Cenizas volcánicas

Muchas veces han sido las que he cogido un avión y jamás he tenido ningún tipo de problema, pero la última vez, unas pequeñas cenizas cancelaron mi vuelo, y el siguiente que compré y el siguiente también… Así es, a mí también me afectó la mayor crisis aérea europea de abril del 2010.

Yo estaba en Noruega; uno de los primero países afectados. Así que desde el día que llegamos supimos que íbamos a tener problemas para volver, aunque no éramos del todo conscientes del caos que suponía. Estar en Noruega era como estar en una burbuja, y cuando nos llegaban noticias éstas eran catastrofistas.

Llegó el día de partir y evidentemente nos quedamos en tierra. Llamamos a nuestra compañía aérea, a la embajada, a los aeropuertos. Creo que jamás he llamado tantas veces en un día y he escuchado las preciosas canciones de espera (la de ryanair es para volverse loco; la del aeropuerto de Oslo son los Beatles, en fin...)

Empezamos a buscar maneras alternativas de volver a casa por tierra pero es que… ¡estábamos verdaderamente en el sitio más lejos de casa! Parecía de locos el volverse por tierra (además de que los precios estaban desorbitados). Además coincidió con una huelga de trenes en Francia; con lo cual atravesarse Europa no resultaba de lo más apetecible.

Sinceramente, preveíamos unas vacaciones sin final en Noruega (si, el país más caro de Europa), acabar el curso allí, mudarnos allí. Hubiera sido estupendo.

Después de que cancelaran nuestros terceros vuelos no teníamos NINGUNA manera de volver a casa. ¿Cómo lo conseguimos?

Alguien nos comentó que Air Norwegian había empezado a volar (llamamos al aeropuerto y no nos lo confirmaron) pero aún así compramos unos billetes de vuelta a España. ¡Queríamos volver a territorio nacional!

Así que cogimos nuestras maletas, poco seguras de que el vuelo fuera a realmente a despegar. El aeropuerto estaba vacío; casi todos los vuelos cancelados y los que no retrasados.

Embarcamos, y subimos escépticas al avión. Despegó…y llegamos al Prat; a un desierto Prat.

Todos los vuelos siguieron cancelados durante los siguientes días… ¿Un avión suicida? Quizás… Eso sí, yo también viví la crisis aérea del 2010.