De Colombia a España.

Un día estaba en Bogotá, Colombia con mi mamá y mis amigos y al otro estaba en un país completamente diferente, sin familiares, sin amigos, sin ningún tipo de apoyo, la única persona con la que tenía contacto en España era con la el sujeto al cual le había alquilado un cuarto por dos días por medio de Airbnb, estaba nervioso y emocionado pues justo el día en que pisé Madrid empezarían los mejores 6 meses de mi vida.

El proceso primero que todo no es fácil, ya que para aplicar al intercambio desde Colombia hay varios requisitos, primero que todo en la universidad hay que tener un promedio para poder aplicar al intercambio, luego de tener el promedio, las dos universidades que tienen convenio se contactan para emitir una carta a la embajada, porque si, hay que tener una visa de estudiante.

Esos días en que esperas a que te devuelvan el pasaporte son los más angustiantes porque se demoran más o menos 15 días en entregar el pasaporte de vuelta y justo el día en que llevaron el pasaporte a la casa mi mamá estaba para recibirlo, yo mientras tanto estaba en la universidad.

Cuando mi mamá me llamó lo primero que me dijo fue “Cristhian ya llegó el pasaporte y no le dieron la visa, de hecho llegó con una carta” y yo sabía, por lo que me habían contado, que si llegaba una carta era porque la visa era negada, y empezó a leer algo relacionado con la negación de la visa.

Al principio pensé que era molestando pero después de llevar como 30 segundos leyendo, empecé a aceptar que me la habían negado, pero de pronto el tono de su voz cambió, y dijo la palabra mágica “Mentira” muy emocionada me dijo que me habían dado la visa y desde ahí no podía creer que en tan solo 2 meses estaría en Europa.

En esos días compré los tiquetes, estuve mirando mucho en páginas como Skyscanner y Despegar, en donde comparan los vuelos de todas las aerolíneas y se basan en precio y el tiempo de vuelo.

La mejor opción que encontré fue un vuelo con escala en Newark (Estados Unidos) recomiendo comprar tiquetes para Europa con escalas en Estados Unidos para los que buscan economía ya que si se compra con anticipación puede salir demasiado barato en comparación a un vuelo directo, eso sí para entrar a Estados Unidos así sea de paso, hay que tener una visa, entonces si ya se tiene cualquier tipo de visa es una muy buena opción.

De ahí en adelante el tiempo pasó lento, como cuando se espera algo con muchas ansias, pues el día de viaje se venía acercando y yo busqué una habitación durante esos dos meses pero no era tan fácil como esperaba, uno de los sitios web mas reconocidos para esto es Idealista, aunque tambien hay grupos en facebook donde la gente oferta habitaciones. 

Me comuniqué con varias personas que también estaban buscando habitación a ver si compartíamos un apartamento pero hacer todo ese proceso sin ver de frente los apartamentos ni las habitaciones es un poco difícil.

Llegar a concretar una negociación por internet me parecía arriesgado y mas porque había leído acerca de casos en donde se realizaba el pago por adelantado pero el día en que la persona iba a ver la habitación, esta no existía y no estaba en alquiler.

Preferí agendar citas con los arrendatarios cuando ya estuviera en España. Esto a su vez era arriesgado ya que solo tenía pago el Airbnb por dos días y si no conseguía nada cuando llegara me tocaría seguir pagando hotel lo cual habría salido mucho más costoso.

Finalmente llegaría el día del viaje, mi mamá me acompaño al aeropuerto y veía en sus ojos felicidad pero a la vez tristeza porque sería la primera vez que nos alejaríamos por tanto tiempo, sin embargo después de una despedida acompañada de lágrimas pasé esa puerta la cual separa solo a unos metros de distancia a una persona de otra, pero esa puerta es una de las más difíciles de pasar ya que estoy seguro que ha visto a muchas familias, parejas y amigos separarse.

¿Quién pasa el primer filtro de seguridad en donde la policía revisa todas las maletas y se le queda la mitad del equipaje? Pues yo, había empezado bien el viaje, casi llegando al Duty Free me sentía muy ligero de equipaje y pensé “que chimba me siento bien libre” (chimba en Colombia es cuando algo es muy bueno y hasta emocionante).

Caí en cuenta que no lo tenía así que me devolví al control de seguridad y los policías me dijeron ¿Nos vas a dejar el equipaje? A lo que respondí que sí, luego me fui tomé mi avión y llegué sin medio equipaje a España. Bueno no, en realidad si recogí el equipaje con vergüenza y risa, pues pensaba “Bien Cris, que despistado y ni siquiera ha empezado el viaje”

El vuelo despegó a las 9 de la mañana y tenía en mente que con la escala estaría llegando a Madrid a las 10 de la mañana del otro día entonces debía descansar lo que más pudiera.

El vuelo demoraría más o menos 5 horas y media hasta Newark y como era temprano lo único que hacía era escuchar música y tomar algo como jugo o gaseosa cada vez que ofrecían las azafatas.

Cuando faltaba más o menos una hora para aterrizar empezamos a hablar con la persona que estaba al lado mío, era Francés pero vivía en Colombia e iba a pasar vacaciones a España, me contó que vivia en Pereira, una ciudad linda y no con muchos habitantes.

Me percaté que en todo el vuelo él estuvo pidiendo vino y yo pensé “O este señor tiene mucha plata para haber pedido tanto vino o fui lo bastante perezoso para no leer las bebidas que estaban incluidas en el servicio” Pues efectivamente el vuelo de Bogotá a Newark con United Airlines incluía bebidas como Vino y cerveza, y yo bien niño de 12 años pidiendo jugos y gaseosas.

Alcancé a tomarme dos cervezas las cuales se podían pedir cada vez que pasaban los auxiliares de vuelo ofreciendo el  servicio. estaba emocionado y ansioso, ya casi empezaba la aventura.

Ya en Estados Unidos llegué a un aeropuerto inmenso pero no era el más grande de la zona y en el momento lo agradecí un montón porque mi escala era de cuatro horas, sin embargo después de pasar migración y los controles de seguridad, los cuales son bastante extensos y hasta intimidantes tuve que esperar el otro vuelo hasta Madrid.

Todo el proceso para llegar nuevamente a la zona en donde abordaría el avión me tomó dos horas, las cuales para ese momento estaban bien, sin embargo pensaba en mi vuelo de vuelta el cual ya había comprado y tenía la misma escala en Newark, lo que me preocupaba en ese momento era que para ese vuelo solo tenía dos horas de escala y sin contar que el abordaje empieza media hora antes de despegar.

Cuando tomé el avión nuevamente ya con destino a Madrid, eran las ocho de la noche y el vuelo duraba aproximadamente ocho horas, lo cual era suficiente para descansar, no en el lugar mas comodo pero al menos tenia un espacio.

Cuando llegará a Madrid mi mamá seguiría durmiendo sería algo así como las cuatro de la mañana en Bogotá mientras que yo estaría allá a las 10 de la mañana, todo un día sin un lugar fijo donde dormir más que las sillas del avión.

Para suerte mía tuve la ventana, siempre me ha gustado la ventana, no sé por qué y además era de noche no se vería nada, pero ver las luces de las ciudades en la noche me parece algo tan lindo, cuantas personas están allá trabajando, de fiesta, tomando algo, con sus familias y para ellos solamente es un avión el cual está pasando pero ese avión muchas veces significa volver a casa o empezar una nueva experiencia.

En este vuelo si estaría dispuesto a tomarme el licor que no aproveché en el otro vuelo, así que claramente empecé con una cerveza, porque como lo aprendi un la cerveza nunca puede faltar. 

El vuelo tenia pantallas entonces vi una película, no estoy seguro cual era el nombre pero era acerca de una chica que iba a una parte muy sola de una isla y luego de nadar hasta muy tarde quedaba atrapada en una roca, al menos hasta ahí recuerdo porque el sueño ya empezaba a pegar y duro.

No quería dormir por tres razones:

La primera era por terminar de ver la película, no me gusta verlas incompletas, si ya veo más de la mitad me gusta vérmelas completas así sean malas, porque por lo menos tendré fundamentos para explicar por qué me pareció mala y no solamente basándome en la mitad de ella.

La segunda razón era por el licor, acá se escucha como si fuera un alcohólico pero realmente quería sentirme en un avión medio entonado, prendido o lo que pasa antes de estar borracho y estando en este estado disfrutaría de otra manera la tercera razón.

La tercera y creo que la más importante era porque quería ver el amanecer, estaba muy alto, las nubes eran ahora el suelo comparado a lo alto que estaba el avión, para mi ver el amanecer era algo mágico, quería saber a qué hora iba a pasar y más porque estaría llegando a España a las 10 de la mañana, así que amanecería mientras estaba en medio del océano atlántico, en serio era algo que quería ver y por esa razón trataría lo que más pudiera para quedarme despierto.

Tuve suerte de estar en la ventana pero aún más de haber escogido ese asiento porque a mi lado no había nadie, eso significaba tres sillas para mí solo, eso significaba poder dormir cómodamente.

Mientras intentaba ver la película, me acomodé de tal manera que pude colocar los pies en las demás sillas, nuevamente iba pasando la auxiliar de vuelo y como no quería parecer un borracho entonces decidí variar de bebida y pedí un vino. Bueno no, pedí un juguito.

Cada vez mis ojos se iban cerrando más y más y la película ya me parecía más incoherente porque la veía por partes entonces no sabía que unía una parte con la otra, lo único que pensaba en ese momento era que me iba a perder el amanecer en el océano y pensé seriamente en poner una alarma en unas horas, en lo que yo creía que el sol iba a salir.

Esa idea de poner una alarma cada vez mas fue perdiendo valor porque significaría despertar a los demás pasajeros entonces dejé que el sueño me consumiera sin poner ningún tipo de alarma y esperando poderme despertar para verlo.

Me desperté varias veces en la noche, sentía alivio porque aún estaba oscuro pero de igual manera el cuerpo empezaba a sentir lo incomodo que era dormir en un avión, el dolor en el cuello se sentía apenas se mueve la cabeza, el poder estirar los pies es satisfactorio, acomodar la espalda y los brazos en otra posición distinta es un placer que en ese momento no se cambia por nada.

Cuando me desperté realmente vi que está empezando a amanecer y me sentí lo más suertudo porque pude haber dormido como una morsa hasta que aterrizara el avión y no haber visto nada.

Por cosas de la vida me desperté en le momento exacto el destino me permitió ver lo lindo que era el día, lo linda que era la vida, lo afortunado que era de poder estar apreciando este acto de la naturaleza fuera de casa y más llegando a un continente que tenía en mis planes visitar algún día en la vida pero no pensé que lo hiciera a mis 22 años de edad.

Vi cual era la ruta de vuelo para detallar exactamente en donde estabamos y para mi sorpresa no estábamos muy lejos de Portugal, en ese momento miro la hora y hago cuentas, pues me doy cuenta que ya son casi las ocho de la mañana. No entendía porque estaba viendo el amanecer tan tarde si en Colombia amanece usualmente de cinco y treinta a seis de la mañana.

Pues bien, justo ahí me enteré que en esa temporada estaba amaneciendo a las ocho de la mañana en Europa, realmente antes de viajar no averigué muchas cosas sobre Europa, y usualmente en viajes hago eso, o sea preparo lo importante que tiene que saber todo viajero pero ya en el lugar averiguo mas detalles y aspectos. 

Era algo que influía demasiado en el ritmo de vida de la gente ya que la mayoría de personas entran a trabajar o estudiar a las nueve de la mañana, mientras que en Colombia seria a las siete. No podía dejar de comparar las cosas porque es imposible no hacerlo cuando llegas a un lugar nuevo con diferentes costumbres.

La última comida del avión era un mini desayuno, aunque no es lo más fresco del mundo ayuda demasiado a recuperar la fuerza, veo como estamos aterrizando en Madrid y no lo puedo creer, este será mi hogar por lo próximos 6 meses.

Apenas aterrizó el avión estaba pensando qué haría ya que eran las diez de la mañana y la persona que me alquiló el Airbnb estaría en la casa a las tres de la tarde y a esa hora me entregaría las llaves, yo supuse y la verdad esperaba que el trayecto demorará bastante para no tener que esperar fuera de la casa pero el trayecto solo duraría una hora.

El paso por migración fue rápido, solo me preguntaron de donde venía originalmente, que venía a hacer en España y pum, toma tu sellito, el pasaporte ya estaba visado con la entrada a España, luego fui a recoger las maletas que no duraron mucho en pasar pero ahora la pregunta era y qué hago yo 5 horas hasta entrar al apartamento?

Para saber cómo llegar a la dirección donde me iba a hospedar fui al Consorcio de transportes de Madrid ubicado en el aeropuerto, allí pedí indicaciones y me dijeron cuanto tiempo demoraría y que ruta debía coger, sin embargo me aconsejaron que como tenía bastante tiempo podía sacar la tarjeta de transporte público con tarifa de abono joven.

La idea de sacar la tarjeta  al principio no me emocionó mucho pero luego vi la gran ventaja de tenerla desde el primer dia porque en los primeros días me iba a mover mucho en metro mientras buscaba apartamentos. Allí me agendaron una cita para las 12 del mediodía y bueno tenía bastante tiempo para llegar.

Compré en el aeropuerto la tarjeta y el pasaje que me llevaría hasta la estación en donde podía sacar la tarjeta de abono joven, solo esta tarjeta en el aeropuerto  con un tiquete me costó un poco más de siete euros lo cual para un solo trayecto me pareció bastante costoso, sin embargo por lo menos ya me estaba moviendo en Madrid.

Mientras iba en el metro el cual es subterráneo no podía divisar nada de lo que pasaba afuera o como se veía la ciudad y estaba ansioso por conocerla. Mientras tanto iba pasando por varias estaciones y una de ellas la cual es cerca al aeropuerto se llama Colombia, esas pequeñas cosas que llegan al alma cuando se está lejos de casa.

Llego a la estación la cual creo que es Moncloa, y veo que llego con un poco de tiempo de sobra entonces tomo algo en un Dunkin Donuts y me conecto a internet, por fin puedo avisarle a mi mamá que he llegado, aunque ella hasta ahora estaba despertando yo ya tenía un montón de cosas por contarle.

Luego de hablar con mi mamá y responder algunos mensajes de amigos voy al Consorcio de transportes de Madrid ubicado en Moncloa, me piden el pasaporte y algunos datos personales incluido en dónde me voy a quedar en Madrid y bueno por ahora tenía una dirección pero al igual que la señora que me atendió esperaba tener un sitio fijo al finalizar el día.

Me entregan la tarjeta la cual habría costado menos de cinco euros y luego voy a recargarla, pues solo con 20 euros ya tendría un mes de transporte, un transporte efectivo, de calidad y rápido, eso realmente me gustó ya no tendría que preocuparme por conseguir la tarjeta joven y no llevaba más de tres horas en España.

Pues bien con maletas y después de haber sacado la tarjeta, me dirijo a mi destino, más o menos 40 minutos en metro y me bajo de la estación. Por fin aire fresco, aire de Madrid, aunque no parecía mucho Madrid ya que el barrio en donde se encontraba el apartamento era el barrio chino.

Excelente, un latino en su primer día en Europa y está en un ambiente totalmente asiático, pues bien empecé a pedir ayuda con la dirección a varias personas asiáticas pero estas ni siquiera se detenían a escucharme, hice el ejercicio como con 4 personas y siempre pasó lo mismo, no me puse bravo ni nada, solo que son cuestiones culturales.

Quizá no hablaban bien el idioma, pues si bien están en un país hispanohablante están en un contexto en donde todo está en chino, los nombres de los restaurantes, las tiendas, las promociones, entonces debí ingeniármelas para encontrar la calle sin indicaciones y sin internet.

Antes de ir directamente a buscar la dirección, fui a un restaurante chino y comí una pasta, quería comer con palillos chinos ya que estaba en un restáurate que parecía autentico chino, pero me pudo más el hambre así que comí con tenedor.

El plato era engañoso, parecía que era poco pero en realidad comía y comía y el plato nada que se terminaba, de igual manera agradecí, no era la primer comida que esperaba comer en España, pero siempre hay un chino que nos salva en estas situaciones.

Luego salí a buscar la dirección, no era muy difícil sin embargo con dos maletas de ruedas y dos maletas en los hombros no era la situación más sencilla para estar buscando una dirección, de igual manera lo encontré, timbré en la casa y me abrió, era un tipo bastante majo me enseño el apartamento el cual era lindo para el sector.

Finalmente llegué a Madrid, ya tenía la oportunidad de descansar, entonces vi la cama, y la ducha, son las dos cosas que más se anhelan después de estar viajando por tanto tiempo.

Tomé una ducha la cual nunca pude graduarla para que el agua saliera tibia, entonces me bañé con agua fría, en pleno invierno, y en serio que odio el agua fría en la ducha, así esté en tierra caliente me gusta tomarme una ducha con agua caliente, sin embargo para el momento realmente no importó, era satisfactorio poder bañarse después de tanto tiempo y luego de eso descansar un poco recostado en una cama, en una cama de verdad.

Lo primero que hice en la cama fue empezar a ver habitaciones, no había tiempo para perder y gracias a la vida pude contactarme con tres personas para ver las habitaciones el mismo día.

Una de estas habitaciones estaba al lado del Estadio Vicente Calderon, el antiguo estadio del Atlético de Madrid, allí compartiría piso con una dos personas, una de ellas fue la que me recibió y se veia bastante agradable, estuvimos hablando un poco y venía desde Estados Unidos a pasar un año en España.

Hasta ahora todo iba bien, Sin embargo aparecieron dos problemas uno era que al menos tendría que quedarme 6 meses y tendría que pagar dos de esos seis meses por adelantado, lo cual me parecía muy apresurado porque no conocía a las otras personas tan bien para saber si quería quedarme allí seis meses.

La otra razón fue que pregunté quién era la otra persona que viviría con nosotros y lo llamaron para que saliera, pues bien esta persona apenas abrió la puerta salió un olor fuerte de la habitación la cual lo acompañaba a él también y para mi realmente cualquier persona puede tener el estilo de vida que quiera y no me incomoda, pero cuando hay que compartir un espacio la higiene es algo importante y sabía que no iba a poder durar ahí 6 meses.

El segundo apartamento era en el barrio Opera, cuando llegué allí me gusto la ubicación porque era en el centro de Madrid, era algo mucho mas central, ya que solo se encuentra a 5 minutos caminando de sol, pero igual tenía que ver el apartamento.

Llego, timbro y conozco a Manuel, un chico sevillano el cual vivía solo en el lugar y cuando veo bueno no es un apartamento y si no un aparta-estudio así que compartiríamos el mismo espacio y sinceramente no me importo mucho ya que el sitio era lindo, estaba bien ubicado y llegaba a Madrid a vivir nuevas experiencias.

Feliz de haber encontrado algo que me gustaba aún tenía la opción de ver el tercer apartamento sin embargo vi que era demasiado lejos del centro y era una zona muy residencial entonces decidí no ir a la cita más bien aprovecharía el día y caminaría un poco por el centro.

Era un típico turista viendo todo, admirándolo, sin poder creer que estaba en ese lugar en ese momento, caminé demasiado ya que es una de las cosas que más disfruto hacer, ponerme mis audífonos (cascos) ponerlos a todo volumen y empezar a caminar y apreciar el paisaje, lo hice durante una hora y medio más o menos.

Hice un recorrido desde Opera hasta Sol, de allí a Callao y luego a la imponente Gran Vía la cual me impresiono por todas estas marcas que están expuestas, las calles llenas de gente lo cual le dan un ambiente de grandeza a la ciudad pero lo más lindo fue ver los imponentes edificios con este tono blanco lo cual le da un toque colonial al centro de Madrid.

Sé que no se puede comparar con la infraestructura de ciudades como  Roma, pero para mí era espectacular ver en vivo y en directo lo que antes era estupendo en fotos pero de frente es aún mucho mejor, esto es Madrid.

Al llegar a casa hablé un poco con el casero y estaba demasiado cansado, no tenía ganas de comer, por cuestiones de cambio de horario duré varias semanas en las que me daba hambre en la madrugada y los primeros días me dormía muy tarde, pues terminaba durmiéndome a las tres o cuatro de la mañana y me despertaba al menos al medio día.

En cuanto al aparta-estudio al otro día me vi con Manuel y concretamos en que me pasaría al siguiente día, lo cual me dejó bastante tranquilo porque en estos momentos siento que tuve demasiada suerte de haber encontrado algo tan rápido, en Madrid con tanta demanda de habitaciones en todas las temporadas y tan poca oferta para todos, es muy difícil encontrar algo rápido.

En conclusión el primer día en Madrid fue muy productivo, más de lo que pensaba ya que pude obtener la tarjeta de transporte público, comí en un restaurante chino el cual me salvó la vida (lo único que faltó fue comer con palillos chinos, pero esto lo haré algún día), también encontré un sitio en donde vivir y conocí un poco acerca del centro de Madrid.

Apenas había llegado a la ciudad y ya sentía ganas de conocer mucho más la capital de España, sus calles, su cultura, sus bares, restaurantes, sus fiestas y lo mejor es que todo esto llegaría acompañado de personas que el destino me pondría en el camino y en algún otro blog les contare de ellos.