Excursión a Dinant y a Luxemburgo. Parte II: Luxemburgo 2 (Parte Baja)

Tras haberos hablado sobre la parte alta de Luxemburgo, toca hablaros sobre la parte baja, que a pesar de su proximidad con la anterior parte, esta se encuentra, como su nombre indica, a una altura más baja, y eso es lo que crea la distancia entre una y la otra. Se trata de una zona muy diferente a la parte alta, ya que en la parte baja se ven paisajes muy bonitos, muy verdes, y a pesar de que tenga menos puntos de interés que la parte alta de la ciudad, es una parte con mucho encanto. Está compuesto por los barrios en los que en su día vivían los artesanos y las tropas de la ciudad.

Qué ver en la parte baja de Luxemburgo

Es muy guay que haya diferentes caminos para ir desde la Parte Alta a la baja, y así poder apreciar diferentes vistas de la ciudad. Hay dos ascensores para bajar, uno de los cuales es de cristal, así que se pueden apreciar unas vistas geniales. En la parte de arriba nos llevó a la Citte Judiciale, una plaza llena de edificios constitucionales, donde se coge el ascensor que cogimos.

En esta parte de la ciudad, se encuentra el Barrio de Grund, que hace parecer de esta ciudad un pequeño pueblo, bastante tranquilo y bonito, aunque la guía nos dijo que por las noches suele haber mucho ambiente debido al gran número de cafeterías,bares y restaurantes que alberga. Se encuentra pegado al Río Alzette, lo que le da unos aires de cuento, en definitiva, es un enclave precioso. Nosotros, para llegar hasta aquí, bajamos por unas escaleras pegadas al Río, y no nos pudo gustar más la experiencia.  

En este camino nos encontramos la estatua de la Sirena Muselina, una sirena de color morado, mirando al Río. La guía nos contó la historia de esta sirena, una mujer que se casó con un conde de Luxemburgo, y que los sábados se convertía en sirena, y tenía un pacto con el duque de que los sábados la dejara tranquila, pero este un día no pudo más con la curiosidad, y la vío bañándose un sábado, convertida en sirena, y ella decidió tirarse al río y desaparecer.

Desde aquí, ya podíamos apreciar las fachadas de diversos lugares de interés de este barrio, como la Abadía de Neumünster, una antigua abadía benedictina, que actualmente funciona como centro de exposiciones. Es interesante su historia, y ver como ha sido reconstruida en distintas ocasiones, llegando a ser hasta una cárcel en la época de Napoleón y la Revolución francesa.

En Grund, se encuentra la Iglesia de San Jean du Grund, una pequeña pero agradable iglesia a la que podéis acceder siempre y cuando no se esté oficiando una misa. Destaca por su alta torre, y el órgano que se encuentra en su interior.

Para los que tengáis tiempo y estéis interesados, tenéis que saber que en este barrio se encuentra el Museo Nacional de Historia Natural de Luxemburgo.

Podemos apreciar también un pequeño puente (o pasarela) llamado Stierchen, y los restos del Muro Wenzel, que forma parte de lo que era la antigua muralla que rodeaba toda la ciudad.

Lo más conocido de esta zona son las Casamatas du Block, construidas dentro de una piedra, sobre la cual se levantaba un castillo. Se trata de diferentes salas que servían como refugio a las tropas militares y al material defensivo. Se empezaron a construir a mediados del siglo XVII, y actualmente constituyen una de las principales atracciones turísticas de Luxemburgo, puesto que se trata de las casamatas más largas del mundo. Diferentes túneles conectan estas salas, y se puede acceder, pagando una entrada que no era muy cara (no recuerdo precio exacto), pero no pudimos entrar debido a que no teníamos mucho tiempo, aunque nos quedamos con las ganas, ya que nos parece algo muy interesante.

Justo al lado, queda el Castle Bridge, un puente que data en el siglo XVIII y está construido en piedra de color rojizo. Conectaba la parte alta de la ciudad con las Casamatas.

También componen la parte baja de la ciudad los barrios de Pfaffenthal y Clausen, que aunque tienen menos que ver que en el anterior barrio, también tienen el encanto con el que este cuenta, y así podéis seguir paseando por este lugar tan maravilloso.

En definitiva, creo que Luxemburgo es una ciudad bastante desconocida para casi todo el mundo, es poca la información que encontramos de ella, pero me parece un lugar precioso, con mucha historia, y que sin duda merece la pena visitar para aprender un poco más de la ciudad. Lo mejor, por supuesto, es hacerlo con un guía que te cuente todo, aunque también podéis pedir información en la oficina de correos. Nosotros no tuvimos tiempo de verlo todo en la ciudad, ya que se trataba de una excursión a dos ciudades, pero igualmente pienso que es una ciudad a la que en dos días se puede ver todo, dedicando uno a la parte alta de la ciudad, y otro a la parte baja de la ciudad (pasear tranquilamente, ver las Casamatas, etc.).

Espero que os haya gustado el post, ¡y nos vemos en el siguiente!

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