¿Qué son los campos de trabajo? Mi experiencia con ellos
¡Hola a todxs!
Llevo un par de veranos haciendo campos de trabajo y no son pocas las veces que, cuando lo digo, me dicen “¿Eso qué es? Suena a campos de concentración”
Así que hoy vengo a contaros qué es esto (que también es una forma de viajar) y mi experiencia en todos los que he hecho, uno por uno (por si queréis hacer alguno de ellos).
Un campo de trabajo es otro concepto para viajar. Tú dedicas unas horas del día (normalmente las mañanas entre semana) a realizar algún trabajo (trabajos simples que no requieren ninguna formación) y a cambio tienes las tardes y el fin de semana.
Suelen durar dos semanas, a veces un poco menos, y los hay tanto por España como todo el mundo. Mi experiencia, sin embargo, de momento ha sido solo por España. A pesar de que sean en España, hay dos modalidades: nacionales (solo para personas españolas y se habla en castellano) o internacionales (tanto españoles como extranjeros, por lo que el idioma principal es el inglés). En mi caso, ya que los hacía en España, los escogí al menos internacionales, para poder practicar el inglés y conocer a gente del todo el mundo.
Tú solamente tienes que pagar una pequeña tasa (de unos 100€), que son sobre todo seguros y además ofrecer esas horas de trabajo a cambio de alojamiento, comida y actividades. El transporte hasta la ciudad no está incluido.
Esos días los pasas con otras 14 personas más o menos de la misma edad (suelen ser de 18 a 25 años) y varios monitores. Los monitores organizan visitas culturales, rutas, … Siempre opcionales pero que enriquecen mucho el viaje. Sobre todo, suele ser gente de la zona o que ya ha hecho ese campo de trabajo otras veces, por lo que os enseñarán todo lo que hay.
También hay actividades que no van incluidas en el precio pero que tampoco son obligatorias y no suelen costar casi nada.
Ahora que os hacéis un poco a la idea de qué es esto, os voy a contar los tres que yo he hecho (muy por encima). Para que entendáis mejor el concepto y resolver algunas dudas. Yo soy de Madrid, y en verano hace mucho calor, por lo que yo siempre he ido al norte, concretamente a Aragón, País Vasco y Galicia.
Campo de trabajo en Mundaka
Mundaka es un pequeño pueblo costero del País Vasco y uno de mis lugares favoritos en el mundo. Sinceramente, nunca me he enamorado de ningún sitio como lo he hecho de Mundaka.
Es un pueblo todavía no muy conocido, pero sí por surfistas de todo el mundo.
Desde Madrid tuve que coger un bus hasta Bilbao y allí el Euskotren, un tren de cercanías que te lleva hasta el pueblo.
Los alojamientos no suelen ser hoteles ni grandes lujos. Aquí nos alojamos en un colegio, en una de las clases, en la que pusieron literas para todos, Los monitores también dormían allí, en una clase contigua. La comida la hacía la propia cocinera del colegio, en una cocina enorme y comíamos en un comedor bastante grande.
¿El trabajo? Muy simple y muy divertido. Enseñar inglés a los niños del pueblo en un campamento de mañana. Durante dos semanas los niños se acercaban por la mañana a una ludoteca donde hacíamos con ellos algún juego, también hacíamos excursiones, íbamos a la playa o hacíamos super desayunos. Como ves, es muy simple y muy divertido, es hacer de monitor. Cuando daba la una, los niños volvían a casa y nosotros estábamos totalmente libres. Además, eramos casi tantos monitores como niños, así que la confianza que cogías con ellos era tremenda. El último dua alguno acabó llorando incluso.
Este campo de trabajo es sinceramente el que más me ha gustado, hicimos muchísimas excursiones y vimos toda la zona. Fuimos a Bilbao, a San Sebastián, al Bosque de Oma, Bermeo, Elanchove, Zumaia (donde do grabó Ocho Apellidos Vascos), San Juan de Gaztelugatxe (de Juego de Tronos), …
Además, hicimos muchas rutas y tuvimos unas vistas espectaculares. También nos pillaron las Madalenas, las fiestas de allí y el último día hubo un super mercadillo de comida que nos alucinó. Si vais, teneisque probar el pastel vasco sí o sí. Siempre que no teníamos nada que hacer, nos bajábamos a la playa, una playa alucinante que nos pillaba a metros de donde nos alojábamos.
Pero lo mejor, sin duda, es la compañía. Conoces a mucha gente, la mayoría son españoles pero de todos los rincones pero también hay gente extranjera y está muy bien el intercambio cultural. Pasas mucho tiempo junto a ellos y se crean unos vínculos tremendos. Yo sigo hablando con gente que conocí allí, también he vuelto a viajar con ellos y sé que tengo una casa en casi todos los rincones de España. De verdad que conocer a gente así es una maravilla.
Además, son muchas horas conviviendo juntos y siempre, en todto los que he hecho, ha pasado algo minimo entre dos personas.
El ultimo día es muy común hacer una cena cultural y que cada uno prepare algo típico de su zona, esto hicimos nosotros también. Los de Madrid hicimos un bocadillo de calamares, los italianos, pasta y tiramisú, los vascos pintxos, ...
Campo de trabajo en Canfranc
Canfranc es un pueblo muy muy pequeño, es una sola calle. Nos alojábamos en un albergue que está pensado sobre todo para personas que hacen el Camino de Santiago.
Canfranc hace frontera con Francia y se encuentra allí la Estación de Canfranc, que comunicaba ambos países y por donde se intercambiaban mercancías. La estación, que es espectacular, está ahora mismo abandonada, aunque se hacen visitas turísticas a una de las salas que está reformada. (Sin embargo, hay un nuevo proyecto que pretende restaurar todo).
Nuestro trabajo aquí fue restaurar un vagón de tren. Este vagón era muy antiguo, pero unos años antes unos vándalos le habían prendido fuego y estaba totalmente calcinado. Nosotros lo lijamos, lo pintamos, lo vaciamos e intentamos dejarlo con el mejor aspecto posible. Aunque no lo terminamos, el próximo año otro campo de trabajo lo hará. El vagón se puede visitar ahora mismo si vais a la visita de la estación de Canfranc y está al lado de otro más que restauró otro grupo.
En cuanto al alojamiento y la comida, un albergue. Una gran habitación para todos nosotros y un comedor tanto para nosotros, como para otro campo de trabajo y todos los turistas de la zona. Normalmente, si hacía buen tiempo, comíamos en una terraza.
¿Visitas? Conocimos Canfranc y Jaca pero, al ser una zona totalmente de montaña, lo que más hicimos fue ver paisajes y hacer rutas y senderismo. Nos bañamos en unas pozas, hicimos varios caminos.
Uno de los fines de semana cogimos una mochila de montaña y subimos a 2.000 metros de altitud para dormir en un refugio en lo alto de la montaña. Fue una ruta muy dura, fue mucha altitud, pero mereció la pena. Desde arriba se veía todo el pueblo a lo lejos (incluso nuestro vagón) y la experiencia de dormir en el refugio fue increíble. Igual que he dicho del anterior, la gente es lo mejor y esa noche todos juntos lo pasamos muy bien. Subimos entre todos la cena, el fuego para cocinar y el desayuno para el día siguiente. La cena fue también muy curiosa. Lo mejor de todo es que, al atardecer empezó a haber nubes y estábamos tan alto que estábamos dentro de ellas. Fue una sensación increíble.
Campo de trabajo en Vilariño de Conso
Este es el último campo de trabajo que he hecho. Vilariño es prácticamente una aldea de Galicia, en Orense.
Aquí el trabajo era medioambiental. Reacondicionar varias zonas de jardín o de montaña, crear caminos y también y totalmente distinto, entrevistar a gente del pueblo y hacer un pequeño vídeo para promocionar el pueblo.
Nos alojamos en un albergue, muy cerca de una playa fluvial, y junto con bomberos y militares que estaban allí para la prevención de incendios (en los solo 11 días que estuve allí, hubo un incendio y tuvieron que intervenir). En cuanto a la comida, aquí el concepto era distinto, los monitores hacían la compra y por grupos nos encargábamos de cocinar. Al final solo tenías que hacerlo dos días, en los que no tenías que trabajar.
Yo disfruté muchísimo al conocer la historia del pueblo, de los ancianos que vivían allí (editando el video nos emocionamos bastante).
Tuvimos varias excursiones, nos pillaron muchas fiestas de pueblo y fuimos a ellas. También una fiesta de la espuma. Hicimos muchas rutas pasando por todos los pueblos de la zona, prácticamente abandonados, hicimos pan, también nos bañamos en una laguna, … No fue un viaje de turismo, pero las actividades estaban también muy bien.
Después de esto no sé qué pensáis al respecto. Para mi han sido de las mejores experiencias que he vivido, y las repetiría una y mil veces.
¡Gracias por leerme!
Os espero en el próximo campo de trabajo.
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