Día 8 en Nueva York: Metropolitan Museum y Guggenheim
¡Hola a todos y bienvenidos un día más a mi blog! Como ya os adelanté en el último post, las previsiones para hoy daban lluvia, y para nuestra mala suerte, las previsiones se cumplieron… Amaneció lloviendo muchísimo, por lo que decidimos que no merecía la pena salir a la calle si seguía lloviendo. Por ello estuvimos haciendo un poco el vago (que también lo necesitábamos) y después de comer, que parecía que llovía un poco menos, empezamos nuestro octavo día en Nueva York.
Como estaba lloviendo decidimos que era un buen día para ver los dos museos que nos quedaban por ver: el Metropolitan Museum of Art (más conocido como The Met) y el Solomon R. Guggenheim Museum (más conocido como simplemente Guggenheim).
1) Metropolitan Museum of Art
El Metropolitan Museum of Art es uno de los museos más importantes del mundo, así que no podíamos irnos de Nueva York sin visitarlo. Para poder entrar a este museo ya no pudimos usar nuestra técnica de ir gratis, ya que el Metropolitan Museum of Art nunca es gratis (antes sí que existía la opción de pagar lo que quisieses, sin embargo desde marzo del año pasado todo el mundo tiene que pagar sí o sí).
La entrada cuesta veinticinco dólares para los adultos y doce dólares para los estudiantes, sin embargo hay que tener en cuenta que esta entrada te sirve para tres días consecutivos, por lo que si la compras el sábado, podrás ir a visitar el museo hasta el lunes incluido.
En cuanto al museo, el Metropolitan Museum of Art fue abierto al público a finales del siglo diecinueve y es uno de los museos más grandes del mundo con más de dos millones de obras. Hay una gran variedad de obras, ya que se pueden ver desde obras que datan de hace más de cinco mil años hasta algunas obras de arte moderno… Esto hace que sea un museo de lo más variado. Además, debido a lo grande que es, este museo tiene tres sedes. Sin embargo, la principal es la que se encuentra en la Fifth Avenue, y es a la que fuimos nosotras.
Para empezar quiero decir que a mi me agobió un poco el hecho de que el museo fuese tan grande, ya que solo esta sede principal tiene seis plantas. Yo soy de las típicas personas que siempre quiere verlo todo y aquí obviamente me fue imposible.
Iba pasando de una sala a otra y ya no sabía por dónde seguir, ya que a parte de ser grande no hay un camino determinado que seguir para poder visitar el museo. Cada sala está rodeada de cuatro puertas que llevan cada una a otra sala diferente, por lo que al final es un poco caos y a mi esto me frustró un poco. Sin embargo, en general pienso que es un museo alucinante y que me encantaría poder entender cada obra.
En el museo se empieza viendo todo lo relacionado con el arte egipcio, incluyendo cuadros, tumbas, joyas… Por aquí os dejo un par de fotillos:
Es bastante interesante verlo y sobre todo ver cómo todas estas cosas se han conservado intactas desde hace tantísimo tiempo. Además, se puede ver también cómo era un templo egipcio pues en esta exposición del museo se encuentra el llamado Templo de Dendur, que fue traído de Egipto pieza por pieza. Aquí os dejo una foto en la que se puede ver un poco a lo lejos:
Después de esta exposición se pueden ver muchísimas otras, sin embargo hay algunas que son permanentes y que por ello son más destacables que otras. En concreto quiero destacar las de arte oriental con obras de distintas culturas y de arte asiático que incluye una colección de pintura china que a mí personalmente me sorprendió bastante. También es importante ver las distintas obras obras de arte islámico, destacando los manuscritos del Corán o la exposición sobre arte estadounidense, donde se puede ver un conjunto de habitaciones totalmente amuebladas (como broma mis amigas y yo dijimos que parecía que estábamos viendo el Ikea de hace doscientos años…). Por aquí os dejo una foto de una sala de esta última exposición, en la que había una sala dedicada a una colección de tapices:
Además, una de las partes que más me sorprendió fue la de la colección de armaduras (¿no es un poco raro que en un museo de arte haya una colección de armaduras?). Por aquí os dejo otra foto:
Para que os hagáis una idea de lo grandes que son las salas, os voy a dejar por aquí esta última foto:
La verdad es que a parte de estas exposiciones que os he dicho hay muchísimas más. Como podréis imaginar nosotras no vimos todo lo que hay en el museo porque es literalmente imposible. Es tan grande que te vas perdiendo por sus salas y al menos yo, me saturo. Por eso las últimas partes del museo las vimos así más por encima sin prestar tanta atención a lo que había.
A parte de las grandes salas de arte que hay en el museo, creo que algo que hay que visitar sí o sí en el Metropolitan Museum of Art es su azotea. Ya os he adelantado que cuando nosotros fuimos estaba lloviendo, así que las vistas dejaban mucho que desear. Sin embargo, desde allí se pueden ver unas vistas alucinantes de Central Park que, según me han dicho, te dejan con la boca abierta…
Ya os he dicho que hay otras sedes de este museo, y aunque yo no he estado, os las voy a decir por si acaso tenéis curiosidad. Son el Met The Breuer que está en Madison Avenue y se basa totalmente en arte moderno y contemporáneo, y el Met Cloisters (o Los Claustros) que tiene colecciones de arte medieval.
Pues bien, la verdad es que creo que hay que ir a ver este museo porque es una obra de arte con todas sus letras, sin embargo, para mi que no entiendo mucho de esto se me hizo demasiado grande. Hubiese preferido que fuese un poco más pequeño para poder prestar toda la atención que se merece cada obra. Sin embargo, esto lo voy a utilizar como otra excusa para volver a Nueva York, y es que tengo que ver bien las partes que no he visto esta vez…
Después de ver el museo necesitábamos coger fuerzas para ir a ver el siguiente que teníamos pensado: el Guggenheim. Ambos museos se encuentran a unos diez minutos de distancia el uno del otro, así que decidimos buscar algún sitio para tomar algo de camino.
La verdad es que no había mucha variedad, pero acabamos en un sitio que nos gustó un montón: el Dean and Deluca. Es una especie de mercado en el que venden de todo, desde dulces y tartas hasta embutido y pescado. Además, tiene unas mesitas muy monas para sentarte y descansar mientras te tomas algo. Nosotras decidimos comprar un bocadillo de queso… ¡Y vaya bocadillo de queso! Creo que no había probado algo tan rico desde que me fui de España. Aquí en Estados Unidos es muy difícil encontrar pan que esté rico, y más aún queso que esté rico, así que cuando lo encuentras hay que disfrutarlo.
Pues bien, después de esta parada técnica nos dirigimos ya por fin a nuestra siguiente parada: el Solomon R. Guggenheim Museum.
2) Solomon R. Guggenheim Museum
Para empezar he de decir que este museo se conoce directamente como El Guggenheim. Es sobre todo un museo de arte contemporáneo y lo que más impacta de primeras es la forma del edificio. Es uno de los edificios más famosos del mundo y fue diseñado por Frank Lloyd. Por aquí os dejo una foto desde el interior:
Al contrario que el Metropolitan Museum of Art sobre el cual he hablado previamente, al Guggenheim sí que se puede entrar gratis los sábados de cinco a ocho de la tarde. Por esta razón, cuando llegamos había una cola alucinante para entrar. Sin embargo, me sorprendió que fue bastante rápido y que una vez dentro no daba una sensación de agobio…
Pues bien, nada más entrar empezamos a ver las distintas exposiciones, y esta vez si que era sencillo seguir un orden porque lo que hay que hacer es ir subiendo por la rampa que hace espiral que habéis podido ver en la foto que os he puesto antes, e ir viendo los cuadros en las paredes del exterior.
A pesar de que los cuadros no son famosos, y por ello no podría destacar ninguno por su gran importancia (o al menos que yo sepa), había algunos que me parecieron súper originales. El Guggenheim ha sido un museo que me ha alucinado, y que a pesar de ser menos importante que por ejemplo el Met, me ha gustado bastante más.
Las obras son súper originales, algunas muy coloridas, otras con formas raras… La verdad es que no sabría cómo explicar lo que vi, así que prefiero dejar por aquí algunas fotos para que lo veáis:
Terminamos la visita en una hora y media aproximadamente, y eso que vimos absolutamente todo. Pero claro, no se puede comparar este museo con lo grande que eran otros que hemos visto durante nuestra estancia en Nueva York.
La verdad es que recomiendo totalmente visitar este museo, ya que es súper especial y mola muchísimo. Sé que hay otros museos Guggenheim por el mundo, y concretamente hay uno en Bilbao, así que sin duda cuando vuelva a España quiero escaparme algún fin de semana para verlo, porque si me va a gustar tanto como este de Nueva York la escapada merecerá la pena (y además así conozco Bilbao, que aún no he estado nunca…).
Pues bien, dicho esto terminamos con los museos del día y lo único que nos apetecía era volver a casa, ya que no paraba de llover… Así que cogimos el metro que más cerca estaba y nos volvimos para descansar y prepararnos para el día siguiente que en teoría iba a hacer sol… ¡Mañana veremos y vosotros lo veréis conmigo!
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