Erasmus 2014/2015

Estuve de Erasmus en Milán hace un par de años durante el bachillerato, pero quiero compartir mi experiencia porque no habrá cambiado mucho desde entonces.

Me lo pasé muy bien, quizás por vivir en una residencia universitaria y por la gran cantidad de gente que conocí allí, pero también porque Milán es un lugar muy agradable de visitar. Hablando de las residencias, podemos ver las primeras diferencias culturales. En primer lugar, las habitaciones son compartidas y tenemos que vivir las 24 horas del día con extraños en menos de veinte metros cuadrados. Nadie pensaría eso en los países occidentales.

Además, aprenderás que el típico italiano dice que habla inglés pero cuando dices algo complicado por la calle, lo más probable es que se confundan, así que mi consejo es: aprende un poco de italiano o gesticula lo que quieres, ya que son expertos en gestos.

La ciudad es preciosa, está bien ubicada y tiene conexiones con otras ciudades, por lo que merece la pena hacer viajes cortos por el norte de Italia desde allí. El transporte no es demasiado caro pero en Italia nada funciona a su debido tiempo y nunca se dan prisa, así que no te sorprendas si el autobús se para en medio de la calle porque alguien aparcó el coche allí y se fue. He visto muchos casos raros de conductores que dejan los coches en lugares al azar o pitando en medio de la calle.

La famosa cocina italiana es maravillosa, puedes engordar fácilmente con toda la pasta, pizza y helado. Tienen el mejor helado del mundo, se vende todo el año porque nunca hace demasiado frío. La pizza italiana no es como la conocemos en los restaurantes de comida rápida de todo el mundo; ponerle piña sería ofensivo para los italianos. Allí tienen la versión real y está riquísima. Lo único molesto es la siesta, cuando incluso en el centro de la ciudad la mayoría de los restaurantes cierran el par de horas que los extranjeros están acostumbrados a cenar. Así que es mejor que vayas al supermercado por si acaso. La comida no es muy cara y yo recomendaría ir a tomar un aperitivo por la noche, puedes comer todo lo que quieras en un bufé y beber una copa por unos cuantos euros.

Los italianos son escandalosos, siempre hay algo que pasa en la ciudad y las fiestas en las discotecas se celebran todos los días (consulta "Semana Internacional"; cada día hay una fiesta en una discoteca diferente, tienes que pagar la entrada pero una o dos copas suelen estar incluidas en el precio). Tampoco te sorprendas de que el sur sea un poco diferente, la gente se acerca mucho y habla con desconocidos en lugares públicos. A veces no te hace sentir seguro, especialmente para las mujeres, así que es mejor ir con un grupo después de que oscurezca. La otra desventaja es que, al ser una ciudad grande, las calles no siempre están limpias y hay algunas personas sin hogar que viven allí.

Pero sin duda alguna recomendaría ir a Milán y vivir allí, aunque sea por poco tiempo. Su arquitectura es preciosa, la gente es amable (y un poco intimidante, pero eso es el encanto italiano) y la comida está deliciosa.