México: lo mejor de mi vida
Viajar a México ha sido una de las mejores experiencias de mi vida. No puedo evitar emocionarme al recordar aquel país que me dio momentos mágicos, amigos inolvidables, una belleza natural que nunca esperé ver y un crecimiento personal a la par que profesional.
Para ir, tuve que dejar cosas que ahora hubiera pensado dos veces, como por ejemplo un trabajo fijo en una revista de moda. ¡Quien lo tuviera en los tiempos que corren! Pero en ese momento me lancé a la aventura mexicana sin pensarlo.
Ya había terminado mi carrera en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Valencia. Pero como siempre quise estudiar Periodismo, me matriculé de esta carrera, muy parecida a la anterior, en la misma universidad. Me convalidaron muchas asignaturas por lo que no tenía que empezar desde cero.
Una vez matriculada pude pedir una beca internacional para hacer asignaturas de Periodismo en el extranjero. Ya antes había participado en una beca Erasmus y en la Séneca. Estaba completamente enganchada a viajar, es mi pasión.
Como destinos puse Chile, México y Ecuador. No conozco Ecuador y posteriormente conocí Chile, por lo que puedo decir que el resultado, México fue el mejor de los posibles. Allí tenía dos amigos con la misma beca formativa, pero ellos habían sido beneficiarios justo un año antes. Cuando realicé mi viaje, en agosto de 2008, aun se encontraban allí, volvían de regreso a España justo 3 días después que yo llegara.
Fue toda una suerte porque no tuve que preocuparme de buscar alojamiento, ni de informarme de mil cosas antes de llegar a Guadalajara. Me lo dieron todo hecho, además de lo agradable que es encontrarse con alguien conocido al otro lado del mundo, en esa ciudad en la que iba a permanecer todo un año.
Ya desde que monté en el avión, supe que iba a ser un viaje lleno de aventuras. Volé con la compañía aérea holandesa KLM, un trayecto Madrid-Amsterdam (previo Valencia-Madrid en coche). De Amsterdam cogí una conexión haciá la capital mexicana, el monstruoso Distrito Federal. La cara se me desencajó al observar las dimensiones de esta urbe en el avión. Parecía que íbamos a aterrizar por encima de las casas. Esas hileras de viviendas bajas que parecían no tener fin.
El avión tocó la pista y volvió a despegar. Fue un pequeño susto, los pasajeros nos mirábamos con inquietud. ¿Por qué el avión volvió a subir justo al tocar suelo? Lo que nos explicó la azafata y no me tranquilizó nada fue que había otro avión en la pista, ¡¡¡otro avión!!! Así que tocó hacer un segundo aterrizaje, aunque ahí todavía no había terminado la odisea.
Una vez en tierra firme, me dirigí a los paneles informativos para ver el estado del vuelo que me llevaría a Guadalajara y cuál fue mi sorpresa al ver que el vuelo había sido cancelado. Lo que faltaba! Mis amigos me esperaban con una botella de tequila en el aeropuerto para celebrar la llegada y yo incomunicada para comentarles lo sucedido. CANCELADO!!!
La compañía nos ofreció un hotel para pasar la noche y una furgoneta vino a recogernos. En este trayecto conocí a Willy, un mexicano que también se había quedado colgado de regreso a casa. Me contó que estaba cansadísimo ya que venía de una fiesta de antiguos alumnos de su universidad, a los que no veía desde hacía años.
La verdad es que fue una suerte conocerle, así tuve compañía en la cena y me hizo las respectivas recomendaciones gastronómicas: finalmente acabé pidiendo unas enchiladas que me recordaron mucho a la lasaña.
Poco después me fui a dormir. Estaba realmente cansada después del viaje y de los nervios al haber sido cancelado el vuelo. En ese momento me llamaron mis padres y no les conté nada de las peripecias que había vivido, no quería ponerles nerviosos. Así que mentí, dije que ya estaba en Guadalajara, que iba todo bien y que me iba a acostar. A mis amigos les había mandado un correo electrónico desde el hotel que no leyeron, total que fueron igual al aeropuerto. Mientras me esperaban y cansados de ver el tiempo pasar, la botella de tequila que me traían de regalo fue disminuyendo...
Dormí muy a gusto, en una cama de matrimonio después de haberme dado un baño de espuma. A la mañana siguiente no me quería levantar!! Apuré al máximo la hora y finalmente cogí el vuelo que me llevó a la capital tapatía.
En este trayecto hice otra amistad, la pasajera que viajaba a mi lado. Mónica fue quien finalmente acabó llevándome a casa de mis amigos cuando aterrizamos, ya que al hablar y hablar, me dijo que su casa estaba muy cerca de la de mis amigos.
Llegué y todos estaban todavía durmiendo, la noche había sido dura, pero no me importó. Me faltaban sentidos para asimilar todo lo que proyectaba el nuevo entorno: olores, música, colores.... Guadalajara!
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Comentarios (2 comentarios)
Joaquin Guadalupe Velázquez Uribe hace 8 años
Que padre que te gusto mi ciudad, espero regreses pronto, en verdad méxico es una maravilla de pais, tiene una gran diversidad de cultura y atractivos turisticos.
Espero que halas tenido la oportunidad de visitar cancun, chiapas, guadalajara, entre otros lugares y nada mejor que ir con un auto de la mejor agencia de arrendamiendo de autos de méxico.
http://www.rentadeautosmexicodf.com.mx/
Jhonn Keyes hace 8 años
te recomiendo que te quedes cerca de cualquier monumento y área turística, el distrito es uno de los mejores lugares para conocer!
yo me hospede en un best western cerca del angel de la independencia, increible!
http://www.bestwestern.com.mx/