Downtown Mexico.
Esta ocasión les voy a platicar un poco sobre los principales atractivos del Centro Histórico de la Ciudad de México, que por supuesto, es una visita obligada para los turistas que nos visitan.
Para este recorrido nada les recomendaría más, que empezar el día temprano y más importante aún, que la visita sea en fin de semana. De lo contrario, si no están cerca de la zona, podrán encontrarse con largas horas de tráfico, tanto en la ida por la mañana, como en la tarde, al volver. Estando cerca no habrá que preocuparse por qué día ir.
Empezamos como punto de partida en “El Zócalo”, que es el nombre que recibe la plaza principal del centro y de la Ciudad de México. Probablemente en sus guías turísticas o en libros que hayan leído, se han encontrado con el nombre de “Plaza de la Constitución”, pero les daré un consejo: olviden ese nombre. Es efectivamente el nombre original de esta plaza pero les aseguró que 1 de cada 10 mexicanos lo sabe (yo lo descubrí hace apenas un par de años). Si ustedes piden información en la ciudad mencionando este nombre, nadie va a saber de lo que están hablando y les dirán que no saben a dónde es que se dirigen. Así que no se compliquen. Es el Zócalo, y basta.
Tal vez al ver las fotos les resulte algo familiar lo que observan. Si se han preguntando en dónde han visto estos lugares antes pero no recuerdan exactamente dónde, les daré dos posibles respuestas:
- En la más reciente película de James Bond.
- En el vídeo de la canción “Kids”, de One Republic.
Y si no han visto ni la película, ni el vídeo, se los recomiendo bastante. Fuera de mostrar paisajes mexicanos, la película es muy buena y el vídeo muestra muy lindos escenarios del centro de nuestra ciudad.
Una buena forma de comenzar el tour, es entrando a la Catedral Metropolitana, que es verdaderamente preciosa y la más grande en América Latina. Es un símbolo de la época de la Colonia, ya que fue construida por órdenes de los reyes de España en el año 1571. Si perciben de pronto una mezcla de varios estilos, es porque su construcción duró alrededor de tres siglos, lo que permitió a lo largo de este tiempo que se vieran involucrados diferentes tipos de arquitectura y decoraciones, al ir transcurriendo diversas épocas. Para mi esto es lo que la hace fantástica, que nos da una probadita de todo. Detalles de estilo gótico, barroco, neoclásico, admirables estilos artísticos desarrollados en España.
A un lado de la Catedral, podrán observar otro grande edificio con banderas mexicanas. Se trata del Palacio Nacional, otra hermosa construcción con estilo barroco que fue en un principio hogar de Hernán Cortés, conquistador español. Con el paso del tiempo fue también sede del poder ejecutivo del país, y hoy en día, aunque ya no es residencia de los presidentes desde hace bastantes años, continua siendo lugar protagónico de importantes eventos del gobierno. Por ejemplo, el día de la independencia de México. Cuando lo festejamos en el mes de septiembre, cada año el Zócalo es visitado por miles de mexicanos que van a presenciar “el grito” del presidente, que se asoma desde el balcón principal del edificio a mencionar unas palabras.
Concluyendo el recorrido por el Zócalo, el siguiente destino, que para llegar tan sólo nos tomará caminar por pocos minutos desde la altura de la Catedral, se trata de uno de los edificios más notables de la ciudad de México. Y es justamente la imponente construcción que se aprecia al inicio del vídeo musical de One Republic que les mencioné. Mi monumento histórico favorito. El Palacio de Bellas Artes.
Como su nombre lo dice, este magnífico lugar es escenario por excelencia de grandes espectáculos. Orquestas sinfónicas, teatro, ópera, danza, y muchas otras actividades artísticas son protagonizadas en este palacio, que fue construido para celebrar el centenario de nuestra independencia a principios del siglo pasado. Y me atrevo a presumirles también que es el único lugar de ópera en el mundo que cuenta con un telón de cristal, que fue elaborado por la casa Tiffany. Siento que algo que le da mucho carácter al palacio, son todos los detalles que se ven reflejados en cada pieza que conforma la construcción. Un claro ejemplo lo verán precisamente en el telón, pues este muestra la vista de los volcanes mexicanos. E incluso si son muy observadores, notarán figuras en las puertas y ventanas, que son algunas de las especies de flora y fauna de nuestro país. Cada detalle es característico y simbólico de México, y eso a mi me encanta.
Hubo intervención de propuestas y desarrollo para su construcción de grandes talentos italianos, pero gran parte de la decoración del lugar muestra murales de los grandes iconos y talentos mexicanos, como Diego Rivera, Rufino Tamayo y José Clemente Orozco. También se ofrecen aquí, en las diferentes salas del palacio, exposiciones temporales de obras nacionales e internacionales que merecen mucho la pena visitar. Para acudir a alguna de ellas, lo más conveniente es visitar el sitio web del Museo del Palacio de Bellas Artes y del Museo Nacional de Arquitectura, que también se encuentra aquí. Mi recomendación es que revisen el sitio para informarse con anticipación de cualquier evento que pueda interesarles y ser de su agrado, y así estar preparados con sus boletos desde días antes. Nada mejor que ir ya con todo listo.
Hay una gran cantidad de museos por visitar en el centro histórico. El Museo de la Luz, el Museo de Arte Popular, el Museo de la Policía, el Museo de la Caricatura… ¡Qué les digo! Verdaderamente cada persona podrá encontrar aquí algo de su interés en particular. Los muy curiosos y fanáticos de la educación cultural y la historia, obviamente necesitarán de mucho tiempo si se atrevieran a visitarlos todos. ¡Creo que ni yo los conozco todos! Ahora tan solo les he mencionado algunos ejemplos de los que he visitado y me han gustado, pero la realidad es que incluso para mi, hay demasiado todavía por conocer y descubrir.
Justo hablaba con mi padre hace un par de días de este tema. Primero planeábamos en los días feriados hacer pequeños viajes a otras ciudades del país que no conocemos. Pero después de discutir por un rato nuestras opciones, llegamos a la conclusión de que aquí mismo en la Ciudad de México, a pesar de que conocemos gran parte de nuestras riquezas culturales, aún nos queda mucho por visitar y disfrutar. Hemos visitado los sitios más populares por excelencia, pero no debemos quedarnos sólo con eso. ¿Ustedes se han preguntado si verdaderamente conocen enteramente su ciudad de origen? ¿Por qué vamos a otras ciudades a hacer turismo, e incluso a otros países, cuando aún no conocemos por completo nuestra propia ciudad? Por supuesto que no nos pasa esto en mente cuando estamos planeando ir a conocer otros lugares de lo más emocionados. Sólo pensamos en viajar, viajar (conocer extranjeros guapos), y viajar. Pero díganme si no sería feo, y a la vez embarazoso, que alguna vez una persona extranjera llegará con ustedes a preguntarles algo sobre su ciudad, y ustedes se queden mudos y cortos de respuestas, al no saber qué responder.
Hace justo una semana visité el Museo Tamayo de arte contemporáneo en la zona rosa, otra parte muy coqueta y turística de la ciudad. Me encontraba en la tienda del museo haciendo algo de tiempo en lo que esperaba a una de mis amigas para entrar juntas a hacer el recorrido. De pronto escuché a un par de personas pidiendo indicaciones sobre cómo llegar al Monumento a los Niños Héroes. Se dirigían a una chica que se encontraba también en la tienda, la cuál al escuchar su pregunta se quedó paralizada. Su rostro mostraba un estado de shock, como si la hubieran sorprendido o le hubieran hablado en algún idioma que era incapaz de entender porque su mirada era de desconcierto total. Y la realidad es que la pregunta, hecha por dos chicos altos y rubios, fue bastante clara, con un español ligeramente mal pronunciado pero entendible. Evidentemente se trataba de extranjeros. Supe inmediatamente que no era un acento americano. Pero no pude adivinar exactamente el país de procedencia. La chica se limitó a responder con un penoso “no sé qué es eso”, que me pareció la respuesta más embarazosa de la vida. Ojalá no fuera mexicana, ojalá no fuera de la Ciudad de México y se lo perdonábamos. Pero lo era, ambas cosas. Y además era una chica de mínimo unos 30 años, que a mi juicio no tendría una justificación válida al no haber podido ser capaz de responder algo más decente a esa pregunta. De verdad creo que nunca había escuchado algo así. Sentí muchísima pena, casi como si yo hubiera sido la protagonista de aquella terrible escena. Tal vez un “no sabría explicarle” se perdona, ¿pero un no sé qué es eso?
La cara de los chicos rubios fue de asombro, como que no creían estar seguros de haber oído correctamente semejante respuesta. Y lo peor es que ahí no terminó la conversación. Se puso peor. La chica se ridiculizó aún más. Pero para qué hago esto más triste. El punto es que no quise oír más penas y me atreví a interrumpir su conversación. Les dije que se encontraba a unos 5 minutos caminando del museo donde nos encontrábamos y que únicamente había que hacer el cruce de una avenida para llegar. En fin, traté de explicarles lo más claro que pude. Tampoco era una respuesta complicada, pues prácticamente un lugar se encuentra frente al otro. Me agradecieron, y antes de partir decidieron pedir unos cafés en la cafetería que se encontraba a un lado de la tienda de souvenirs. Súper amables me invitaron a tomar uno con ellos, como agradecimiento supongo. Les di las gracias pero me negué a aceptarlo porque estaba muy llena. Y aún así me lo compraron, así que me vi prácticamente obligada a tomarlo. Y la verdad es que lo disfruté bastante.
Mis nuevos amigos eran estudiantes de posgrado rusos. RUSOS. Si algo se sabe de la gente de este país es que son personas muy educadas y sumamente cultas. Menos mal que esta chica no era alguien que trabajaba en el museo, porque de haber sido así hubiera sido el triple de embarazosa la situación. Y por supuesto que inaceptable para ellos. De hecho, ya platicando un poco más con ellos, me confirmaron que no podían creer que la otra chica les haya respondido semejante cosa. ¿Cómo es que no conocía algo tan importante de su ciudad?
Admitieron también haber considerado preguntarle a ella y no a mi, porque esta chica era claramente mucho más grande que yo, entonces supusieron que por la edad y experiencia obtendrían con ella la respuesta que buscaban sin duda alguna. Pero tremenda sorpresa se llevaron. Casi a manera de regaño me dijeron que era importante que todos los mexicanos, así como cualquier persona de otro país, estemos informados sobre nuestras riquezas históricas. Y tienen toda la razón. La realidad es que yo tampoco podía creer haber presenciado aquella escena.
No se trata de ser expertos en el tema, simplemente es cultura general. Si bien, tal vez no tengamos la obligación de ser grandes conocedores de historia y cultura, pero no por eso debemos caer en la ignorancia. Un poquito de historia, de lectura, o de paseos culturales, no le caen mal a nadie. Y además al ir descubriendo y conociendo más cosas sobre nuestro pasado, siempre queda un buen sabor de boca, es decir, ganas de querer seguir aprendiendo. La mente es poderosa, nunca se va a negar a recibir nuevos conocimientos. Una vez que nos interesamos en estos temas es fácil y prácticamente inevitable engancharse. Aparece de pronto, y sale a la luz el lado curioso que todos tenemos, sólo hay que darnos una oportunidad.
Dicho ya esto, puedo ahora felizmente compartirles en mi siguiente post, cuáles son otros de los museos importantes del centro histórico (pero por favor no se queden sólo con esto, y si pueden siempre vayan por más).
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