Inspirado por el sur de Francia

Montpellier es un lugar mágico, con la paz de una ciudad pequeña pero todas las comodidades de una ciudad grande. Puedes pasear por el centro miles de veces y nunca te cansarás. La arquitectura evoluciona en conjunto con el ambiente del Mediterráneo francés.

Los alrededores son preciosos, hay muchos pueblos y áreas naturales para visitar y es muy fácil llegar allí. Además, la mayoría de veces tendrás buen tiempo en toda la zona.

La gastronomía es buena, ya que la cocina francesa es muy conocida. Sin embargo, como estudiante es difícil probarla demasiado a menudo porque los precios son bastante altos. Aun así, es posible probar la comida de la zona de vez en cuando y darte un capricho con algo especial.

Estudiar en Montpellier fue algo duro; el nivel de ingeniería es alto y requiere mucho esfuerzo conseguirlo. Pero merece la pena. La experiencia que uno se lleva es enriquecedora y formativa. Además, las residencias están bien pero deberías ser rápido cogiendo un lugar para vivir, ya que Montpellier es un destino muy atractivo para los estudiantes.

Para salir de fiesta no diría que es el mejor sitio. Al ser una ciudad pequeña, los sitios del centro cierran pronto y tienes que ir más lejos para encontrar clubs. Aun así, en los bares se está muy bien y el servicio es muy bueno. Simplemente intenta evitar los bares en las calles turísticas; un poco más lejos podrás encontrar buenos sitios con buenos precios y buen servicio.

El transporte también está bien. Para los estudiantes jóvenes hay una tarjeta mensual que es muy útil, y te permite viajar por toda la ciudad a un buen precio. Toda la ciudad está bien conectada por el tranvía. Además, los autobuses pueden ser útiles para llegar a ciertos puntos de la ciudad.

Montpellier es mágico. No te arrepentirás de vivir allí. Si tienes la oportunidad aprovéchala y pásalo bien.

Galería de fotos