Cómo mi intercambio ha cambiado mi mundo
Dejarme que me presente. Mi nombre es Daniele, soy de Montreal (Canadá) y estoy estudiando en Madrid durante todo el año académico 2015-2016. Actualmente estoy estudiando periodismo en la Universidad Concordia, en Montreal. Aunque no estoy seguro de querer seguir siendo periodista, estoy dando clases de periodismo aquí, en Madrid. Mi familia es italiana y gracias a que vengo de Montreal, una ciudad bilingüe, hablo inglés y francés, aunque el inglés es mi lengua materna ya que es la lengua que utilizo para hablar con mi familia y amigos y la lengua en la que siempre he estudiado. También hablo español. Lo hablaba antes de venir a España, pero tengo que decir que he mejorado mucho desde que he llegado. Por lo tanto, me complace decir que soy cuatrilingüe: hablo, escribo y leo con fluidez en inglés, francés, italiano y español.
Tan pronto como me enteré de la oportunidad de hacer un intercambio supe que era algo que tenía que hacer. El gobierno de Quebec le da a los estudiantes 1. 000 dólares canadienses (650 euros aproximadamente) al mes, para animarles a irse fuera. Esto, junto a mi constante fascinación sobre el mundo que me rodea y que me queda por explorar, hicieron de ir al extranjero una elección fácil.
Al principio, quería ir a Bolonia (Italia), porque tengo primos estudiando allí. Cuando me enteré que mi programa no se ofrecía allí pero que se ofrecía en Madrid, aproveché la oportunidad. Después de todo, quería ir a Europa y vivir en un país en el que conociera la lengua. ¡España, Madrid, Perfecto!
Preparándome
Sobra decir que el proceso de preparación fue largo y laborioso. Necesitaba tener mis asignaturas aprobadas por el departamento de mi universidad de origen, encontrar un sitio para vivir, orientarme en una ciudad nueva utlizado solo el internet, abrirme una cuenta del banco y recibir una tarjeta de crédito (más acerca de esto en un momento) y realmente prepararme mentalmente para lo que estaba por venir. Además, fue difícil dejar a mi familia, ya que habíamos tenido algunos problemas familiares recientemente y fue difícil dejar a mi novia, con la que llevaba casi tres años, ya que iban a ser al menos cuatro meses viviendo en continentes diferentes y en diferentes zonas horarias, ya que cuando aquí fueran las 12 de la noche y me estuviese yendo a la cama, en Montreal serían las 6pm y ella estaría llegando a casa del trabajo. Afortunadamente no tuve que solicitar el visado, ya que tengo la doble nacionalidad (Canadá/Reino Unido), así que ahorré tiempo y dinero, aunque si que tuve que renovar mi pasaporte británico.
Voy a aprovechar esta oportunidad para dirigirme a aquellas personas que vengan a Europa desde otros continentes y quieran evitar pagar esas malditas comisiones por cambio de moneda que os encontraréis cuando tengáis que tratar con divisas extranjeras, en este caso, el euro. Me abrí una nueva cuenta de banco en Canadá, con un banco que tenía acuerdos alrededor del mundo, incluida España. Eso me permitía sacar dinero en cajeros específicos y solo pagar el tipo de cambio diario, sin recargos. También conseguí una nueva tarjeta de crédito que tampoco tenía ningún cargo al usarla, de nuevo, solo pagaba el tipo de cambio diario. Cuando comparo mi sistema bancario con el de otros amigos canadienses, me doy cuenta de que estoy ahorrando mucho dinero que me puedo gastar en otras cosas, como viajar, salir por la noche o experiencias culturales, mientras que ellos se están gastando el dinero en comisiones por cambio de moneda. La organización, y mucha, es esencial cuando viajas al extranjero, para evitar ser estafados.
En junio del 2015 compré mis billetes de avión. Un billete de ida desde Montreal a Lisboa (ya que costaba la mitad de precio que volar directamente desde Montreal a Madrid) y el 21 de agosto me fui. Mi madre vino conmigo e hicimos un viaje juntos por Portugal. Después vino a Madrid antes de irse de nuevo a Montreal.
Comienza el viaje
Este ha sido el primer viaje de mi vida a Europa, un viaje que todavía no ha terminado. Mis primeras impresiones fueron increíbles. Como he dicho antes, mi primera toma de contacto con Europa fue en realidad Lisboa, Portugal, y esta preciosa ciudad fue la introducción perfecta que necesitaba. Visitar lugares históricos, tales como la torre Belem o el castillo medieval de Sintra, en la cima de una montaña, fueron experiencias surrealistas que jamás olvidaré.
Esta es una foto que hice desde el castillo de Sintra, una ciudad increíble a 40 minutos de Lisboa. Alucinante. Desde Lisboa, fui con mi madre a Oporto antes de ir a Madrid. Después de tres días intensos visitando Madrid, mi madre se fue y mi intercambio comenzó oficialmente.
Primeras impresiones de Madird
Fue raro, en los primeros días visitando Madrid con mi madre, no tenían la sensación de que Madrid iba a ser la ciudad en la que me quedaría. Me parecía como cualquier otra ciudad a la que estaba visitando. Al mismo tiempo conocí a mis compañeros de piso y empecé a entablar una amistad con ellos. Después de que mi madre se fuera, estaba sólo: tenía que cocinarpara mi, limpiar, hacer la compra, pagar mis facturas y gestionar mi dinero. Cosas que nunca antes había hecho, ya que en Montreal vivo con mi familia. También era responsable de mi propia vida social, desde la A a la Z, ya que ninguno de mis amigos de Montreal estaban presentes. De hecho, nunca me había visto en la situación de no conocer a nadie y tener que hacer amigos desde cero en poco tiempo, porque conozco a algunos amigos de Montreal desde hace años.
Afortunadamente, congenié muy rápido con mis compañeros de piso y mi compañero esloveno Samo y yo, pronto nos hicimos mejores amigos. Pasábamos el tiempo juntos en casa y siempre íbamos a fiestas y excursiones juntos. Siempre es más fácil conocer gente si ya estás con un amigo y fue una gran ventaja formar un vínculo de amistad tan fuerte con la primera persona que conocí en Madrid.
Esta es una foto de mí y de Samo en una fiesta en Madrid. Desafortunadamente, Samo no se quedaba todo el año, así que cuando se fue, estuve como al principio, sin apenas conocer a nadie.
A lo largo del cuatrimestre, tuve numerosas experiencias y aprendí un montón de cosas, todo ello gracias a mis viajes, a mi estancia en Madrid y definitivamente a conocer gente nueva. Cuando dicen que son las personas las que crean las experiencias, es totalmente cierto.
Piensa en ello cuando vayas a estudiar fuera, un grupo de gente de todas las partes del mundo que se junta en la ciudad donde todos van a vivir. En esta ciudad, ese grupo de gente tiene una cosa en común: su experiencia. Ni siquiera los madrileños ven la ciudad desde nuestros ojos y es nuestra presencia lo que trae una nueva y fresca perspectiva a ella cada cuatrimestre.
Por tanto, tenemos un grupo de extraños conociéndose entre ellos, pero cada persona que hace un intercambio tiene sed de aprender y deseo de conocer gente nueva. Probablemente no vuelvas a conocer a gente tan abierta en tu vida. Todo el mundo es feliz, amigable y quiere la misma cosa: ser parte de algo, tener amigos con los que compartir experiencias. Y cuando cientos de estudiantes tienen ese objetivo en común, bueno, ahí es cuando surge la magia.
Así que cuando mi intercambio académico llegue a su fin, ya que inevitablemente lo hará, es lo que más echaré de menos. No los viajes increíbles que he hecho, ni las asombrosas noches de juerga (o noches en casa con amigos), no, lo que más echaré de menos, y lo sé, será este ambiente de amistad y gente tan abierta que es casi imposible de encontrar en cualquier otro lugar.
Pero los intercambios son mucho más que gente. Estar de Erasmus es un estilo de vida, uno del que es muy fácil enamorarse. Este estilo de vida consiste en socializar constantemente, pero también tener experiencias culturales y viajar mucho. Hasta ahora, he visitado seis países y más de 20 ciudades en toda Europa, cada viaje siendo diferente al anterior.
Viajando
He estado en:
- Portugal: Lisboa, Sintra, Oporto
- España: Madrid, Toledo, Valencia, Barcelona, Granada, Sevilla, Córdoba, Tenerife, San Sebastián, Bilbao
- Polonia: Cracovia, Auschwitz, Varsovia
- Italia: Milán, Roma, Lecce, Pisa, Florencia, Venecia
- Francia: París
- Irlanda: Dublín y los campos irlandeses, incluidos los acantilados de Moher
Si, es una lista bastante larga y he visto cosas increíbles, algunas que jamás hubiera imaginado.
Ya he hablado sobre Portugal y las increíbles vistas de las que he sido testigo allí. En España, también he vivido una gran cantidad de experiencias alucinantes, desde escalar el Teide en Tenerife, disfrutar de la belleza de San Sebastián, probar las típicas tapas andaluzas en el sur, hasta visitar la Sagrada Familia de Barcelona. He hecho muchas cosas y cada minuto ha sido espectacular.
La imagen de arriba es San Sebastián, en el País Vasco, en el norte. El mirador de San Sebastián ha sido, sin duda, el mejor mirador que he visto nunca.
Y este soy yo contemplando la isla tropical de Tenerife, desde la cima más alta de España. Alucinante.
En Italia tuve la maravillosa oportunidad de pasar las navidades con mi familia en Lecce, mientras que hacía un viaje con mi novia por todo el país, durante las vacaciones. Definitivamente las experiencias más increíbles han sido: probar los típicos espaguetis a la romana en Roma, disfrutar de la belleza de la Basilica di Santa Maria del Fiore en Florencia y simplemente estar en Venecia.
Florencia es, de hecho, de donde viene el italiano y seguramente de donde vengan los colores de Italia, ya que muchas iglesias y catedrales en la ciudad están pintadas en mármol verde, blanco y rojo. Este es sin duda el más bonito.
La pasta se llama "Bucatini alla Matriciana" y es principalmente espagueti, pero con un agujero en el medio. De ahí la palabra "bucatini", que viene de la palabra italiana "buco" que significa "agujero". El mejor plato de pasta que he comido nunca.
La imagen de arriba es la preciosa Venecia. ¿Hace falta decir algo más?
En Polonia, hice mi primer viaje solo. Pasé una semana en Polonia. Iba a ir a Varsovia a una conferencia, así que decidí visitar Cracovia y Auschwitz yo solo. Durante mi semana allí, aprendí mucho sobre mí mismo, en cuanto a quién soy como persona. Al final de este viaje en solitario sentí verdaderamente que era completamente independiente. Supongo que nada representa mejor la independencia que viajar tu solo por un país extranjero del que no conoces nada y dónde se habla una lengua completamente incomprensible y superando el viaje siendo una de las mejores experiencias y la que más ha cambiado tu vida.
Aprendí mucho sobre Polonia durante mi semana allí. Probé la mejor comida, conocí a las personas más agradables y vi las cosas más asombrosas y tristes. Cracovia tiene probablemente la plaza principal más increíble que haya visto jamás; Varsovia fue completamente destruida en la Segunda Guerra Mundial y tuvo que ser reconstruida literalmente de los escombros; y Auschwitz, bueno, en ella se encontraba el campo de concentración y fue muy emotivo visitarlo.
La foto de arriba muestra la iglesia principal en la plaza de Cracovia. La arquitectura allí es bastante diferente a la arquitectura en Europa occidental, un cambio favorable a la norma y muy bonito. De verdad, no me llevo nada malo de esta increíble ciudad.
Por supuesto, la imagen que todos vemos en libros, películas, documentales, etc. El Holocausto sucedió y la evidencia esta justo aquí para demostrarlo. Emotiva pero una experiencia que ha merecido mucho la pena.
Después de la guerra, el casco antiguo de Varsovia se reconstruyó completamente, por eso parece una reconstrucción. Es interesante cómo han intentado adoptar un estilo viejo en una ciudad reconstruida, aunque sinceramente prefiero verdaderas ciudades antiguas.
También visité París, porque mi novia está estudiando allí desde Enero hasta Abril del 2016 (o sea, ahora) y no solo la visité a ella si no que también visité París, ¡por primera vez!
Me impactó el hecho de que los parisinos son bastante bordes. También, en París, todo es extremadamente caro y cuando estuve allí el tiempo fue horrible. Tal vez sea solo mi experiencia, aunque cosas como la Torre Eiffel, quizás el monumento más famoso del mundo, son siempre impresionantes de ver.
Finalmente, mi último viaje fue a Irlanda, concretamente a Dublín y algunos de los Campos irlandeses. Dublín no destaca como una bella ciudad con una gran arquitectura, pero la amabilidad de la gente y el ambiente tan guay en las calles hacen que merezca la pena visitar la ciudad. Y por supuesto, visitar los Acantilados de Moher fue sencillamente alucinante.
De hecho, la escena de Harry Potter en los acantilados, en la sexta película/libro, ¡se grabó allí!
Madrid: mi amor
Una ciudad que no he mencionado en todo esto: Madrid. Me he enamorado profundamente de esta ciudad, hasta el punto de que no me quiero ir y una vez que me vaya, que, de nuevo, es inevitable, voy a querer volver. ¿Quizás debería empezar a buscar un trabajo relacionado con los viajes aquí?
No existen palabras para describir la belleza de esta ciudad. Bueno, voy a intentarlo y ya me diréis si he capturado su esencia.
Como destino turístico, Madrid es menos popular que Barcelona, pero tiene un gran número de encantos. El parque del Retiro es uno de ellos y Madrid cuenta con otras atracciones turísticas, tales como El Palacio Real, El Palacio de Cibeles y la Puerta de Alcalá. Pero más allá de estas bonitas muestras de arquitectura, Madrid es una ciudad con ambiente. Es esa ciudad a la que vas una vez, absorbes el ambiente, la atmósfera, la cultura, y si, la belleza y nunca te quieres ir.
Antes de nada, la gente aquí es encantadora. A diferencia de París, donde me menospreciaron por mi francés (ya que tengo acento canadiense), en Madrid nadie te critica o te juzga por de dónde vienes. Los precios de la comida son bastante bajos y aquí la fruta y verdura es muy fresca, muy barata y muy deliciosa. Tanto que no creo que sea capaz de volver a las naranjas importadas que comemos en Canadá.
El ambiente es genial. Siempre hay gente en la calle, en bares y restaurantes, simplemente disfrutando de la vida. ¿Y no es de eso de lo que se trata? ¿Disfrutar de la vida? En Canadá es todo trabajar y trabajar y si no tienes una prácticas bien pagadas en la universidad (algo que yo no tengo) no eres nadie.
Para mi, Madrid fue la ciudad a la que vine de Erasmus. Ahora, y lo digo de todo corazón, es mi casa. He logrado más cosas aquí en seis meses que en Canadá en 21 años. He forjado grandes amistades y he disfrutado de la vida mucho más de lo que he disfrutado en casa.
¿Se debe al estilo de vida? Quizás. Mi estilo de vida es completamente diferente desde que vivo en el centro de la ciudad y con compañeros de piso y no en los suburbios con mi familia. Pero las cosas son diferentes aquí. La gente es diferente. La sensación general es diferente. Es mi hogar.
¿Qué he logrado?
Haré una lista, una muy simple y quizá demuestre lo mucho que he crecido.
- He hecho amigos desde cero
- Me mudé a mitad de año a un nuevo apartamento, mejor ubicado, todo por mi cuenta
- Pasé de tener cero habilidades de cocina a hacer comidas complejas
- He viajado a todos los lugares antes mencionados y me orienté por todos ellos perfectamente
- He aprendido a disfrutar de la belleza pura de mi entorno
- He aprendido a disfrutar de la vida
Estas lecciones de vida no se enseñan en la universidad, se enseñan en el mundo real, mientras se viven experiencias reales y esa es la magia del tiempo en el extranjero.
Lecciones de vida. ¿Qué he aprendido?
Por último, me gustaría hablar sobre mis lecciones de vida, acerca de cómo he cambiado como persona gracias a este intercambio.
En primer lugar, como he mencionado, he aprendido a amar la vida. A disfrutar de los momentos de tu vida, estando exactamente donde quieres estar, exactamente con quién quieres estar. Hay que apreciar estos momentos. Tómate un minuto (o varios) para hacer una pausa y apreciarlos. Hace poco tuve un momento como estos, cuando estaba corriendo en el parque del Retiro de Madrid por la noche y me detuve a admirar la enorme estatua con vistas al lago (la foto de arriba). Por la noche, iluminado sólo por las estrellas, fue sencillamente un momento cautivador.
En segundo lugar, he aprendido que soy responsable de mi propia felicidad. Todavía estoy luchando con este, pero para poner un ejemplo, cuando vuelva a casa, esperaré a que personas que conozco me inviten a los planes, a las fiestas, a los eventos. Aquí, rodeado de personas que conozco por menos tiempo, viviendo en un ambiente donde conozco a gente nueva diariamente, tengo que ser el catalizador de algunos planes, no importa lo incómodo que eso me haga sentir. Si me quedo en casa todo el día y no hago ningún esfuerzo para hablar con nadie, entonces sufriré, mientras que si intento hacer planes con amigos, me encontraré mejor rodeado.
En tercer lugar, he aprendido que pasar tiempo solo es bueno. Viajé a Cracovia solo y ha sido uno de los mejores viajes de mi vida. También creo que haré algún viaje en solitario este verano y tengo muchas ganas. Viajar solo te da la libertad de crear tus propios itinerarios, hacer lo que quieras hacer, ir donde quieras ir y conocer gente nueva e interesante a lo largo del camino. Además, en Madrid también he pasado tiempo solo, visitando joyas ocultas por toda la ciudad (como la Casa de Campo o el Madrid Rio), saliendo a correr en esas bonitas y despejadas noches o simplemente dando un paseo solo, para estar a solas con mis pensamientos. Este tiempo es clave en la construcción del carácter y es un descanso gratificante de los días ajetreados del colegio, de relacionarse y de cocinar/limpiar, etc.
Por último, algo que aprendí, y esto será más sencillo, he aprendido mucho sobre todos los lugares que he visitado. ¿Sabías que la ciudad de Dublín fue fundada por los vikingos? ¿Sabías que los polacos crearon un Ejército de Resistencia en la Segunda Guerra Mundial para tratar de derrotar a los alemanes, pero que eso enfadó a los alemanes que a su vez bombardearon Varsovia? ¿Sabías que mucha gente en Portugal habla francés y no inglés o español como segunda lengua porque muchos de ellos en realidad fueron a Francia a trabajar? ¿Sabías que España fue uno de los primeros países en renunciar a la Iglesia Católica, pero que cuando Franco asumió el poder, volvió a imponer la religión católica a sus gentes? Las cosas que aprendes de todos los que te rodean solo te hacen ser una persona más equilibrada, capaz de mantener una conversación interesante, capaz de relacionarse con más gente y esta educación cultural que he recibido es algo que nunca se podrá encontrar en otra parte.
En esta nota, estoy seguro de que publicaré más acerca de mis experiencias en el extranjero y hablaré más a fondo de algunas ciudades que he visitado.
Gracias por leerlo,
Daniel Iannarone
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Comentarios (1 comentarios)
Paat GC hace 7 años
¿Como intercalas las fotos en medio del texto? Gracias