Experiencia en el aeropuerto de Madrid

Nos quedamos en el artículo anterior en el momento de aparcar en el parking gigante del aeropuerto de Madrid, siguiendo las indicaciones para llegar a nuestra terminal, pasando por el escaner y todas las movidas que siempre se te presentan en los aeropuertos. Cuando llegamos al mostrador de nuestra línea aérea, resulta que tenían problemas de impresora para imprimirnos las tarjetas de embarque...increíble! Lo nunca visto en un aeropuerto, por lo menos eso me imaginaba yo antes de que me ocurriera. El señor, con cara de “Poker Face” no sabía donde esconderse porque el mismo sabía que lo que nos estaba diciendo no tenía ningún sentido. Típica situación...pues sí, nos volvimos a poner todos nerviosos porque aún teníamos que pasar el escaner y que además este veíamos a lo lejos que estaba ultra mega petado...y que es lo que piensas cuando ocurre algún imprevisto como este en un aeropuerto? PIERDO EL AVIÓN!

Finalmente nos pudieron resolver el problema supongo que cargando la impresora con cartuchos que tuvieran color! No hombre, es broma, creo que ese no era el motivo por el que no nos imprimían las tarjetas de embarque, pero bueno, estas cosas aunque creas que no te pasan, pasan, y más en los grandes aeropuertos, ya que están siempre congestionados. Una vez que teníamos las tarjetas de embarque en la mano, nos dirigimos a las tremendas colas para pasar el escaner, que lo primero que haces cuando te pones en ella, es pensar en que te pueden echar para atrás...te pones un poco nervioso conforme te vas acercando a la primera prueba de seguridad, sudas y poco pero nada más.

Las primeras pruebas las pasamos sin problemas, por lo menos yo, y si alguno de mi familia tuvo algún percance, la verdad es que ni me dí cuenta. Pero claro, no todo iba a ser tan bonito...me meten en el típico escaner que gira alrededor de tu cuerpo, poniendo con las manos arriba como si te estuvieran deteniendo. Al terminar de girar, me sacan de allí y me tocan la rodilla derecha, imaginarse mi cara cuando me remangan el pantalón por la pierna derecha y me tocan la rodilla. Me dicen que llevo un metal dentro de la piel! Pues sí, me operaron de pequeño de la rodilla derecha y tengo que tener algún tipo de metal pequeño dentro, que la verdad es que ni lo noto, pero bueno, ellos me lo detectaron y me lo recordaron. Tuve que explicarles esto y una vez conseguimos comunicarnos me dejaron que siguiera con mi maravilloso viaje. Además es curioso, porque cuando te encuentras dentro de la burbuja que gira alrededor de ti, tienes una pantalla en frente que te detecta las cosas que llevas encima y que no están permitidas, y recuerdo que vi la silueta de un cuerpo con un rectángulo en rojo justo en la parte de la rodilla derecha donde se supone que tengo el metal, que claro está que ya no es una suposición...sino que el clavo, metal o lo que sea sigue ahí y ahí seguirá y nunca cambiará ni se moverá.

Una vez pasadas todas las pruebas de seguridad, que cansan y te dejan tocado de la mente, y más si te pasa lo que a mí del metal, nos sentamos a desayunar. Más caro imposible. Para los que no lo sepan, desayunar o en general, comer en los aeropuertos es caro, a no ser que dentro haya un McDonald que siempre tienen los mismos precios que en todos los establecimientos del exterior. Por lo que mi consejo es que desayunéis fuera antes de entrar. Relajados y sentados en la cafetería del aeropuerto, sólo nos quedaba liberar un poco el estrés acumulado charlando un poco entre nosotros. Esperamos a que se acercara la hora a la que teníamos que embarcar y cuando esta llegó nos dirigimos por fin a nuestra puerta de embarque y correspondiente terminal!

Recorrimos el típico camino largo que hay en los grandes aeropuertos, que lo recorres montado en una cinta mecánica que esta para dos cosas, o para descansar y que no tengas que caminar nada, o para los más rápidos que deciden caminar sobre la misma para llegar antes y alcanzar más velocidad, pero bueno, esto tampoco tiene mucha importancia joder!

Una vez vimos nuestro cartel de la terminal, nos sentamos en los asientos que están juntos a todas las puertas de embarque para descansar un poco y para tener todo preparado para embarcar. En el próximo artículo les cuento la experiencia del vuelo, que no tiene desperdicio!

Aquí tenéis una foto de la placa donde aparcamos el coche para que a la vuelta no se nos olvidara! Un saludo a todos amigos de erasmusu!


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