24/11/2012: Croix-Rousse y Lyon a pie y en bicicleta

Lyon y Croix-Rousse a pie y en bici :

Sábado 24 de noviembre 2012

Ayer por la noche, mi amigo y yo nos pasamos todo el día dando vueltas por Lyon y paseándonos por las calles, teniendo en cuenta todo el ejercicio que hicimos, no estábamos para nada cansados, pero hoy le he dicho a mi amigo que quedaríamos en Confluence un poco más tarde para poder quedarme unos minutos más en la cama. ¡Creo que me lo merezco!

El plan de hoy consistía en ir a ver la ciudad de Lyon y pasearnos por algunos barrios que no conocíamos aún, como el de Croix-Rousse. Empezamos por Vieux Lyon, donde vimos todas las tiendas y restaurantes que había justo antes de subirnos al funicular para subir la colina de Fourvière, donde se encuentra la Basílica de Notre Dame. Después bajamos un poco por la colina para poder ver las ruinas del anfiteatro romano de Minimes. Lo normal es ir a Minimes antes de ir a la Basílica. ¡pero es más fácil bajar la colina en lugar de subirla!

No tuvimos que esperar mucho a que llegara el funicular de Fourvière, pero el andén estaba lleno de gente esperando y la cabina era bastante pequeña, pero aún así todo el mundo intentó entrar. ¡Parecíamos sardinas en lata! El funicular se quedó esperando en Vieux Lyon unos minutos más y la gente intentaba escurrirse entre los demás para poder encontrar algo de espacio. Hubo gente que se dio cuenta de que había demasiadas personas, pero lo que me preocupaba a mi era el peso que podía soportar el funicular, porque seguramente tendría un límite. ¡La colina daba la impresión de ser muy empinada y el funicular de ser muy pequeño y anticuado! Con todo, conseguimos subir la colina de Fourvière y al salir de la estación la gran Basílica de Notre Dame nos daba la bienvenida.

Entramos a la Basílica rápidamente antes de ir a ver la ciudad de abajo. Se ve casi toda la ciudad entera. Pese a que hubieran muchas nubes, hacía un viento horrible y hacía frío, se podía ver a lo lejos los Alpes cubiertos de nieve.

Fuente

Tras haber visto Fourvière, bajamos a las ruinas del anfiteatro romano. Me parece increíble que algo que es del año quince antes de Cristo aún a día de hoy permanezca intacto. Es una estructura magnífica y muy avanzada en su tiempo, ya que es una estructura que posee exactamente las condiciones perfectas para se pueda disfrutar tanto del sonido como de la voz. Me gusta el hecho de que las ruinas sean gratuitas, también hay un museo que las complementa pero hay que pagar un poco, pero el lugar en sí de las ruinas es completamente gratis. Hablando con mi amigo llegamos a la conclusión de que si esas ruinas estuvieran en Inglaterra, habría que pagar por entrar y el acceso sería limitado por cuestiones de seguridad, y por esto mismo la mayor parte del recinto estaría cercado para evitar accidentes por si alguna persona tropieza con alguna piedra. El museo de las ruinas romanas es un lugar que me gustaría visitar. Aún lo tengo pendiente en la lista de cosas que me gustaría hacer en Lyon. Puede que para la siguiente vez.

Nos movimos por las ruinas sin ningún cuidado y nos subimos por todas las escaleras, pero después de estar así media hora acabamos muertos. Me dolían las piernas por todo el ejercicio que habíamos hecho el día anterior.

Nos subimos en el funicular que iba de Minimes a Vieux Lyon, donde encontramos un restaurante llamado Mezzo di Pasta, es como un Subway pero de pastas. Hay más de cien restaurantes de estos en Francia. Te dan a elegir el tipo de pasta que quieras, después la salsa que le quieras hechas y después el tipo de queso que quieras echarle. Hay una opción de menú que te permite elegir entre varios tipos de pasta, e incluye bebida o postre, o las dos cosas.

Estaba tan interesada por probar la salsa de vodka que se hace a base de tomates, nata, albahaca y por supuesto alcohol fuerte, vodka, que acabé eligiéndomela. Yo tengo una receta de estas en un libro de recetas para estudiantes. Siempre tengo la intención de ponerme a preparar recetas, ¡pero cada vez que tenía vodka se me olvidaba! He de decir que estaba muy emocionada porque no había visto esto nunca antes en ningún otro sitio.

Sin embargo, me decepcionó un poco porque no pude sacarle el gustillo a vodka en la salsa, ¡así que no era tan imprescindible para la receta! Pero me alegró bastante poder comer algo caliente. Pero por otra parte la mousse de chocolate estaba deliciosa, ¡es una buena elección de postre! Tras haber comido pasta en aquel sitio en una plaza cerca de la Sagone, estaba llena y no podía comer más, ¡me entró el hipo!

Teníamos en mente ir a Croix-Rousse, un barrio que está sobre una colina entre los ríos Saona y Ródano. Habíamos pensado en salir a pasear pero como acabábamos de comer y estábamos cansados de toda la mañana, creímos que todo lo que habíamos hecho hoy era ya toda una proeza y que mejor sería que nos cogiéramos la línea C del metro de Hôtel de Ville para poder descansar un poco las piernas.

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Llegamos a Croix-Rousse, estábamos un poco confusos y desorientados porque tan solo pudimos ver calles viejas. Empezamos a dar vueltas hasta dar con una tienda conocida de chocolate a la que mi amigo quería ir, la Bouillet Lyon-Tokyo. Era el paraíso para los amantes del chocolate. Hay hasta un grifo de chocolate y por las paredes habían cascadas de chocolate. El olor que había era muy tentador, incluso para mi, que no me gusta mucho el chocolate, ¡pese a que a menudo coma mousse de chocolate! Había muchas tonterías como pintalabios de chocolate, ¡o incluso tarjetas de crédito de chocolate! También se puede ver el sitio en el que hacen los bombones. Pese a todo eso, como era bastante caro nos fuimos con las manos vacías.

De pronto encontramos una calle principal que estaba repleta de tiendas, sin embargo como era de esperar las tiendas estaban destinadas principalmente a las necesidades de las personas mayores. Había bastante gente por ahí pero no estábamos del todo seguros de qué dirección queríamos tomar. Así que decidimos girar a la derecha y dar vueltas por las calles vacías recubiertas de grafitis. Un rato más tarde decidimos que nuestro destino sería el Parque de la Tête d'Or. Seguimos caminando un rato más y al final nos topamos con las escaleras que nos llevarían hacia donde nosotros queríamos. Por lo que bajamos las escaleras y bajamos por las cuestas de Croix-Rousse.

Por fin las calles volvían a ser llanas, fue entonces cuando vimos el Puente Winston-Churchill justo donde tenía que estar. Tan solo teníamos que cruzar el puente y ya estaríamos a las puertas del Parque de la Tête d'Or.

Me paré para poder echar una fotografía al agua azul del río Ródano, parecía que estaba muy clara. No puedo decir lo mismo del Támesis en Londres, aunque hace unos días leí en Twitter que el Támesis era uno de los ríos más limpios de los ríos que pasan por una ciudad. Pero soy consciente de que todo lo que se dice en Twitter no es válido y de que no es la fuente de información más fiable que pueda encontrar, y de hecho no me lo creía porque el año pasado en Londres me tiré mucho tiempo viendo ese líquido marrón que pasa por la ciudad. De vez en cuando se puede llegar a ver basura flotando por el agua. El Támesis no es precisamente conocido por ser "limpio". Hablando del Ródano, el agua es tan clara y tan azul como la de un río normal. El Ródano es muy bonito así que le eché una foto.

Cuando hice la foto se me acercaron dos niños que querían cincuenta céntimos para poder ir al cine. Tenía una moneda de un euro, y como no encontré ninguna excusa para decirles que no, se lo di. No suelo darle dinero a la gente porque si tuviera que darle dinero a todos los sin techo que me pidan, perdería un montón de dinero con la de pobreza que hay en Lyon. Es algo bastante nuevo para mi. Una vez que iba a la universidad para jugar un partido de fútbol, estaba en el tranvía y una chica joven se subió y le pidió a todos los pasajeros dinero. Pero ya nos han dicho más de una vez que tengamos cuidado porque algunos puede que utilicen ese dinero para drogas o para alcohol.

Una vez ya en el parque decidimos que sería una buena idea alquilar una bicicleta Vélo'V para dar vueltas por allí como el viernes. Estaba ya acostumbrado al sistema de las bicis, así que conseguí una sin ningún problema. Mi amigo no podía decir lo mismo, la primera que cogió no tenía marchas en el manillar y la segunda tenía la cadena rota, pero después de todo consiguió una bici. Decidimos cogerlas desde otro sitio porque así estábamos a media hora del zoo y del metro de Masséna, y durante ese tiempo las bicicletas salen gratis.

La mayor parte de la media hora que tenía la desperdicié esperando a mi amigo. Así que le eché morro y devolví la bici y a los segundos la volví a coger. ¡Se puede hacer! En Londres se instaló un sistema como el de las Vélo'V que se llama Barclays Cycle Hire (pero la gente lo conoce como Boris Bikes, porque lo instaló el alcalde de Londres Boris Johnson. El sistema intenta evitar que la gente devuelva la bicicleta y la saque segundos más tarde haciendote esperar cinco minutos entre que la devuelves y la puedas volver a sacar, ¿pero cinco minutos? ¡Eso no es nada!

Hoy había mucha gente y muchas familias en la calle así que teníamos que ir con cuidado, establecimos un camino entre toda esa gente y entre los niños para intentar llegar a la entrada en media hora. El desafío fue demasiado fácil, aún nos sobraron unos minutos antes de que acabara el periodo gratuito. Después de eso fuimos a Masséna para ir en metro hasta Perrache, donde cogeríamos el tranvía T1 hasta Confluence.

Quedamos en que ya iba siendo hora de volver al hotel y descansar un poco en la habitación de mi amigo. Sin embargo, cuando llegamos a Perrache había muchísima gente esperando el tranvía, que llegaba en diez minutos. Estaba claro que el viaje en tranvía iba a ser incomodísimo, así que nos dimos cuenta de que sería mejor coger una bici y hacer lo mismo que hicimos ayer: dar vueltas por Confluence en bici.

No tuve problemas a la hora de coger una bici, como antes, pero mi amigo Matt tuvo algún que otro problema. Luego continuamos con el trayecto pero al poco rato me di cuenta de que mi rueda estaba pinchada, así que tuve que cambiar la bicicleta. Por suerte aún no nos habíamos alejado mucho de la estación de bicicletas. Ya no estaba tan nerviosa, ayer si porque era la primera vez que montaba en bici por la carretera, pero hoy estaba un poco más nublado. Trece minutos más tarde llegamos a Confluence, y acto seguido ya estábamos en la cómoda habitación de mi amigo viendo la televisión y la BBC.

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Para cenar decidimos ir al centro comercial de Confluence y comer en el restaurante GoMex, es como un Subway pero de comida mexicana. Tienen muchas opciones para rellenar los tacos o los burritos como arroz o lechuga, carne o verduras y los diferentes tipos de salsa. La verdad es que llena mucho, no es que la calidad de alimentación sea la mejor del mundo pero al menos es barato.

Aún teníamos toda la tarde por delante y era la última noche que me quedaba en Lyon con mi amigo, así que nos fuimos a Bellecour y Vieux Lyon en busca de un pub inglés o irlandés para pasar la noche tomando algo.

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Ya había ido antes al Smoking Dog y fue por el primero que pasamos. Estaba llenísimo de gente y estaba claro que no habría sitio, así que seguimos hacia la catedral de San Juan en busca de más pubes irlandeses que hay por ahí cerca de la catedral. Uno estaba hasta arriba de gente y se veía que estaría difícil hasta respirar de lo lleno que estaba. En el otro por suerte teníamos sitio para sentarnos por lo que nos quedamos ya allí toda la noche. Por desgracia, las bebidas eran algo caras (sería por eso que había sitio). Me gustaba el ambiente tranquilo y agradable que se respiraba, me recordó a un sitio de Inglaterra (aunque fuera un pub irlandés) por la música y porque había una televisión marca Sky (se que es una tontería). Las bebidas eran bastante pequeñas para lo que valían. Me pedí un vodka con cola, suelo beber de esto en la universidad de Inglaterra y hacía ya cinco o seis meses que no probaba gota. Después me pedí un cóctel. Pagué seis euros por cada bebida, pero dejando de lado el tamaño, ¡iban cargadas de alcohol! Una o dos horas después nos fuimos a Bellecour y cogí el autobús a la residencia. ¡Me faltó nada para perder el bus! La vuelta a casa me sentó genial porque había sido un día muy largo y agotador.


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