Qué ver en Madrid

Esta es la segunda vez que voy a Madrid, la primera vez fue de vacaciones en 2013, y la segunda en 2015, cuando vivía en Barcelona y fui a ver a un amiga que estaba viviendo allí. Desde la capital de Cataluña hay un tren que sale desde la Estación de Barcelona Sants y llega a la Estación de Atocha de Madrid en tan solo tres horas. Además, pasan con un carrito vendiendo cava y patatas fritas (entre otras cosas), así que yo estaba feliz, me tiré las tres horas con mi libro y algo de beber. Pero no hemos venido aquí para hablar del tren. Pero si vienes de visita o te vienes a vivir a Madrid, aquí os dejo un par de sitios a los que tenéis que ir sí o sí.

Azotea

Este bar está en la azotea de la organización cultural "Círculo de Bellas Artes", de verdad que merece la pena ir, sobre todo un día que haga buen tiempo. Si tienes pensado ir en verano, déjame darte un consejo: échate crema protectora. Las vistas desde este bar son impresionantes, verás cómo la ciudad se extiende delante de ti en todas direcciones. Hay mesas por si quieres sentarte a picar algo, o si no también puedes simplemente echarte a lo largo en la zona de hamacas con un buen cóctel. Tal y como podrás imaginar, las bebidas no son nada baratas, pero siempre lo son en sitios como este, prácticamente te incluyen las vistas en el precio. Os aconsejo que os pidáis un mojito de fresa, sobre todo para los meses de verano: es refrescante pero no es empalagoso, tiene un ligero toque àcido de lima, menta fresca y un buen chorro de ron.

Mi amiga y yo estuvimos allí un par de horas tiradas con nuestros cócteles, que estaban muy bien hechos, y con un poco de cava y disfrutando de las vistas, fue como entrar en modo vacaciones de lujo. De hecho no estábamos ni de vacaciones, éramos estudiantes, ni teníamos los medios como para irnos de vacaciones de lujo, pero esa joya de azotea hace que en tan solo una tarde soleada te crees tu propio mundo.

(Estas son las vistas que hay desde el bar Azotea)

Parque del Retiro

Me gusta cuando me encuentro con un buen parque. Los Jardines de Luxemburgo en París, el Parque Ciutadella de Barcelona, las muchísimas zonas verdes de Londres (Green Park, Hyde Park, St. James’ Park, etc. ), todos ellos me encantan. Y el Parque del Retiro de Madrid no es una excepción. Es el lugar perfecto al que ir a desconectar con un buen libro o a hacer un pícnic (luego hablaré de esto) con tus amigos/familia/pareja. Puedes darte un paseo en barca por el lago, si sois como nosotras no es tan buena idea, pero mientras no te caigas o no te choques mucho con la gente vas bien, lo importante no es que se te de bien remar, sino al menos saber flotar con el bote sobre el agua y disfrutar mientras el sol te acaricia la cara.

(Se nos daba tan mal remar que tuvieron que empujarnos para que pudiéramos adentrarnos al lago. Pero una vez dentro, ¡nos lo pasamos en grande! )

Además de eso, también hay cosas que podéis ir a ver en el parque, como la casa de cristal llamada Palacio de Cristal; también hay exposiciones de arte, tan impresionantes como el propio palacio, por donde puedes vagar y relajarte tomando un poco de aire fresco rodeado de la vegetación del parque. Te encontrarás con músicos callejeros tocando en directo un poco de jazz y, además, también hay un par de pequeñas cafeterías al aire libre en las que puedes parar a tomarte una cerveza y mimetizarte con la naturaleza.

(Palacio de Cristal)

Para mi, este parque es como si fuera un oasis en medio de la ajetreada ciudad de Madrid, tan solo tengo buenos recuerdos en este lugar.

(Una de las fuentes del parque bajo la luz del sol)

Restaurante Vegetariano Al Natural

España no es famosa precisamente por los platos vegetarianos, de hecho, es conocida a nivel mundial por el cerdo y por sus quesos. También me di cuenta de que, por lo general, la comida suele ir muy ligada a la tradición; no tiene mucha cabida el experimentar y el innovar. Sin embargo, de vez en cuando te encuentras con sitios como Al Natural. Iba en busca de algún lugar en el que poder huir del embutido y del queso y, por casualidad, di con un lugar encantador y perfecto para aquellos que sigan una dieta a base de verde.

Comí allí hace dos años ya, así que puede que me falle un poco la memoria, pero si aún recuerdo este restaurante es porque realmente estaba buenísimo. De lo que sí que me acuerdo es de las croquetas de pera con especias (puede que suene raro, pero están buenas) y del falafel, son mi debilidad y, si no me equivoco, creo que tenía incluso un regusto a tarta, y todo esto iba acompañado de un zumo bien fresco. El menú de ensalada también tenía buena pinta, aunque no pudiera probarlo.

Si buscas algo de comida vegetariana fresca y procedente de proveedores locales en una ciudad que en la que solo sirven bocadillos de jamón, entonces este es tu restaurante.

Mercado San Miguel

Antes dije que me gusta un buen parque, pero en mi corazón también tengo sitio para un buen mercado. Volviendo a lo que dije antes de hacer un pícnic en el Parque del Retiro, el Mercado de San Miguel es el lugar perfecto al que ir a comprarte algo de comer para esta excursión, sobre todo si no quieres perder el tiempo haciendo bechamel para preparar croquetas caseras.

También puedes elegir entre una gran variedad de tapas que tienen puestas para llevar en los puestos del mercado, o si no, también puedes cogerte un taburete y comértelas con una buena cerveza San Miguel bien fría mientras ves a la gente pasar (uno de mis hobbies favoritos). Obviamente, también hay puestos en los que venden fruta, verdura y carne (no como los mercados de Barcelona de Boquería o Santa Caterina).

Pero si eres como mis amigos y prefieres llevarte a la boca algo dulce, también tienes puestos de dulces y de helados. El helado de lavanda (que va con una galleta encima) por lo visto está buenísimo según aquellos a los que les gusta la lavanda, como mi amiga. A mi no me gusta nada ni cómo huele ni cómo sabe la lavanda, así que tendréis que confiar en su opinión. Yo me quedé bastante satisfecha con mis croquetas de bacalao y con la paella de marisco, esto quedaba mucho mejor con una cerveza o con una sangría al sol en el parque, al menos a mi parecer. Cada uno que piense lo que quiera.

(El helado de lavanda de Fiona, puede que no me guste la lavanda, pero he de reconocer que era bastante bonito)

Jazz Bar

Este es mi bar favorito de todo Madrid. Pasaron dos años desde que di con este bar en mi primer viaje a Madrid, pero aún así pude llegar sin la ayuda de ningún mapa cuando fui de nuevo. No importa en qué rincón del mundo esté, mis músculos sabrán el camino hacia donde esté la buena música y la buena ginebra. Encontré este sitio ojeando una guía de Madrid y enseguida supe que tenía que venir. Y lo hice, pero arrastrando a Fiona conmigo, era la segunda vez que íbamos para las dos.

El bar es bastante pequeño y tiene un ambiente muy íntimo, con sus paneles de madera oscuros y pósteres de artistas de jazz colgados de las paredes. Puedes sentarte en una de las mesas con sillones acolchados o en los taburetes de la barra. La ginebra con tónica (yo prefiero la Hendricks) y con hielo acompañada de música jazz, para mi sorpresa, hacían que fuera un lugar de lo más acogedor. ¿Qué más podría pedir?

El bar está en un cruce y tiene un pequeño patio por si quieres ir a tomarte lo que pidas fuera. Si te quedas después de que anochezca, verás el patio iluminado con unas cuerdas con luces doradas dentro de jarrones de cristal. Llámalo hipster si quieres, pero al menos así era como estaba decorado en 2013, me gusta pensar que estaba al día en el mundo de las modas estéticas. Si quieres disfrutar al completo de la experiencia, ven justo antes del anochecer y quédate hasta que el sol se haya escondido por completo: primero podrás disfrutar de unas vistas impresionantes de la ciudad al sol y, después, podrás sentir esa calma y esa tranquilidad que transmiten los últimos destellos de sol antes de que llegue la cálida oscuridad de la noche.

(Las luces de noche)

Una vez dicho esto, la verdad es que no creo que exista una mala hora para venir al bar.

(Encontré este sitio en otra calle mientras buscábamos algún lugar donde comprar unos churros con chocolate)

Madrid está repleta de bares escondidos, churrerías, terrazas y restaurantes (necesitaría varias publicaciones para poder abarcar todo). La mejor forma de encontrar vuestros sitios favoritos es salir y explorar. Una de las cosas que más me gustan de Madrid es que, al igual que en Barcelona, puedes salir a andar de noche y sentirte totalmente a salvo, incluso aunque sea media noche, la gente sale a tomarse un chato de vino o a hablar mientras se toman unas tapas, a correr por el parque o a pasear a sus perros. Es muy raro encontrarse con gente borracha o fuera de control. Esa seguridad que se siente de noche, tan solo te da más ganas de pasarte más y más horas recorriéndose la ciudad y tomarte una copa de cava por allí, luego un platito de olivas por allá y quién sabe, puede que un Llaollao (mi yogur helado favorito) o un chocolate caliente con churros. Y cuando necesites un descanso de tanta ciudad, ¡recuerda que tienes el parque para disfrutar de unas cuántas horas de paz!

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