemplos de bodegas que merece la pena visitar. Explican cómo funciona la industria del vino y mantienen ese encanto tradicional durante sus catas. Lo mejor de estas visitas es que solo puedes comprar sus vinos allí. No los encontrarás en los supermercados, así que, ¡calidad asegurada!

5. La ciudad se anima por la noche, pero no demasiado

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He oído que Lisboa le quita protagonismo a Oporto porque es la capital, así que atrae a muchos más turistas y sus noches de fiesta son mejores. Sin embargo, la capital del norte es mucho más estudiantil y quizá es todo lo que necesitas para una noche de fiesta más "íntima" con tus amigos en el Erasmus Bar o en el Bar 77. Sé que no confiaréis en este argumento hasta que no mencione que en estos bares podéis tomaros una cerveza por 1 €. De lo que sí estoy segura es de que os tratarán genial allí.

Por ejemplo, una noche celebramos el cumpleaños de un amigo, Ondra. Fuimos al Erasmus Bar a tomar algo antes de salir de fiesta para celebrarlo y, en cuanto el camarero se dio cuenta de que era su cumpleaños, nos dijo que volviéramos por allí antes de volver a casa para que nos pusiera un "Coco Locco" gratis. Pues claro que volvimos. ¡Ese cóctel vale 12 € y a nosotros nos lo preparó gratis!

¡Este es todo nuestro grupo Erasmus de fiesta!

Una vez dicho todo esto, creo que ya he aportado mi granito de arena para haceros ver que Oporto es una ciudad genial para pasar las vacaciones o para venir de Erasmus. Como habréis podido comprobar, no he sido muy dura con Lisboa porque quiero descubrirla a fondo y aún no he tenido la oportunidad de hacerlo.

Espero no haber decepcionado a ningún amante de Lisboa, creedme si os digo que conozco las maravillas que esconde la capital. Quizá mi visita de tres días no fue suficiente para juzgarla, pero por ahora esta es mi impresión. Si alguno de vosotros no está de acuerdo con ella, os invito a que me dejéis un comentario diciéndome cuál de las dos preferís e intentaré descubrir y vivir ambas ciudades más a fondo.

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