Basílica de Notre-Dame de la Garde

Notre-Dame de la Garde es una basílica católica con vistas al Vieux Port ('puerto viejo') de Marsella. Junto con el hermoso macizo de las Calanques, es el punto de referencia más famoso de Marsella (en este enlace puedes consultar otro artículo mío sobre las Calanques) y su símbolo, del mismo modo que la Torre Eiffel lo es de París. Además, la basílica es el destino turístico más visitado de toda Marsella.

Notre-Dame de la Garde se traduciría literalmente al español por 'Nuestra Señora de la Guarda', que debe su nombre a la monumental estatua de la Virgen con el Niño, situada en la cima del campanario. La imagen, hecha en chapa de cobre bañado en oro, es tan grande que no se pueden apreciar con exactitud sus dimensiones reales (pesa 9.796 kg y mide 11,2 m), puesto que está a una altura considerable. Tradicionalmente, los marselleses siempre han considerado esta estatua como la guardiana de la ciudad y la conocen con el sobrenombre de 'Bonne Mère' (la Buena Madre).

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Sin embargo, esta escultura no es el único atractivo de Marsella, pues la ciudad también alberga una impresionante basílica. El interior es espectacular y está construido a base de mármoles policromados. Las obras de arte, caracterizadas por un asombroso detallismo, inundan toda la nave. Debajo del templo hay una cripta, que puedes explorar si estás dispuesto a pasar un poco de miedo.

La basílica es la protagonista de una curiosa anécdota que se remonta a los tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Este santuario se construyó sobre la base de un antiguo fuerte, en el punto natural más alto de Marsella (149 m), con vistas al Vieux Port. Por lo tanto, la basílica se consideraba un lugar estratégico desde el punto de vista militar. Durante la liberación de la ciudad, las tropas francesas asaltaron Notre-Dame de la Garde. La parte más interesante llega ahora. Resulta que un soldado francés, oriundo de Marsella, conocía la existencia de una escalera secreta que conducía a la basílica, de modo que las tropas pudieron acercarse sin ser vistas por los alemanes. Hoy en día aún se conserva un tanque de esa época, denominado 'Jeanne d'Arc' (Juana de Arco), que fue alcanzado y destruido por bombardeos alemanes.

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Lo que más me gusta de Notre-Dame de la Garde son sus vistas panorámicas. Como está situada en el punto natural más alto de la ciudad, puedes contemplarlo todo. Rodeando la iglesia, obtendrás una vista panorámica de 360 grados de toda Marsella. Si algún día viajas a Marsella, es indispensable que visites la basílica y las Calanques.

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