La carrera de la pizza.

Hoy los napolitanos se han superado. Si ya tenían el título de hacer la mejor pizza del mundo, ahora también detentan el de haber hecho la pizza más larga del mundo: nada más y nada menos que 2kmde pizza margarita. Y es oficial, a partir de ahora los veremos orgullosos en el libro Guinness de los records. Hasta ahora el record estaba en Milán, una pizza de 1595,45 m hecha por 80 pizzeros de toda Italia en la Exposición Universal de Milán.

Y antes de eso…en España, si, habéis leído bien, pero vamos que yo tampoco lo sabía hasta hoy. Tomelloso (Ciudad Real) tenía el record de la pizza más larga… pero fue batido por los italianos 2 veces antes de ésta que hemos visto en Nápoles hoy, aunque una de ellas no ha sido oficial. En fin, es justo que el título lo tengan ellos. Es todo un símbolo del país, y aún más para Nápoles, donde todos dicen ser padres de este simple y maravilloso plato.

Cuando llegué a Nápoles lo primero que hice fue comer pizza en la famosa Antica pizzería da Michelle. Su carta sólo tiene dos variedades de pizza diferentes: margarita y marinara. Pero basta para que todos los días haya que hacer cola para sentarte y tocar el cielo. Una base finísima pero irrompible, así como chiclosa. Creo que por mucho que me esforzase jamás conseguiría hacerla parecida. La salsa de tomate es alucinante, una mezcla de sabores, la mezcla perfecta de los ingredientes, tomates de primera calidad, ajo, aceite de oliva, un poco de sal y seguro que una pizquita de azúcar. No soy cocinera y ni siquiera lo hago bien pero amo comer, y ésta salsa ha despertado en mí todo el amor. Otra de las cosas famosas de Italia es la mozzarella, así que en una buena pizza napolitana no falta una buena mozzarella y como toque final un poco de albahaca que impregna toda la pizza.

Y da Michelle no fue la única, en ésta ciudad hay al menos 2 pizzerías buenas por barrio, y las de mi barrio son nada más y nada menos que da Michelle y la de Cacciali nuncio, que queda justo debajo de mi casa, y por 3 euros tengo la mejor pizza que podría desear.

Pero no todo es bueno, la dieta Erasmus ha hecho mella en mí. Hoy me ha llegado un análisis cortesía de Avis por haberles donado sangre (si, les he regalado mi sangre para que luego ellos la vendan a quienes la necesitan, cosas de Nápoles que no sabía hasta que ya me habían chupado medio litro de sangre). En fin, que encima que hago el pavo regalando sangre a gente que se aprovecha de las necesidades de los demás, me llega el análisis y aparte de una anemia ferropénica galopante…tengo colesterol!!!

Con lo tranquila que estaba yo sin conocer mis debilidades fisiológicas… una que sólo quiere contribuir a hacer del mundo algo mejor y van y me dan un informe detallado de mi salud…esa que yo creía de hierro, y ahora resulta que lo que le falta es justo eso. Ay, ya sé que a medida que uno cumple años van saliendo arrugas, las tetas se caen, el pelo pierde brillo, se empiezan a juntar michelines por todas partes, el culo se llena de hoyitos graciosísimos y parece un flan de huevo…y así podría seguir un rato pero mejor me callo porque si no voy a tener que cocerme la boca para no volver a comer algo rico en mi vida.

Pero vamos que mi cuerpo se está pasando, ¿cómo puede venir todo junto y tan de repente? Acepto todo eso que nombré antes pero no que empiece a fallarme por dentro con cosas que ni veo y que ¡¡¡apenas sé que existen!!!

Y yo sigo comiendo pizza, y seguiré mientras esté en Nápoles, que estoy en la ciudad pizzera por antonomasia, 2km de pizza, 40.000 porciones repartidas por voluntarios, pizzerías alucinantes por todas partes, pizza al taglio por 1'50 €, pizza frita, margarita, marinara, diavola...mamma mia! No puedo evitarlo, pizza is everywhere.

¿Pero sabes qué? Saldré a correr por Lungomare y haré el recorrido que hoy ha estado cubierto de pizza. Motivación mode on, la llamaré la carrera de la pizza.

 

 

 

 

 

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