Grecia: Tinos.

Publicado por flag-es Yaiza Martinez Cano — hace 5 años

Blog: Fuera de Italia
Etiquetas: flag-gr Blog Erasmus Mikonos, Mikonos, Grecia

La idea con la que viajo es la de ver siempre diferentes lugares y vivir diferentes experiencias, por ese motivo pensamos en visitar alguna que otra isla. Y hoy era el día.

Grecia: Tinos.

Nos habíamos levantado bastante temprano para ver el amanecer, y pensando sobre qué hacer o qué podríamos visitar ese día comenzamos a buscar información por la web. Como por internet no habíamos encontrado nos dispusimos a ir directamente hasta Miconos para preguntar en la oficina de turismo qué opciones había para visitar otros lugares. El chico que estaba allí, de forma muy amable, nos habló en ingles sobre tres islas: Siros, Delos y Tinos. Buscamos información de todas y la verdad es, que ya fuese por una cosa o por otra, pero las tres tenían algo que nos convencía, además también eran diferentes los precios para viajar de una a otra, por ejemplo, el ferry que iba hasta Siros era el que más elevado de precio ya que rondaba los 40 euros, sin embargo, el que iba a Delos, era el más económico y el precio rondaba en este caso los 30 euros.

Por lo que nos habían contado y también por lo que habíamos leído por internet y en folletos informativos, Tinos y Siros me parecieron islas donde las visitas turísticas se desarrollan en las ciudades, sin embargo, por lo que habíamos leído de Delos habíamos entendido que lo que se viene a visitar aquí son básicamente ruinas. Delos era una isla sagrada para los griegos donde construían grandes edificios para llevar a cabo en ellos sus rezos, plegarias y peticiones.

Finalmente (aunque he de decir que Delos también me llamaba mucho la atención) nos decantamos por Tinos. Miramos entonces los horarios y vimos que aún teníamos tiempo suficiente para desayunar algo por allí antes de coger rumbo al puerto desde donde nuestro barco partía.

Grecia: Tinos.

Encontramos paseando por allí cerca de la oficina una cafetería llamada ‘Gelarte’ que nos llamó la atención y entramos. Imaginaos la sorpresa que nos llevamos cuando vimos que hacían gofres en aquel local. Vamos, no se Marta, pero a mí se me hizo la boca agua. Nos acabamos pidiendo un gofre acompañado de helado de yogurt griego y amarena, que son cerezas en una especie de almíbar más denso que el que normalmente encontramos. Dejo una foto abajo porque cualquier cosa que os imaginéis o que yo pueda escribir intentando dar detalles sobre aquella maravilla… ya os digo que seguramente será poco. Era realmente una fantasía.

Grecia: Tinos.

En fin, ya con el estómago lleno fuimos hasta donde estaba atracado el barco, nos subimos sin mayor dificultad y como de costumbre cuando llegamos a algún sitio nuevo, comenzamos a investigar. Subimos hasta la cubierta del barco donde conseguimos sentarnos en unos bancos donde podíamos ir viendo el paisaje que se iba avecinando poco a poco hacia nosotras mientras manteníamos conversaciones que se iban del tema cada dos por tres, como nos gustan a nosotras.

El trayecto de aproximadamente dos horas se nos había hecho como si fuesen minutos, bajamos del barco y nos quedamos con el lugar al que teníamos que volver para regresar más tarde a Miconos.

La verdad es que pensaba que el día iba a ir peor, ya que el cielo estaba algo nublado y comenzaban a caer pequeñas gotitas de agua, sin embargo pronto volvió a salir. Vimos una callecita estrecha pero muy bonita donde se encontraban una gran cantidad de tiendas de suvenires y otros artículos. Era inevitable pararse a observar o incluso a comprar algo, ya que con motivo del cumpleaños de mi madre me apetecía hacerle un regalo. Y aunque me costó la vida decidirme por algo acabé comprándole unos pendientes en una tienda llamada ‘Atou’ donde además de objetos de joyería artesanal, la mujer, que era muy amable, nos enseñó otros objetos como juguetes, muñecos y muñecas de todos los tamaños y las formas. Cuando entraban a la tienda era como entrar en otro mundo, un mundo de fantasía, de hadas y de criaturas extrañas. Me gustó mucho el ambiente que tenía la mujer creado allí, y además, me hizo un descuentito por ser estudiante, que nunca viene mal.

Grecia: Tinos.

Grecia: Tinos.

Seguimos caminando, compramos algún que otro suvenir, las correspondientes postales y alguna cosita más. Entre ellos un pequeño amuleto, una especie de bolsita de tela más o menos del tamaño de un pulgar y con un asa hecha de cuentas que supuestamente estaba bendecido con agua de la iglesia ortodoxa que se encuentra allí y de la cual hablaré un poco más adelante. Según la chica que nos lo vendió debes regalarlo a otra persona para que esta tenga la suerte que porta el amuleto, así yo se lo regalé a Marta y ella a mí, y ahora siempre lo llevo en mi cartera. No soy mucho de creer en supersticiones y demás pero la verdad es que fue un gesto muy bonito que tuvimos la una con la otra y por eso siempre que lo veo me gusta y me recuerda a ella y a nuestros viajes.

Seguimos caminando y cada vez veía más tiendas donde se podían comprar velas rojas o blancas y de todos los tamaños y precios. Después descubrimos que era porque aquella calle que habíamos cogido casi al azar llevaba hasta el santuario de Panagia Evangelistria (nuestra señora de tinos evangelista). Con alfombra roja desde la calle y atravesando la puerta principal del muro que la rodea se llega hasta este majestuoso templo, un lugar de peregrinación para los griegos creyentes y fieles a la iglesia ortodoxa.

Grecia: Tinos.

Aquellos que tengáis más curiosidad seguramente se os pasarán estas dudas por la mente como a mí y os habréis preguntado más de una vez en qué se diferencian ambas iglesias, es decir, la católica y la ortodoxa. Pues bien, todo parece proceder de hace aproximadamente unos 1000 años, cuando por interpretaciones diversas de los libros sagrados, las enseñanzas que en ellos se contienen y los pensamientos con respecto a las jerarquías la iglesia se vio dividida en dos.

Las diferencias son muchas, aunque unas más notables que otras. Por ejemplo, para los católicos el Papa es la máxima autoridad dentro de los parámetros eclesiásticos, sin embargo, los ortodoxos reconocen al papa como una figura importante dentro de la iglesia, sin embargo no aceptan su supremacía por encima de la iglesia en conjunto y sobre todo por encima de la biblia que es la norma de fe y conducta por encima de cualquiera. Por otro lado, con respecto a los días de fiesta, muchas de las festividades se celebran en las mismas fechas, sin embargo, otras, como la Pascua, toman días diferentes del año. Otra diferencia se encuentra en los dirigentes de las mismas, en la iglesia católica encontramos a los sacerdotes o curas, los cuales no pueden tener pareja o hijos mientras que dentro de la iglesia evangelista se permite a los mismos, que en este caso se llaman pastores, tener una familia. Finalmente, otra de las principales diferencias se encuentra en las creencias y el culto a las imágenes, por ejemplo, la iglesia católica Jesús fue el salvador del hombre sacrificando su propia vida en la cruz, hecho que le permitió llegar al cielo. Sin embargo para aquellos que creen en la iglesia evangelista, la salvación y el triunfo de cristo viene después, con la resurrección del mismo consiguiendo así esquivar a la muerte. Por eso, mientras que los católicos veneran estatuas de tanto de diferentes momentos de la vida de Jesucristo, como de la Virgen María y otros santos, los ortodoxos no representan jamás la figura de Cristo sangrando o crucificado, sino que utilizan a los iconos y los dibujos de Dios, ya que la biblia les prohíbe mostrar culto a otras imágenes.

Estas son algunas de las diferencias más llamativas que podemos encontrar entre ambas religiones, sin embargo también existen otras como por ejemplo la forma de elegirá los dirigentes o quién paga a los mismos.

Volvamos entonces al lugar. El templo fue construido en el lugar donde se encontró un icono, es decir, una imagen de temática religiosa. Sin embargo cuentan que este no se encontró por casualidad ya que el lugar lo señaló una monja que decía haber visto a la Virgen María en sueños y que esta le había indicado el lugar donde estaba enterrado. Hoy en día, los peregrinos acuden a este lugar en busca de ayuda o de incluso milagros, ya que existe la creencia de que la imagen de María es la que tiene la capacidad de obrarlos.

He de decir que el lugar impresiona bastante, sobre todo por su magnitud, aunque a mí el hecho de ser uno de los edificios más destacados de este lugar, se me sumó al factor de que no había visitado antes muchas iglesias ortodoxas, y menos de este calibre. Por eso la impresión fue aún mayor y por ese motivo, para el que le guste y tenga curiosidad por conocer más sobre estos temas religiosos le recomiendo cien por cien la visita a este sitio.

Grecia: Tinos.

Comimos allí un par de sándwiches y descendimos por una calle paralela a la que habíamos tomado en un primer momento. Al llegar de nuevo al puerto vimos de lejos una colina y comenzamos a andar. La verdad es que no he encontrado el nombre de este lugar si es que lo tiene, pero para ubicarse más o menos en el mapa, es por encima de donde se encuentra el campo de futbol.

Subimos hasta arriba mientras dábamos un paseo, sin prisa, y cuando llegamos nos encontramos una plazoleta en cuyo centro estaba situado un monumento, A día de hoy no sé qué significado tiene o por qué está allí. Era una especie de obelisco con una anchura considerable donde no había escrito nada. Simplemente se encontraba a su lado una bandera que ondeaba con el viento y el acantilado desde donde se podía ver toda la bahía. La verdad es que las vistas eran increíbles y el cielo estaba precioso, por lo que aprovechamos para hacer unas fotos y divertirnos mientras pasaba el tiempo.

Grecia: Tinos.

Grecia: Tinos.

Grecia: Tinos.

Ya comenzaba a atardecer y se acercaba la hora de que nuestro barco zarpase de nuevo hacia Miconos, bajamos la misma carretera que habíamos subido para llegar a la colina y nos sentamos en un lugar para tomar algo.

La apuesta de sol no podía ser más bonita, y mientras disfrutábamos de ella sentadas en la terraacita de un bar disfrutábamos también de una bebida, en mi caso, un chocolate con leche caliente, que con el viento ya más frio de la tarde sentaba genial.

Grecia: Tinos.

Grecia: Tinos.

Siempre que pienso en este lugar me acuerdo también de una anécdota que nos ocurrió. Todo tiene que ver con una botella de cristal que contenía como un litro y medio de agua en su interior. Empiezo la anécdota explicando que mi naturaleza es ser un poco torpe, me tropiezo con cualquier cosa, se me pierde prácticamente todo y muchas veces parece que tengo las manos de mantequilla. Entonces yo creo que por eso he desarrollado la capacidad de reaccionar rápido cuando algo o alguien va a caerse, vamos, que es costumbre, no es otra cosa. Bueno, pues nos sentamos, nos traen lo que habíamos pedido hasta nuestra mesa y además la botella de agua que he nombrado antes, que podría pesar perfectamente unos dos kilos o dos kilos y medio.

Marta fue entonces al baño y al volver sin querer le dio a la mesa que estaba un poco coja. La botella, que se desestabilizó, se calló, y unos centímetros antes de caer al suelo la cogí al vuelo. Yo tan tranquila la dejo de nuevo encima de la mesa y miro a Marta que la veo con una cara de susto increíble preguntándome: ¿Cómo lo has hecho?

En fin, menos más que no se rompió, porque entonces la que hubiésemos liado allí iba a ser buena.

Unos minutos después, ya algo más calentitas y con la hora casi pegada al culo por quedarnos más rato del que debíamos admirando la puesta de sol, llegamos al barco. Fue aquí donde se acabó nuestra visita a Tinos, y casi por Grecia, ya que al día siguiente solo tendríamos unas horas hasta ir de nuevo al aeropuerto.


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