Lyon La perla oculta de Francia
Hace dos años, cuando tuve mi primera experiencia en Francia pasando un semestre en Lille, ya sabía lo que me había sucedido. El estilo de vida francés, el "savoir vivre", me había cautivado y no me soltó ni siquiera cuando tuve que regresar a Viena para terminar mis estudios. Por fortuna, pronto estuve de vuelta en Francia, más específicamente en Lyon.
El nombre de Lyon me resultaba familiar, pero que no terminaba de asociarlo a nada, a ninguna imagen, no como en el caso de París, Marsella o Burdeos. Después de todo no había sido yo quien había elegido mi nueva vida en Francia, sino que más bien me había sido asignada (quizá por el destino). Solo quedaba por ver si Lyon era una perla desconocida o solo una ciudad moderadamente atractiva en el corazón del país y, por consiguiente, menos frecuentada.
Pronto Lyon resultaría ser más que solo una especie de "París relajada y abarcable", sino que, debido a su situación en el corazón de Europa, también un crisol de culturas muy atractivo para estudiantes y expatriados de todo el mundo.
Mejor comencemos por el principio del viaje, en septiembre del año pasado. Como con tantos otros viajeros, el primer encuentro con Lyon se dio en la estación de Part Dieu. Ahora bien, esta estación no es impresionante precisamente por su arquitectura refinada. Una vez se la ha dejado atrás y sus obras interminables, empezamos a respirar con alivio a medida que nos adentramos en la parte más bonita de Lyon. El primer vistazo que tenemos del Ródano, uno de los dos ríos que dan vida a Lyon, ya nos da una idea del carácter de la ciudad.
La Presqu’île
Cruzando el río por uno de sus muchos puentes, nos encontramos con el Presquîle que alberga el Museo de arte, la Ópera, el teatro e innumerables boutiques francesas de lujo. Este es un lugar donde la gente sale de fiesta, come y hace compras. También representa, con sus galerías y museos, el centro intelectual de Lyon. Desde el sur de la península, todo está más o menos a nuestra disposición: desde el moderno distrito del puerto que confluye con el espectacular y futurista museo de historia natural hasta las exposiciones únicas en el museo de telas y el hermoso e histórico "Musée des Beaux Arts" en la Place des Terreaux.
En caso de que, después de un buen tour por numerosos museos y boutiques, le entren a uno ganas de un refrigerio en un ambiente agradable, el relajado Broc' Bar nos invitará a quedarnos un rato.
Croix-Rousse
Quien vaya más al norte de la plaza principal, encontrará una Lyon completamente diferente. Quizá llegue a Croix-Rousse, el distrito hippie, que, entre otras cosas, destaca por su gastronomía. Aquí encontrarás ropa alternativa, artículos y alimentos de todo el mundo y, claro está, muchos restaurantes —y no pocos de ellos con estrellas Michelin. Tanto como si uno quiere degustar la clásica comida francesa o la "haute cuisine", lo podremos hacer en "Le Balthaz' Art", un pequeño e íntimo restaurante a dos pasos de la estación de metro Croix Rousse.
Para todos aquellos que quieran captar mejor el encanto del distrito, les recomiendo subir por las escaleras Montée de la Grande Côte. En general se considera a Lyon como una ciudad para ciclistas y peatones, ya que, debido a su abarcable tamaño, los automóviles no son indispensables para moverse. Sin embargo hay una eficiente red de transporte público maravillosamente desarrollada que hace mucho más ligero ir del punto A al punto B.
Mercados
Para quien quiera pasarse un rato por el distrito Croix-Rousse, el mercado semanal en el Boulevard de la Croix Rousse es una absoluta obligación, donde va a poder conseguir grandes ofertas de verduras, frutas, queso y pescado; cabe decir que a precios muy razonables.
Sin embargo, los domingos siempre hay un tipo especial de mercado: "Marché Alimentaire Quai Saint Antoine". Este mercado está idealmente ubicado entre Bellecour y Vieux Lyon. Ya desde primera hora se pueden comer un montón de ostras aquí. Además, ya que las principales ofertas de queso que hay en el mercado —y en general en toda Francia— probablemente no se pueden comparar con la de otros países, hay que hacer cola para llegar a los mejores proveedores de queso. Quien tenga planeado pasarse por Francia, debe convertirse inevitablemente en un amante de quesos.
Si quieres hacer un pícnic cerca del río, este mercado está muy cerca y es ideal para comprar especialidades. Y no tienen por qué ser forzosamente especialidades de origen francés. Por ejemplo, al principio del mercado hay un foodtruck de comida libanesa decorando la entrada que prepara, probablemente, el mejor y más fresco sándwich de falafel.
Vieux Lyon
Más tarde, tras un breve paseo por los puentes peatonales, te encontrarás con el casco antiguo o "Vieux Lyon", la parte romántica y de ensueño de la ciudad.
Aquí tienes que elegir entre las innumerables pâtisseries y boulangeries. Y si aún estás pensando en comida, puedes encontrar las tradicionales "bouchons" que ofrecen las especialidades de Lyon. En cualquier caso habría que tener cuidado con ellas, pues no estaríamos hablando de comida ligera. Por lo demás, lo mejor es pasear, observar y disfrutar de la encantadora arquitectura de Lyon.
Una vez dejada atrás la parte más visitada de Lyon (sobre todo los domingos), podremos descubrir los rincones y callejones más remotos que inevitablemente nos llevarán hasta el distrito de Saint Just. Este distrito está situado en una montaña y es hogar de la legendaria Basilique Fourvière y del anfiteatro romano. Sin embargo, si sigues avanzando, podrás llegar hasta una pequeña zona verde, demasiado pequeña para ser llamada parque: se trata del oculto "Jardin des Curiosités" desde donde se puede disfrutar —a ser posible equipado con una buena tarta— de una maravillosa vista.
Alejado de los senderos de los turistas
¿Te apetece probar algo más allá de la comida francesa? Si te apetece probar algo como, por ejemplo, especialidades vietnamitas, dulces y postres marroquíes, curri indio, etc., entonces hay que volver sobre nuestros pasos hasta el otro lado de la ciudad, donde empezaremos la aventura. El distrito Guillotière cuenta con una comunidad animada y multicultural, y por consiguiente ofrece especialidades de todo el mundo. En particular en el mes de Ramadán, una parte del distrito se transforma en un gigantesco y bullicioso mercado, donde las carreteras están muy concurridas. Durante todo el día se preparan y venden, a precios inmejorables, especialidades del mundo árabe y de la India. Aquel mercado (maravilloso ejemplo de diversidad y tolerancia) fue el punto culmen de mi primera primavera en Lyon.
Si el ambiente bullicioso de la ciudad te resulta demasiado, podemos pasar un día completo en el Parc de la Tête d'Or, un oasis de serenidad y tranquilidad. Aquí nos podemos relajar mientras hacemos un pícnic, vemos en el zoo totalmente gratis a los monos o simplemente flotamos un rato sobre un bote en el lago.
Galería de fotos
Contenido disponible en otros idiomas
- Deutsch: Lyon - die unentdeckte Perle Frankreichs
- English: Lyon - the hidden jewel of France
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