Milán: ciudad de contrastes
Milán fue la primera parada de mi Interrail. Me dio la bienvenida a dos de las mejores semanas de mi vida y me hizo abrir los ojos para lo que me esperaba en el resto del país.
En mi itinerario, esta ciudad solo ocupaba un día. Eso sí, aunque Milán sea una gran ciudad, se puede visitar perfectamente en cuestión de un día. ¡Aquí les cuento cómo!
Transporte
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Del aeropuerto al centro de la ciudad.
Lo primero de todo es la cuestión del transporte. ¿Cuál es la mejor forma de llegar al centro? En mi caso, mi pareja y yo elegimos reservar antes de subirnos al avión dos plazas para un autobús que nos llevaba del aeropuerto de Milán al centro por 5 euros a través de unos empleados de la compañía Alsa.
Primero desconfiamos por si se trataba de un timo, ya que nos parecía raro que para algo así hubiera intermediarios, pero nos arriesgamos y acertamos. Si haces una búsqueda simple en Google, la opción más barata es de 8 euros en comparación con los 5 que te puede salir con otras compañías. No es necesario que hagan la compra en el aeropuerto de salida como nosotros, ya que a la llegada verán que hay muchísimas compañías de autobuses que hacen el mismo viaje por 5 euros y pueden comprar el ticket allí sobre la marcha al conductor o en una ventanilla de información. Son unos 45 minutos de trayecto hasta el centro, concretamente hasta la estación Milano Centrale. El ticket incluye una pieza de equipaje en la bodega y el resto de equipaje que puedas llevar contigo en tu asiento o en la parte alta del autobús. Aunque el trayecto pueda parecer un poco largo, los asientos son muy cómodos y cuentan con aire acondicionado.
Otra opción es la de coger el metro hasta el centro, pero el ticket cuesta unos 11 o 12 euros por persona. En mi opinión, es un precio excesivo para que el trayecto dure prácticamente el mismo tiempo y corras el riesgo de no encontrar asiento. Además, tendrás que hacerte cargo del equipaje todo el trayecto, a diferencia del autobús.
Sin duda, por comodidad, tiempo y relación calidad-precio, el autobús es la opción más rentable.
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Cómo moverse por el centro
Ya estamos en el centro, ¿y ahora qué? Cuando llegamos a la estación no sabíamos ni dónde estábamos. Faltaban solo unos días para que ya quitaran el roaming, así que no podíamos utilizar Google Maps ni consultar nada en internet. Lo primero que hicimos fue buscar un punto de información para poder ubicarnos y encontrar la mejor manera de llegar al centro de la ciudad. Aunque la estación esté en el centro, Milán es inmensa y llegar a los principales puntos turísticos es un poco agotador a pie, sobre todo si hay poco tiempo para visitarla.
Nos vimos tentados a comprar un mapa en la estación (costaban unos 2 o 3 euros), pero intentamos antes conseguir Wi-Fi en la estación. Como no lo conseguimos, buscando un poco llegamos al punto de venta de tickets del metro, donde te pueden dar un mapa del metro y de la ciudad de forma gratuita.
Nosotros, como no teníamos mucho tiempo, decidimos comprar un ticket válido para coger todos los medios de transporte de Milán (autobús, metro y tranvía) durante un día que salía bastante económico, unos 4, 50 euros si no me equivoco. Si deciden estar más tiempo en la ciudad, puede que haya otras opciones que salgan más rentables como los billetes sencillos (1, 50 euros), pero en este caso fue lo justo y necesario.
Consejos antes de salir de la estación
- Si el alojamiento está muy lejos del centro y prefieren ahorrar el tiempo de ir a dejar el equipaje y volver, pueden utilizar la consigna de la estación. Dejar el equipaje 5 horas son 5 euros, y a partir de la sexta hora el precio por hora va disminuyendo. Consulten las tarifas y los horarios de cierre de la consigna antes de dejar el equipaje.
- Si deciden comer algo en la estación, se encontrarán con los precios orbitados de la comida. Les recomiendo que busquen algo por los alrededores a no ser que tengan mucha hambre. También hay que tener en cuenta el famoso coperto italiano, que es un precio fijo por persona que se cobra por el servicio de los camareros y por el simple hecho de sentarse en una mesa dentro o fuera del restaurante o cafetería. Pregunten antes de nada si hay que pagar coperto por comer en el establecimiento, no se lleven un susto como yo al tener que pagar por una porción de pizza margarita casi 5 euros.
- Pueden comprar una botella de agua por la zona y luego irla rellenando en las fuentes que hay en toda la ciudad. Si hay algo que alivie el bolsillo y refresque el cuerpo en el abrasador verano italiano son las fuentes. Todas son de agua potable y parecerá que el agua la acabas de sacar de la nevera de lo fresca que está. Si no te apetece cargar con una botella, puedes beber directamente de la fuente tapando el orificio por donde sale el agua y esperar un segundo a que el agua salga por otro conducto que hay en la parte alta del grifo. Es algo raro pero útil, créanme.
Itinerario de un día en Milán
Sí, hablo de la misma estación de antes. ¿Cuenta como atracción turística? Pues para mi pareja y para mí sí. Es la estación de trenes más bonita e impresionante de toda Italia. Su imponente altura, decoración al más puro estilo romano y magnificencia hacen de la estación un auténtico punto que merece un rodeo dentro de itinerario. Envuélvete en la atmósfera modernista y no olvides fijarte en los numerosos detalles: medallones, esculturas alegóricas, escaleras, lámparas, columnas, mosaicos, bóvedas... Simplemente impresionante.
Después de coger el metro en dirección Duomo, sal de la boca del metro e impresiónate con las maravillosas vistas que ofrece esta plaza medieval, coronada por el Duomo de Milán. De ahí es desde donde parte todo el trazado de las calles del casco de la ciudad. En ella no solo se encuentra la catedral, sino que también tenemos el acceso a la Galleria Vittorio Emanuele II, la estatua ecuestre de Vittorio Emanuele II, el palacio real y numerosos palacios que hoy albergan distintas exposiciones.
El Duomo de Milán es una de las catedrales más grandes de Europa. Su fachada gótica de mármol es espectacular, no deja indiferente a ningún turista.
Si quieres visitar el interior, los ticket cuestan 3 euros. Eso sí, este es el precio para ver solo la planta de la catedral. Si quieres ver Milán desde las alturas, puedes comprar el ticket para subir a lo más alto de la catedral (solo lo recomiendo si se va a pasar en la ciudad más de un día). La tienda de tickets se encuentra en un edificio que está justo enfrente del lateral derecho de la catedral.
Es muy importante tener en cuenta dos aspectos: el tamaño de las mochilas que llevemos, que no pueden ser demasiado grandes por motivos de seguridad; y la vestimenta. Esto último es muy estricto, pues aunque hayas comprado la entrada no te dejarán pasar si llevas los hombros o las rodillas al descubierto, ya seas hombre o mujer. Acuérdate de llevar contigo un fular o algo con lo que taparte para tus visitas (no solo en el Duomo, sino también para el resto de lugares de culto en Milán y en Italia). Como último remedio, si no hay otra opción ni nada con lo que cubrirse, haz como yo y utiliza la camiseta de cambio que tengas en la mochila como pareo... ¡algo es algo!
En la misma plaza del Duomo se encuentra uno de los cuatro accesos a la esta galería. Aquí pueden encontrar las mejores tiendas de lujo de la ciudad y un punto de información turística. Hay una curiosidad muy típica de este lugar, y es que entre los mosaicos del suelo, hay una figura de un toro un tanto erosionada por la costumbre de que cada turista, para poder regresar a Milán, tiene que dar tres vueltas sobre él y así asegurarse otra visita a la ciudad en el futuro.
Este es un lugar que también merece una visita. Se puede entrar de forma gratuita, pero si quieren entrar a alguna exposición dentro del castillo tendrá un coste adicional. ¡Hay rincones encantadores en su interior!
Después de pasar caminando todo el día con el calor abrasador del verano italiano, ¿qué mejor que un picnic bajo la sombra de un árbol con vistas a un grandísimo arco del triunfo? Creo que fue el momento que más disfruté de la ciudad, ¡quién lo diría! Este parque es inmenso, con extensos jardines, fuentes, estanques y el mejor ambiente para una tarde de relax en pleno centro.
Si te ha sido complicado encontrar sitios para comer bien y barato en Milán, te aseguro que este sitio te ayudará a calmar tu frustración (y e apetito también). Hay muchísimos restaurantes asequibles donde puedes comer comida típica o internacional tanto en el local como fuera. Yo recomiendo aventurarse a pedir cosas típicas y difierentes para llevar y disfrutar de una cena espectacular y tranquila junto a los canales secundarios de Milán. El atardecer allí siempre tiene banda sonora, pues suelen tocar grupos por la zona. En cuanto termines de cenar, dirígete al canal principal, donde está todo el ambiente nocturno de Milán. La belleza de la luz reflejada en el agua del canal y la vida de la zona son algunos de los motivos por los que recomendaría un paseo nocturno para despedirse de la ciudad.
Y si aún tienes más tiempo...
Milán tiene uno de los mayores tesoros del arte de toda la Historia. Por desgracia, yo no pude ver este cuadro porque hay que reservar las entradas con muchísima antelación, aproximadamente tres meses antes. Al haber empezado a organizar el Interrail prácticamente un mes antes de salir de viaje, las entradas ya estaban más que agotadas (además de que en verano conseguir entradas se complica aún más). Hay visitas organizadas que piden precios orbitados para poder verlo (aproximadamente por unos 50 euros como mínimo).
Como en toda Italia, en Milán hay muchísimas iglesias, pero como teníamos poco tiempo en la ciudad e íbamos a seguir visitando el país de norte a sur, decidimos dejarlas en segundo plano. Si te interesa y tienes tiempo, algunas de las más importantes son las siguientes: la basílica de San Ambrosio, la iglesia de San Maurizio al Monastero Maggiore, la iglesia de San Lorenzo Maggiore y la iglesia de San Bernardino alle Ossa... y la lista se podría alargar infinitamente.
Mi experiencia en Milán
Si les digo Milán, automáticamente les vendrá a la cabeza "la ciudad de la moda". Yo también pensaba eso antes de haberla pisado.
Nada más llegar a la plaza del Duomo, había vendedores y oportunistas por todos lados. Te ofrecen pulseras, comida paralas palomas y todo tipo de cosas de forma gratuita pero luego te piden dinero o aprovechan para intentar robar. Tengan mucho cuidado, hay gente así por todos lados. También vimos a gente haciéndose pasar por turistas, pero no paraban de dar vueltas esperando su oportunidad para fastidiar las vacaciones de los demás... es una pena. Esto no quiere decir que no se pueda disfrutar del momento allí, pero siempre hay que hacerlo con precaución.
No es una excepción la gran sorpresa que me esperaba en la Galería, y es que la cantidad de gente que había pidiendo dinero delante de tiendas tan lujosas era increíble. De ahí que diga que Milán sea una ciudad de contraste, ya que su fachada es ser una ciudad adinerada y la cuna de la moda, pero a la vez esta visión difiere de la realidad social y de la gran cantidad de inmigrantes que hay tratando de pasar la frontera francesa.
Milán tendrá sus más y sus menos, pero sin duda alguna es una ciudad que merece una visita en Italia.
Prossima fermata: Verona.
PD: Todas las fotos son del artista Adrián Martín Bethencourt, mi compañero de mi mayor aventura (y de todas las que (nos) quedan).
Para ver más fotos suyas, pásate por su perfil de instagram: https://www.instagram.com/adrimb_14/
Galería de fotos
Contenido disponible en otros idiomas
- Italiano: Milano, una città contraddittoria
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