Qué ver en Montenegro en un día

¡Hola a tod@s otra vez!

Como os comenté en el post anterior, mi viaje por Bosnia y Montenegro fue bastante exprés. Os contaré lo que visitamos en esas 24 horas, esta vez en Montenegro.

De nuevo, al igual que en Bosnia, decidimos no visitar la capital Podgorica ya que nos parecían más apetecibles otros lugares de Montenegro. Estos han sido por orden las paradas de nuestro itinerario: Kotor, Rijeka Crnojevica y Perast.

Itinerario

Primera parada: Kotor

En Kotor dormimos la noche después de nuestro ajetreado viaje por Bosnia. Era noche cerrada por lo que no pudimos llegar a ver apenas nada. Eso hizo más especial la mañana siguiente, ya que desde el apartamento que habíamos reservado para esa noche teníamos unas vistas increíbles de la bahía de Kotor (Boka Kotorska) donde se ubica la ciudad, situada al final del fiordo más extenso del sur de Europa (alrededor de 30 kilómetros de longitud). Además hacía un día increíble, soleado y caluroso.

Nos levantamos temprano para aprovechar el día y decidimos dar un paseo por la bahía cerca de nuestro apartamento.

Luego cogimos el coche para acercarnos más al centro de la ciudad. Queríamos visitar el casco histórico y subir al castillo. Es algo difícil aparcar en el centro de la ciudad sin pagar parking, incluso a primera hora de la mañana. Nosotras decidimos pagar un parking justo al lado de la entrada a la ciudad, la Porta Marina para no perder tiempo. No recuerdo cuanto costaba la hora exactamente pero no era demasiado caro.

La Porta Marina es la entrada principal a la ciudad. Allí ofrecen a los turistas antes de entrar un folleto con información sobre la ciudad. Nosotras cogimos uno en español y otro en portugués para mi compañera que es de Lisboa, así que como veis lo tienen disponible en bastantes idiomas.

Kotor  sufrió un terremoto en 1979 pero su declaración como Patrimonio de la Humanidad favoreció su reconstrucción y hoy en día en increíble descubrir esta ciudad.

Al entrar nos encontramos con la Plaza de Armas. En esta plaza destaca la preciosa Torre del Reloj de estilo barroco. Esta Torre también sufrió los efectos del terremoto y numerosas guerras y es que si os fijáis en ella se puede apreciar cómo está ligeramente inclinada por el efecto de estos terremotos en sus cimientos. En esta plaza también vimos otros edificios importantes como el Palacio del Duque. Está lleno de terrazas de bares y restaurantes  y es una de las zonas más animadas de la ciudad.

Como siempre, lo mejor de las ciudades es callejear y perderse por sus rincones.

Nos llamó la atención la cantidad de gatos que nos encontramos por las calles de la ciudad, yo encantada claro. Nos dimos cuenta de que los gatos representan una especie de símbolo de Kotor cuando entramos en una cuantas tiendas de suvenires en busca de algún recuerdo de la ciudad y nos encontramos con montones de figuras, imanes, llaveros y demás suvenires de gatos.

Después de descubrir el centro histórico nos dispusimos a subir al castillo de San Giovanni, la visita más recomendada de la ciudad ya que desde allí se tiene unas vistas inmejorables de la bahía y la ciudad.

Recomiendo sin duda subir ya que apreciar las vistas no tiene precio. Bueno, literalmente sí ya que hay que pagar unos 9€. Dudo bastante de la legalidad de esto, ya que se trata de unos chicos con una mesa y silla plegables al inicio de las escaleras y una cuerda impidiendo el paso. Aún así no quedó más remedio que pagarlos, al fin y al cabo sabíamos que valdría la pena.

Kotor está rodeada por una muralla medieval de unos 4,5 kilómetros de longitud. Para llegar al Castillo hay que subir por la ladera de la montaña de San Juan. Por el camino nos encontramos con lugares como la iglesia de Nuestra Señora de la Salud construida en el siglo XVI, desde donde ya se empiezan a tener unas buenas vistas.

He de admitir que nosotras no subimos hasta lo alto de todo. Una razón fue el poco tiempo del que disponíamos, ya que lleva bastante subir hasta lo alto, al menos más de lo que nosotras imaginábamos. El camino se hace también un poco duro y todavía más ese día con el calor que hacía y el sol pegando de frente desde que comenzamos a subir. Aún así obtuvimos una bonita perspectiva.

Pero en cualquier caso, si algún día tengo la oportunidad de volver no me pensaría dos veces subir hasta lo alto del todo, así que lo recomiendo sin duda. Por las fotos que he visto, las vistas son el doble de espectaculares desde allí.

Segunda parada: Rijeka Crnojevica

Nuestra siguiente parada fue Rijeka Crnojevica. Se trata de un pueblecito a orillas del río Crnojevic, aunque nuestro mayor interés era ver el meadro que forma una montaña en el lago Skadar. Hay dos entradas principales a este lago y son los pueblos de Rijeka Crnojevica y Virpazar. Nosotras solo conocíamos la primera opción, además desde el pueblo de Rijeka Crnojevica hasta el mirador donde pudimos observar el meandro eran solo unos 15-20 minutos en coche.

Ahora bien, ¿cómo llegar a Rijeka Crnojevica?

Bien, según Google Maps es 1h y media de trayecto desde Kotor, pero lo cierto es que a nosotras nos llevó algo más.

Al principio el camino era de autovía pero llegado un punto las carreteras se volvieron estrechas, mal asfaltadas y con mucha muuuucha curva. De hecho estas curvas a veces ofrecían tan poca visibilidad y la carreta (de doble dirección) era tan estrecha que teníamos que ir a literalmente 30 km/h. Fue por esto que al final el camino se hizo más largo.

No os voy a negar que en un momento del trayecto llegamos a tener miedo, al fin y al cabo el camino era complicado como os he descrito y no habíamos visto ni una sola casa en todo el trayecto. Pero después de un buen rato vimos la luz y llegamos a Rijeka Crnojevica.

Aparcamos en una zona un poco siniestra. Habían algunos edificios pero todos muy descuidados, en algunos casos hasta destrozados completamente, y la mayoría de ellos estaban inhabitados.

Pero anduvimos un poco y empezamos a encontrarnos algo de gente, aunque no demasiada, y eso nos tranquilizó.

Visitamos el famoso puente viejo de la ciudad y allí nos encontramos varios señores vendiendo excursiones para navegar por el lago. La verdad es que tenía pinta de valer la pena disfrutar de ese lugar desde sus aguas pero nos centramos en nuestro objetivo que era ver el meadro desde una buena perspectiva y además no queríamos de ninguna manera que se nos hiciese de noche ya que todavía nos quedaba el mismo camino de vuelta.

Seguimos la carretera y al poco ya se empezó a ver el paisaje. Paramos en la zona conocida como Pavlana Strana que es desde donde se obtiene una mejor perspectiva y al bajar del coche y contemplar el paisaje nos quedamos boquiabiertas. Al menos el difícil camino había valido la pena.

Si alguna vez visitáis Montenegro y disponéis de tiempo, os recomiendo visitar después de Rijeka Crnojevika, el Monasterio de Ostrog. Nosotras no pudimos por desgracia, pero es un monasterio muy especial adosado a la gran roca Ostroska Greda. Un lugar muy visitado también en Montenegro.

Después de esto, emprendimos de nuevo nuestro camino hacia Pula. Solo nos esperaban unas 9 horas de camino, ¡casi nada!

Pero antes, decidimos hacer una parada exprés en Perast, un pequeño pueblo situado en la bahía de Kotor del que habíamos oído hablar maravillas.

Última parada: Perast

El pueblo de Perast está considerado como el conjunto barroco mejor conservado del Adriático y donde tienen la suerte de vivir alrededor de unas 300 personas solamente.

Gran parte de los edificios de Perast pertenecen a los siglos XVII y XVIII. Parece como si hubiese habido una especie de competición por quien construía uno más bonito, no nos cansábamos de admirarlos.

Es un lujo también pasear por sus calles y su ribera. Desde aquí las vistas son increíbles. Destacan las dos pequeñas islas que se encuentran a poca distancia de su costa:

En primer lugar, la isla de San Jorge (Sveti Ðorde). Destaca su monasterio y un cementerio donde descansan personajes pertenecientes a la nobleza de Perast.

En segundo lugar, la de la isla de Nuestra Señora Roca (Gospa od Škrpijela). Se trata de una isla artificial, de hecho la única artificial en todo el adriático. Referente a esta isla existe una historia bastante curiosa. La historia dice que sobre el año 1452 unos marineros creyeron ver la silueta de la Virgen en una roca que sobresalía del agua. Lo consideraron un milagro y por eso decidieron construir un templo en honor a la Virgen María. Cada año en Perast se celebra una de las regatas más antiguas de Europa llamada la ‘Fašinada’ en la que cientos de embarcaciones se acercan a esta isla y lanzan piedras al agua en busca de buena suerte.

Desde Perast salen barcas de remos y a motor por unos 5€ que permiten visitar estas islas. Nosotras no tuvimos esa suerte pero estoy segura de que simplemente por disfrutar del paisaje merece la pena.

¡Esto ha sido todo!

Espero que os haya entrado el gusanillo de visitar también a vosotros Montenegro. Es un país todavía por descubrir y que no os dejará indiferentes.

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Galería de fotos