Aguas turquesa impresionantes, acantilados y paisajes increíbles, mi lugar favorito del mundo. Fui allí durante mi año de Erasmus y no era de este planeta. Las playas arenosas, los caminos para hacer senderismo, la gastronomía francesa y los campos iluminados por la luz del sol lo convirtieron en el mismísimo paraíso. No puedo esperar para volver y experimentar la lengua francesa.
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