17/11/12: Un sábado normal con salidas por Lyon

Un sábado normal con salidas por Lyon

Sábado 17 de noviembre de 2012

Ayer por la tarde, cometí el error de ver un programa de televisión inglés, algo que no me suele gustar, porque es de telerrealidad. El programa se llama Made in Chelsea, cuenta la vida de gente rica en el barrio de Chelsea, un barrio rico de Londres. El año pasado pasé mucho tiempo allí y en otros barrios que muestra el programa, como Fulham. Me recuerda a mi vida en Londres, la cual echo mucho de menos. Allí lo tengo todo, mi trabajo, mis amigos, mi pareja y mi familia. Aquí no es lo mismo. Estoy deseando que llegue Navidad para volver a mi casa y a mi ciudad y ver al hombre al que quiero.

Pasé la noche charlando con una amiga de Roehampton que vive en el mismo edificio que yo. Pudo entender lo que siento sobre el Erasmus. Tanto a ella como a mí, no nos gustó mucho la idea de pasar el sábado solas en nuestras habitaciones, por lo que decidimos salir por la ciudad e investigar sobre qué cosas podíamos hacer en Lyon, como visitar museos.

Decidimos ir al Museo de Bellas Artes, aunque ya fui hace algunas semanas, me encantan los museos y estaba más que contenta de volver a ir otra vez y sobre todo con otra persona, ya que no siempre es agradable hacerlo todo sola. Me divirtió estar con alguien que comparte los mismos gustos y pasiones por el arte que yo, por lo que para mí, fue muy interesante escuchar otras opiniones sobre el arte, sobre todo, el arte moderno que puede ser bastante polémico algunas veces, como la cama de Tracy Emin, que para mi amiga es otra forma de autorretrato.

Dando un paseo por el museo por segunda vez, me di cuenta de que la última vez, me faltó una sección entera, que incluye muchas pinturas del siglo XVI y del siglo XVII. Algunos cuadros eran enormes y estoy segura de que la pintora pasa mucho tiempo creando cuadros de este tipo para transmitir todos los detalles y emociones. Los artistas tuvieron una imaginación increíble para realizar escenas complejas. Estas escenas a veces eran chocantes, terroríficas y dramáticas y los cuadros a menudo representaban temas de la Biblia, como David y Goliat. No me pude creer que me faltara esta gran sección, así que me alegró volver porque hay muchas partes del museo que están un poco escondidas. Encontramos una sección que está dedicada a cuadros de Lyon.

Con el paso del tiempo, nos empezó a dar hambre y decidimos buscar algún sitio para comer, algún restaurante cerca del museo. Leímos los menús de los pequeños restaurantes en la Plaza de Terreaux, pero nos parecieron muy caros y tampoco nos gustaba la idea de comer en un Subway, porque después de todo estamos en Lyon, la llamada: "Capital del mundo de la gastronomía".

Nuestra búsqueda se detuvo durante unos instantes, ya que nos encontramos con la Ópera de Lyon. En el Museo de Bellas Artes, debatimos sobre la idea de ir a la ópera porque era algo que queríamos hacer, y hace algunas semanas, compré un ‘bono para jóvenes’ con el que tengo acceso a casi todos los sitios y solo tengo que pagar diez euros. Leímos el programa y nos interesó Les Puritains, para el dieciocho de noviembre, pero no había sitio, por lo que optamos por ‘Le Messie’ de Handel. Soy músico, toco el piano desde hace catorce años y me encanta la música, pero no estoy muy familiarizada con la música de Handel, por eso me emocioné bastante, es algo que nunca antes había hecho.

Continuamos por la calle Rue de la République, volviendo a buscar una calle que nos llevara hasta restaurantes. Las calles estaban muy animadas, había cierto alboroto y a lo lejos había una banda de música que tocaba en un tono menor, pero antes de encontrar de dónde procedía la música, encontramos la calle que necesitábamos. La calle era como las calles del Vieux Lyon. Había muchos restaurantes y mucha más luz y espacio para los peatones. Leímos algunos menús buscando un sitio que no fuera muy caro. Uno de los menús era electrónico y algo complicado de utilizar. Mejor algo más simple. Nos gustó un restaurante que se llama Eden Rock, que es como un pub. El restaurante ofrece comida como hamburguesas y fajitas. Cuando entramos al restaurante nos dimos cuenta de que estaba cerrado por la tarde y solo se podía beber algo.

Dimos con una salvación, otro restaurante de comida italiana y pasta. Pero, cuando entramos al restaurante, nos dimos cuenta de que el restaurante estaba cerrado. Nos pareció algo extraño, ya que era sábado y había mucha gente en la calle. Propuse atravesar el puente e ir hacia Vieux Lyon, allí siempre hay algo. No pasó mucho tiempo hasta que encontramos un restaurante abierto y a buen precio. En aquel momento estábamos hambrientas.

El restaurante hacía un descuento del treinta por ciento entre las tres y las cinco, estaba muy bien, aunque los precios eran ya bastante razonables. La comida era la típica lionesa, a mi no me gustaba del todo, porque no como ciertos tipos de carne como la ternera y el cerdo, por lo que suelo tener problemas a la hora de comer en un restaurante en Francia. Desgraciadamente, los habitantes de Lyon consumen demasiada carne, así que por lo general no tengo muchas opciones. La última vez, comí tripas y me prometí no volver a comerlas, no me gustan las texturas chiclosas. Afortunadamente, este restaurante tenía un menú para vegetarianos. Aunque le di vuletas a la idea de las quenelles y el precio del menú lionés era más barato, decidí no arriesgar y tomé sopa de verduras, tallarines con champiñones y la mousse de chocolate. Los tallarines me parecieron algo secos pero el postre estaba delicioso. Normalmente no como mucho chocolate, pero con la mousse de chocolate no tenía dudas. Era como estar en el paraíso, sobre todo en comparación con la mousse de chocolate de Carrefour Discount, ¡donde la compro por diecisiete céntimos! Finalmente, tres platos y una bebida costaron menos de veinte euros.

Me alegraba haber podido comer sin problemas porque durante las últimas semanas, solo hacía una comida al día. Durante algunos días no he comido nada y he tenido algunos problemas, ya que he perdido mucho peso.

Estaba algo oscuro cuando volvíamos a la residencia. Las calles del Vieux Lyon, como siempre, estaban animadas y había muchas personas que estaban esperando el funicular en Saint Juste. Me gustó volver a sitios en los que ya había estado, como el museo, y también descubrir nuevas calles de Lyon. Me gustó tener compañía porque es imposible pasar todo el año solo en el extranjero. Espero impaciente ir a la ópera.

Desgraciadamente, no saqué fotos, aunque llevaba mi cámara de fotos, pilas de repuesto y le puse cinta a la parte de abajo de la cámara para que las pilas no se pudieran salir. Sin embargo, olvidé la tarjeta de memoria y ¡no es nada práctico comprar una nueva tarjeta cada vez que salgo de mi habitación! ¡Necesito orden en mi vida!

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