Vuelo Londres-Nueva York
Me encuentro sentado en el avión que me llevará a NY, es muy grande y largo, con asientos en medio y los dos laterales, nunca me había imaginado que estos aviones eran tan grandes por dentro. A mí me toco en el tramo situado en medio del avión, mas bien pegado al pasillo de la derecha, de los dos pasillo que tienen estos aviones. Tenía una pantalla con un menú principal delante mía, pegada a la espalda del asiento delantero, todos teníamos una. Recuerdo que una de las películas que se podía ver era Casino Royale, de 007, que por cierto, la recomiendo porque es una de las mejores películas de Daniel Craig, el nuevo y actual 007.
Me puse cómodo, me relaje y el avión despegó. Una vez asentados en el aire, apagaron las luces para que la gente pudiera dormir, es lógico, en un viaje tan largo a todo el mundo le apetece dormir, y el que no quiere es porque no puede el pobre, como le ocurre a mucha gente, pero bueno no es mi caso. Yo cogí y me dormí profundamente unas tres horas, las tres primeras del trayecto. Al despertar, pregunté que cuanto nos quedaba, y me dijeron que podría mirarlo en la pantalla donde podría ver las películas. Y así hice, te pone la altitud a la que vas, la situación de la silueta del avión en el mapa, la velocidad a la que va el mismo, cuanto llevas montado en el avión y cuanto queda para llegar al destino. No tenía ni idea de esto, y la verdad es que es super útil y a veces hasta entretenido.
Me puse a ver 007, que aunque ya la había visto un par de veces, me gusta tanto que me puse a verla por tercera vez. Cuando la terminé llevaba casi seis horas en el avión, ya quedaba relativamente poco para llegar, pero aún quedaba tiempo suficiente para que me pasara lo siguiente. El que iba delante mía medía casi dos metros, prácticamente no paró de moverse durante todo el trayecto porque no encontraba postura en la que se sintiera cómodo y con razón, porque aunque sean viajes tan largos que se suponen que los aviones van a estar preparados para acoger a los viajeros, sean como sean físicamente, no es cierto, porque este hombre casi que no cabía en su parcela. Bueno, yo estaba bebiendo vino, y justo fue dejarla en mi bandeja cuando el largo pegó tal brinco hacia atrás que me volcó todo el vaso de vino en el pantalón vaquero, que encima era nuevo...pfff! No veas si me dio coraje, porque lo peor es que él no se dio ni cuenta, por lo que obviamente no pidió disculpas, pero yo estaba en ese momento en el que sientes como el líquido atraviesa la tela y gotea sobre la piel de tu muslo. Pero bueno, me limpie como pude con clinex y quedó como una de las primeras anécdotas del viaje.
A partir de aquí, con todo el percal sufrido, se me pasó el tiempo más rápido, y al principio pensé que iba a ser al revés, pero por suerte fijaros. Nos quedaban escasos minutos para llegar al JFK, cuando de repente miras por la ventana y ves la típica imagen que ves en las películas. La silueta sobre el cielo que forman los rascacielos de NY encendidos con sus luces en la noche. Como os digo, llegamos de noche.
Cuando salimos, sientes el momento en el que por primera vez pisas suelo americano, te sientes feliz y extraño a la vez, pero estás ahí y es lo que importa. El aeropuerto JFK si que es de verdad impresionante, es como una ciudad de carreteras y numerosas direcciones, en serio, es increíblemente grande. No os hacéis una idea hasta que estáis allí y tenéis que desplazaros por el mismo a través de un tren que os cambian de terminales. Brutal. Cogimos el tren que nos llevaba al lugar donde teníamos que recoger todas las maletas que habíamos facturado en Madrid, y que se suponen que han hecho el mismo viaje que tú, Madrid-Londres y Londres-NY.
Al llegar al lugar de recogida, vimos que nuestras maletas aún no habían llegado y lo que toca es estar pendiente de que salga la tuya, la esperas con ansias, y sin duda alguna la tienes tanto en mente que la reconocerás enseguida e irás a por ella como un auténtico león de la selva. Pues sí, llegaron todas nuestras maletas y fuimos a alquilar un coche. En el siguiente artículo os cuento el trayecto desde el JFK a Nueva Jersey, que es donde teníamos el apartamento. Un saludo!
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Comentarios (2 comentarios)
Jose Antonio Traves Candón hace 10 años
Me apunto la moraleja para mi próximo viaje
Nieves Airazti Ballesteros hace 10 años
jajaja me alegro que te quedes con lo bueno!