Experiencia en una granja
Llegada a la granja
Acabo de salir de Nueva York, donde he podido probar por primera vez (gracias a Leigh) el bagel. Él opina que es "el desayuno de Nueva York". Me lo pedí con café americano (más bien una botella de café de lo grande que era el vaso). Leigh y Rhio ordenaron un poco la casa, cogieron algunas cosas para llevarlas a la granja, hicieron la compra y nos fuimos en coche para llegar aquí: Eldred (clicar para ver la ubicación exacta), un pueblo perdido en el campo neoyorquino en el que se encuentra la granja de Rhio y Leigh (a unas dos horas de Nueva York).
Durante el viaje, intentaba mantenerme despierta para ver el paisaje, todo verde, no era para nada lo que me imaginaba del lado este. Aún así me quedé medio dormida un rato por el balanceo del coche. Cuando me desperté habíamos llegado casi ya. Pude ver las típicas casas de esta parte de Estados Unidos, la mayoría parecían chalets de madera oscura (a veces blanca), de colores, algunos tenían la bandera de Estados Unidos. Me parecieron preciosos, bien cuidados con el césped bien cortado. Obviamente ya sabía que no tenía que ilusionarme mucho para no compararlos con la granja en la que me quedaría un mes. Llegamos unos minutos más tarde y vi la casa a la izquierda con un gran bosque detrás.
Descubriendo la nueva casa
Hay pocas casas alrededor, estábamos en pleno campo. La casa de Leigh y Rhio parecía mucho más vieja y no estaba tan cuidada como las otras. La verdad es que la casa que tenían en Nueva York me había dejado con la boca abierta. Esta era mucho más pequeña, algo estrecha, pero bueno me voy a quedar un mes aquí y doy gracias por tener donde alojarme. Y que también tiene su encanto: las habitaciones pequeñas, el baño antiguo, las paredes deterioradas... En cambio la propiedad es enorme si la medimos en hectáreas, Rhio no para de alargarla para plantar más y más hortalizas, árboles frutales y demás.
Desde hace poco ha empezado a vender sus propios productos, por lo que tiene que producir cada vez más. Después de Comer, Rhio me enseñó todo lo que cultivaba. A veces la ayudan sus empleados pero hace muchas cosas sola. Su marido, que como dije, dirige una radio por internet y fue productor musical (sigue haciendo música para ella), no la ayuda. Rhio me explica que no es lo suyo. Me parece raro pero bueno, así son las cosas. Además que Leigh cocina muy bien.
Creo que es más viejo que Rhio, por lo que tiene sentido el que no la ayude tanto. En cambio, Rhio no para, me sorprende mucho. La verdad es que cuando contacté con ella no sabía su género y al principio pensaba que era un hombre. Venga, llamadme sexista si nos ponemos con el tema de la sociedad... En cualquier caso me alegra saber que esta mujercita (debe medir 1m55 aprox. o menos) consigue sacarse las castañas del fuego sola. Rhio tiene mucha fuerza de voluntad y en una granja se necesita mucho de eso porque siempre hay algo que hacer. La granja es biológica, solo produce vegetales (no animales).
Experimentando una forma de vivir diferente
Rhio y Leigh son vegetarianos así que como lo que comen ellos y aprendo recetas nuevas. A Rhio además le gusta la "raw food", es decir, comida cruda. Ella escribe hasta libros de recetas y consejos sobre esta forma de cocinar. Consiste en comer alimentos casi sin procesar, por lo menos sin cocinarlos de una manera que les quite las propiedades. Según los que se alimentan de esta forma, al cocinarlos le quitas la parte buena del alimento, las vitaminas y las enzimas que nos ayudan a digerir. Pero las patatas crudas no están buenas así que las hacemos puré. En cualquier caso, descubro nuevos sabores. Aprendo el nombre en inglés de las hortalizas que cultivo. A veces resulta difícil cuando ni siquiera sabes lo que es en francés, y eso que yo soy de campo... El primer día, Rhio me encargó la siguiente tarea: plantar semillas (seeds) de diferentes hortalizas, radish (rábano), rutabaga (colinabo), recao (cilandro), callaoo (espinacas chinas)...
Aprendiz de jardinero
Al principio me llamó la atención el tiempo que hay que dedicarle. Cuando era pequeña plantaba semillas con mi padre, pero aquí me enfrento a la tarea (por primera vez) de principio a fin (y repitiendo). Cuando acaba el día estoy sucia, me duele la muñeca con la que cavo y remuevo la tierra y me duele la espalda. Eso sí, ducharse después de un esfuerzo tan grande sienta súper bien. También te das cuenta del por qué nos duchamos cuando estamos llenos de tierra.
Sentir que hacía algo útil con las manos, que me ensuciaba, mecida por los murmullos del viento y el canto de los pájaros me transmitía una paz impresionante. Eso al principio del día, por la noche acababa reventada. Mi cuerpo vivía un poco más, aunque doliera. Al día siguiente tendría que plantar muchas más semillas y me doy cuenta de que este trabajo, podía ser tan tranquilo como horrible. Te enseña a ser paciente, de hacer las cosas poco a poco y a no precipitarse para que todo se acabe cuanto antes.
Me ha costado trabajo aprender eso, tiendo a hacer todo lo más rápido posible para pasar a otra cosa, pero algunas cosas necesitan tiempo. Quitar las malas hierbas forma también parte de mi trabajo, no es que sea mi parte favorita pero esta tarea está bien para desestresarse. No tengo motivos para estar estresada pero siempre he tenido una dosis de rabia dentro que necesito sacar. En España intenté el boxeo y aquí intento hacer lo mismo con las malas hierbas. La verdad es que me funciona.
Mi trabajo
Normalmente empiezo a trabajar a las ocho de la mañana y salgo a las doce del mediodía, luego tengo un descanso hasta las dos de la tarde y empiezo a trabajar a las tres. En general, el "contrato" comprende 5 horas de trabajo al día, el resto del tiempo y el finde tenemos tiempo libre para hacer lo que queramos. Los dos primeros días no llegaba a las cinco horas porque me cansaba muchísimo y quería acostumbrar al cuerpo poco a poco al trabajo. Ahora, si puedo, trabajo un poco más. Rhio trabaja sin descanso hasta tarde por la noche (a veces), por lo que resulta difícil descansar mientras la ves trabajar al lado.
Desde que Jake llegó, un chico de 26 años de Florida, voy haciendo pausas. Jake es americano pero nació en Croacia y tiene la doble nacionalidad (Serbia también). Sus padres vinieron a Estados Unidos cuando él tenía 13 años. Me contó que la mayoría de los americanos están obsesionados con su trabajo, los llaman "workaholic" (work / alcoholic). Normalmente el ambiente laboral suele estresar. Después de graduarse en "public management", se metió en el sector inmobiliario para sacarse dinero fácil (desde los 18 no depende económicamente de sus padres). Cuenta con retomar los estudios en septiembre del año que viene y disfrutar del Workaway (la red social por la que conocimos a Rhio y Leigh para trabajar en su casa a cambio de comida y techo) para descansar. Me comentó que le gustaría tener una vida más sana y tranquila y que no comer carne (todos los días) era un reto para él.
Ayer fuimos a dar un largo paseo en bici y aprovechamos para tomarnos un helado y algunos "snacks". La comida biológica no está muy de moda en Estados Unidos. Ayer Jake, Rhio y yo estuvimos hablando largamente de esto. En Estados Unidos, la regulación de las OGM no tiene nada que ver a la europea (y francesa). Rhio contaba que cuando compras alimentos en el supermercado no sabes de dónde vienen. Por ejemplo, el maíz modificado genéticamente lo regula la Agencia de Protección Medioambiental (Environmental Protection Agency) como un insecticida, pero lo venden como "unlabeled", es decir, sin que lo etiqueten como OGM.
Dado que en Estados Unidos cada estado se rige por sus propias leyes sin que repercuta a nivel nacional, propusieron una serie de leyes en Vermont hace unas semanas para obligar a las empresas a etiquetar los productos que contengan OGM. Obviamente resulta complicado que este tipo de leyes se aprueben, las multinacionales pueden saltárselas pagando. Si te interesa el tema, mírate la película "Erin Brockovich", que te permitirá entender mejor los problemas de salud en Estados Unidos. Creo que esa es parte de la razón por la que Rhio y Leigh decidieron tener su propia granja, para poder producir sus propias verduras y vender productos más saludables.
También me enteré ayer, por su hijo Sean, que los ataques al World Trade Center precipitaron su llegada al campo. Viviendo en Nueva York, ya no se sentían seguros allí. Me sorprendió porque ni siquiera lo había pensado; ¿cuánta gente salió de París después de los ataques? Me gustaría saber una cifra aproximada porque no se me pasó por la cabeza ni una sola vez. Fue interesante saber la perspectiva de Sean sobre esto, que tiene unos 35 años. Interesante en el sentido de que tendemos a decir que la gente del campo es menos abierta. Al contrario, me conmovió este fuerte sentimiento de humanidad. Bueno, este artículo sería demasiado largo si empezara a hablar de este tipo de cosas, así que volvamos a nuestras ovejas -o más bien a nuestras plantas-.
Resultados al cabo de una semana
Hoy he terminado mi semana de trabajo, he tenido que plantar una veintena de "cajas" de verduras y un rectángulo largo de unos 5 o 6 metros de largo: Además de las que ya he mencionado, también he plantado col roja, lufa (que es una especie de pepino pero asiático), espinacas, nasturtium y flores recolectadas por las abejas. También he plantado otras semillas en macetas negras de unos 60 cm de largo que irán al invernadero: tevia, pimientos, pepino de limón, albahaca, semillas de variedades antiguas (heirloom seeds, no entendía realmente lo que era) y espinacas malabar (sí, te juro que ese nombre existe).
Galería de fotos
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- Français: Farm experience
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