Madrid, Madrid, Madrid
Hoy vengo a narrar mis experiencias por la capital española, Madrid.
En primer lugar, lo siento, matad-me o miradme muy mal, pero para los amantes de Madrid tengo que decir que no me gusta nada la capital española. Me parece ruidosa, incómoda, no demasiado bonita, un lío de narices para todo... Muy agobiante. No me gusta Madrid, lo siento amantes de la capi.
Ya fui en tres ocasiones. Las dos primeras fueron fugaces porque asistí a la grabación de Aída y luego de Tonterías las justas. En Aída sí que tuvimos un rato para disfrutar de la ciudad, en el otro caso la verdad es que no lo recuerdo. No soy muy fan de ninguno de los dos productos televisivos.
La tercera vez que fui, fue por la Noche vieja pasada de 2012 cuando unas amigas y yo alquilamos un pisito en Carabanchel, para ir, como bien debe hacerse una vez en la vida, a la Puerta del Sol a tomarnos las uvas.
Pudimos visitar durante tres días la ciudad, visitando los lugares y monumentos principales del centro. Lo contaré desordenado porque no recuerdo demasiado bien con qué orden visitamos, pero bueno, lo mismo es cuando lo que vaya a contar será igual.
El primer día visitamos la Plaza de España y el Templo de Debod, desde donde pueden hacerse unas fotos muy bonitas de la ciudad. Se ve, por ejemplo, el Palacio Real. Fue un templo que los Egipcios regalaron a España. Ya nos podrían haber dado dinero, pero bueno jajaja. La Plaza de España en Navidad estaba llena de puestos porque ponen un mercadillo navideño o algo así. Si puedes, visita la Estatua de Don Quijote que es muy típica y muy chula. En mi primera visita a Madrid estuvimos haciendo muchas fotos allí, con el Quijote y tal. Todo muy gracioso. Luego, también está rodeada por multitud de edificios emblemáticos y antiguos de Madrid.
Paseamos por la Gran Vía, calle muy transitada y llena de tiendas. Por supuesto, estuvimos en la Puerta del Sol, tanto de noche como de día, donde para los que estén más despistados, pueden encontrar la estatua del oso y el madroño: estatua hecha en bronce con un pedestal de piedra que, curiosamente, fue cambiada de sitio unos años mientras el lugar estaba en obras. El oso, por cierto, se usa desde el siglo XIII en el escudo de Madrid porque se ve que poblaban la zona de los alrededores de la capital.
También está el famoso Kilómetro 0 de todas las carreteras españolas, una placa que fue renovada hace pocos años. Antes la que había molaba más porque marcaba las seis carreteras radiales, ahora solo marca el este y el oeste.
Luego, para las campanadas el cantar fue otro cuando nos comenzó a llover y no teníamos paraguas, pero eso ya es otra historia...
Fuimos al Museo de El Padro, el que según dicen muchos es el mejor museo de Europa, otros no (los franceses seguro que no lo dicen XD). Pero me pasó lo que me pasa en todos los museos a los que voy, que veo muchos cuadros pero no los entiendo. Eso sí, vi el cuadro de Goya de Gaspar Melchor de Jovellanos y me puse muy contenta porque sabía quien era, quien lo había pintado y lo recordaba de mi libro de historia de bachillerato.
Visitamos la maravillosa Plaza Mayor que en Navidad también acogía un mercado con puestecitos de productos navideños y souvenirs. Estaba decorada preciosa, como podéis ver en las fotos. La Plaza Mayor tiene una historia eterna; nace con su uso como lugar de comercio (como pasaba con muchas de estas plazas), se ha incendiado tres veces a lo largo de su historia, aunque al parecer ha ido resurgiendo de sus cenizas cual ave fénix más bonita que en las anteriores versiones de sí misma. En la década de los 60 fue cuando se hizo peatonal y se construyó bajo la misma un párking. El mural que decoraba una de las fachadas se pintó en los noventa y representa algunos dioses mitológicos (no sé muy bien qué relación tienen estos dioses con toda la plaza y menos si cuenta que está enfrente de la estatua de Felipe III montando a caballo).
Entramos a la Catedral de la Almudena (gratis, no como muchas catedrales del mundo que te hacen pagar, en fin, a mí lo de pagar en una iglesia es que me toca la moral hasta lo más profundo de mi ser). Es donde se casaron los príncipes, para los folclóricos de estos temas. La recuerdo muy alta, pero en el tema de las catedrales, pues bueno, que por ahora me quedo con la de Durham en Reino Unido. Ya os hablaré de ella por aquí más adelante.
Visitamos el Palacio Real, pero solo por fuera, que para los despistados hay que decir que los reyes NO residen en él, sino que residen en la Zarzuela. Por fuera es precioso así que por dentro no me lo quiero ni imaginar. "Pobre del que lo tenga que limpiar" diría mi madre, dado el tamaño del sitio (en un intento, creo yo, de auto consolación y auto convencimiento por nuestro piso de noventa metros cuadrados XD). Lo que sí que visitamos fueron los jardines del Palacio que están justo enfrente, algo más abajo. Son muy bonitos, pero no pudimos disfrutarlos todo lo que nos habría gustado porque se nos hacía de noche.
[Aquí arriba podéis ver a un elefante y un mono junto a Elvi y a mí y de fondo Cibeles. La fuente de la diosa. Fue nuestro querido Carlos III quien vino motivado a reformar la ciudad influenciado por las modas europeas, así que además de adoquinar y poner lucecitas, construyó fuentes como la de Cibeles]
Es curioso porque, cuando los príncipes se casaron recorrieron el tramo que va desde la Almudena hasta el Palacio Real... ¡que están casi enfrente! En fin... folclore.
Por supuesto, visitamos El Retiro. Pasando consecuentemente por la Puerta de Alcalá, que como bien dice la canción "Carlos III se quitó el sombrero y le dijo a su caballo 'ahí está, la Puerta de Alcalá'" porque, entre otras cosas, fue él quien la mandó construir para dar entrada a las personas que viniesen de la zona de Aragón. A lo que iba, que El Retiro tiene casi 120 hectáreas y en él se encuentran numerosas zonas que pueden visitarse: el lago en el que puedes alquilar una barquita y navegar entre los patos, diversas fuentes, todas sus puertas, varios monumentos y la Palacio de Cristal, que es super bonito. Se hizo a finales del siglo XIX como una especie de versión española de los invernaderos ingleses (tú lo haces guay, pues nosotros más, olé). Hoy en día se usa para ubicar exposiciones temporales y para que los novios se hagan románticas fotos, por supuesto...
Más o menos, en esto se puede resumir mis visitas a Madrid, por supuesto siempre puedo contar más pero tampoco quiero aburriros con mil datos. Si lo releo y veo que hace falta añadir algo más, editaré la entrada.
Pasad una buena noche erasmusitos y un feliz lunes.
Galería de fotos
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Comentarios (2 comentarios)
Andres Garcia Lopez hace 10 años
Madrid no pinta tan mal, mujer. Eso es que no has visto las zonas adecuadas!
Rob SM hace 9 años
Yo estoy de acuerdo prácticamente, y soy de Madrid de siempre. Pero... hay muchos lugares de Madrid que no has visitado y donde no has estado.