Por qué vale la pena visitar Marsella
¡Hola de nuevo! Hoy os traigo un post muy especial para mí: Marsella, una ciudad multicultural que tuve el placer de tenerla a 30 minutos de mi residencia universitaria y por lo tanto, perderme por sus calles y por su costa en varias ocasiones. Siendo así, me apetecía escribir sobre qué lugares vale la pena visitar, qué cafeterías me gustaron y también contaros algunas anécdotas.
¿Cómo ir a Marsella?
Marsella es fácilmente accesible. Media hora en bus desde Aix-en-Provence, también tiene buena conexión con muchos aeropuertos (yo volé directa desde Porto), o incluso si os motiváis, podéis ir en autobús desde Barcelona, aunque son bastantes horas.
Seguramente lo primero que veáis de Marsella sea la estación de autobuses y trenes, cuya arquitectura es bastante original. La primera vez que yo estuve allí había quedado con una fotógrafa local, nos recogió a Sandra y a mí con su 4x4 y nos enseñó las principales zonas de la ciudad y después, nos llevó hacia la costa, a Les Goudes, un lugar del que ya hablaré en el siguiente post.
Qué ver en Marsella
Vamos al grano, los lugares que tenéis que visitar en Marsella sí o sí son:
Vieux Port
El Vieux Port o “Puerto antiguo”. Si por algo es conocida esta ciudad, es por su gran puerto deportivo, lleno de todo tipo de barcos, ¡incluso aquellos que te llevan a Les Calanques! Es enorme. Así a ojo puedes tardar como una hora y media en recorrértelo todo, de punta a punta. Justo en el puerto se encuentra la noria de Marsella, a la que te puedes subir para verlo todo desde las alturas. Por esa zona suele haber puestecitos de helados o gofres, ¡y también a la venta todo tipo de pescado!
La zona de costa
Como sabéis, Marsella es ciudad costera así que os recomiendo alejaros un poco del centro, del puerto e ir hacia la zona de las playas y el mar. Yo cuando fui era otoño así que el mar nos mostraba su lado más salvaje, hacía bastante viento. Se puede percibir en las fotos. Caminando desde el puerto pueden ser unos 40 minutos, pero vale la pena porque cada calle es diferente. Una vez allí, podéis pasear hasta que os aburráis, el camino es muy largo y podéis ver las diferentes playas que hay. Destacar varios puntos como la corniche Kennedydesde donde puedes zambullirte en el mar, también playa de Les Catalans, de la Pointe Rouge...
Vallon des Auffes
Pero no me gustaría quedarme solamente con las playas de agua cristalina, sino que me gustaría hablar de lugares un poco más especiales, los que recomiendan los locales de allí porque saben que vale la pena y porque quieren mostrar la mejor faceta de su ciudad. Se trata de Vallon des Auffes, muy cerca de la corniche Kennedy. Es un pequeño puerto muy pintoresco, lleno de barquitas y de barcos, rodeado de restaurantes muy rudimentarios donde puedes comer buen pescado y marisco. Recuerdo que muchos de ellos estaban decorados con barriles de madera donde podías sentarte a comer. El entorno es tan característico porque las casitas de allí son pequeñas, de diferentes colores claros y parece que están unas encima de otras, sobreponiéndose. Pero lo que más llama la atención es la especie de puente que encierra este lugar, por donde pasea la gente y pasan los coches. Nosotras nos llevamos el tupper y comimos allí, disfrutando del sol, aunque no hacía calor. Recuerdo bien que me acerqué a tocar el agua, tenía curiosidad por su temperatura, y fue entonces cuando me resbalé por el verdín que había y me caí al agua, con toda la ropa. No tuve otra opción que sacármela para que secase y allí estuve tomando el sol, en pleno otoño (¿o ya era invierno? ) hasta que se secó medianamente y pusimos rumbo a casa. Para mí, parada obligatoria.
Notre-Dame de la Garde
Un lugar emblemático de esta ciudad es la Basílica de Notre-Dame de la Garde. La primera vez que subí, fui en coche con Caroline, y las dos siguientes subí en una especie de “tren” para turistas: una vez con Ángel y otra con Lucía. Pero si estáis animados y os veis con energía, podéis subir andando. Es una basílica muy grande, en la cima de la ciudad. Caroline nos dijo que es muy interesante porque estés donde estés, en cualquier punto de la ciudad, siempre puedes verla y ella te observa y a la vez, te cuida. Y es cierto, parece que en cualquier lugar de Marsella, siempre podías ver la basílica.
Entrar era gratis. Dentro hay cuadros con representaciones de barcos y marineros, de tormentas en el mar… Se dice que Notre-Dame de la Garde cuida a los marineros durante el trayecto para que lleguen sanos y salvos a casa. Ojo, cuando entréis no podéis llevar nada en la cabeza (ni siquiera un gorro aunque haga un frío que pela). A más de una persona le llamaron la atención antes de entrar a la basílica. Aquí os dejo algunas fotos que Caroline sacó mientras estábamos allí y otras que yo también hice las otras veces que estuve allí. Lo mejor, ¡las vistas! Se puede ver también el estadio del Velódromo. Las fotos que aquí os dejo son de mi amiga Caroline (me ha dado permiso para colgarlas). Ella es fotógrafa y aquel día además de hacernos fotos a mí y a mi amiga Sandra, también fotografió las vistas desde la Basílica. Aquí os dejo su blog: Les petites poules.
Palacio de Longchamp
Goza de una arquitectura curiosa y bastante bonita: estatuas de distintas figuras y su fuente decorada con muchas plantas, que es la protagonista del palacio. Dentro se encuentra el Museo de Historia y el Museo de Bellas Artes, con tarjeta estudiante tenéis descuentos. Por la parte de arriba del palacio tenéis un parque donde podéis parar a descansar o hacer un picnic. Está un poco alejado del centro pero podéis coger un bus, si ya no os queda energía.
Iglesia de San Vicente de Paúl
Caminando por la ciudad puede que os encontréis con la Iglesia de San Vicente de Paúl, de arquitectura gótica. Está cerca de una calle muy larga llena de tiendas y de restaurantes. Nosotros comimos en unos de ellos: bocadillo de tomate con mozzarella y también típica crêpe con Nutella, de postre. Ñam.
La ópera
Cerca de allí está la ópera, que preside una gran calle llena de tiendas donde a veces también había mercado con puestecitos de ropa. Es una calle muy bonita, decorada con árboles muy grandes que crean un curioso punto de fuga, ideal para una buena foto.
Castillo de If
No puedo dejar de hablar del Castillo de If y del archipiélago de las islas Frioul, que son cuatro. Este conjunto de islas está enfrente de la costa de Marsella. Se puede ir el barco y pasar el día allí. En cuanto al castillo de If, es muy famoso porque aparece en El Conde de Montecristo. Recuerdo que cuando estaba en la ESO, tuve que leerme una adaptación de este mismo en clase francés. Años más tarde allí estaba, enfrente del castillo donde el Conde había sido encarcelado. Lo que es la vida. Nunca deja de sorprenderte.
Cafeterías
En cuanto a cafeterías, y ya acabando este post, tengo que mencionar Maison Geney. Es muy pequeña pero muy riquiña. Sandra y yo pasamos allí una tarde y no nos pudimos resistir a probar uno de los muchos dulces que tenían en el mostrador. Realmente, es bastante difícil decir que “no” a los dulces franceses, que abundan en cada cafetería a la que vas. También fuimos a Columbus, que es una cadena que también estaba en Aix-en-Provence. Lo mejor de esta son los muffins de distintos sabores. Allí conocimos a una chica de México que estaba en Marsella haciendo prácticas como bióloga.
Si sois más modernos, os podéis ir al Starbucks, que también ronda por allí, en la calle de las tiendas. No es que sea especialmente barato pero oye, nada prohibitivo. Además, los frappés y smoothies están de vicio, y de cantidad no se quedan cortos.
A modo de conclusión, os podría seguir dando más nombres de sitios a los que ir en Marsella, pero desde luego, tengo que decir que es una ciudad en la que hay que perderse, incluso por los barrios que no son tan populares para percibir la verdadera esencia. Es una ciudad multicultural, contradictoria. De repente estás en una calle con edificios de fachadas increíbles y entonces, tres aceras y un callejón oscuro más adelante, te encuentras en un barrio decadente, lleno de grafitis y edificios viejos y grises, pero al final de este está situado el Arco de Triunfo.
Y hasta aquí el post de hoy. Espero que os haya gustado y que os hayan entrado ganas de visitar esta ciudad, que sin duda, para mí sería un lugar casi perfecto para vivir: tiene todo lo que necesito. Dejadme vuestras opiniones. Un saludo y nos vemos en el próximo post.
Galería de fotos
Contenido disponible en otros idiomas
- Italiano: Perché vale la pena visitare Marsiglia
- Français: Marseille, une ville qui vaut le détour
- English: Why it is worth visiting Marseille
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Comentarios (5 comentarios)
Fátima chamadoira hace 5 años
La basílica parece imponente. Es curioso: allí donde hay pescadores, siempre se confía su seguridad a una entidad sagrada. Post completísimo. Enhorabuena.
Fátima chamadoira hace 5 años
Hay una foto que me recuerda mucho al arranque del Paseo Nuevo de San Sebastián, desde el Puente del Kursaal...
Claudia Costas hace 5 años
No recuerdo exactamente esa zona del Paseo Nuevo, tendré que volver para comprobarlo ;)
Aurora Cerviño Otero hace 5 años
muy buena informacion claudia
Claudia Costas hace 5 años
Gracias, Aurora :D