Quedando con "viejos amigos"

Quedando con mi amiga alemana - ¡Que nervios!

Al día siguiente tuve que levantarme antes que los demás días, porque una amiga de la universidad iba a venir a verme. Íbamos a quedar sobre las 11 cerca de Marble Arch, en Hyde Park. Así que me levanté, me di cuenta de qué seguía sin haber agua caliente (¡qué sorpresa! ), y me tuve que duchar con agua más que helada. Después de aquello la cabeza me seguía doliendo, pero conseguí despertarme. Desayuné algunos dulces y una manzana (¡vivir en Londres estaba haciéndome engordar! ), y salí de casa.

Cuando iba de camino a la estación de tren, me dediqué a estudiar el mapa del metro para descubrir como podía llegar hasta Marble Arch. Yo nunca había estado en Hyde Park pero sabía donde estaba, así que no fue tan complicado encontrar la parada correcta (de todas maneras se llama Marble Arch), así que pasé el resto del tiempo mirando por la ventana y escribiéndole a mi amiga; me dijo que llegarían tarde por un retraso, pero para mí, que ya estaba en el tren, era demasiado tarde. Así que comí algo más para desayunar, ya que la manzana y los dulces no habían sido suficiente.

Después de mi "maratón de metro" diaria, finalmente llegué a Marble Arch; y como era de esperar, llegué muy pronto. Fui al supermercado que estaba justo al lado de la estación de autobuses y me compré un café y algo de la pastelería. En la estación de metro me dieron un yogur gratis para probarlo; tenía una pinta buenísima y era el regalo perfecto para aquella mañana. Hacía buen tiempo, el sol brillaba, así que me senté en un banco al lado de Marble Arch y me puse a desayunar. Estaba de muy buen humor, tenía muchas ganas de ver a mi amiga después de casi 5 meses y de intercambiar las experiencias que hemos tenido.

Tuve que esperar una hora más, y la pasé mirando a la gente, escuchando la música del músico que estaba a mi lado y disfrutando de los rayos del sol. Entonces pude verla viniendo hacia mí y nos abrazamos. Decidimos caminar por Hyde Park para charlar un rato y disfrutar del día; ella había estado hora y media sentada en un autobús. Paseamos y yo me quedé alucinada con la belleza de aquel parque, mientras seguíamos hablando de casi todo. Sus estudios, mis estudios, nuestros problemas, los nuevos amigos, y de lo que queríamos hacer aquel día en Londres mientras ella estaba aquí.

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Hyde Park y Oxford Street - un día perfecto en Londres

Llegamos al Palacio de Kensington, la casa del príncipe Carlos y la princesa Carlota. Como a mi amiga le volvía loca la familia real, sabía todo, y quiso visitar todos los lugares importantes, aún habiéndolos visitado ya. La siguiente parada fue la fuente en memoria de Diana, a unos pocos minutos del Palacio de Kensington. Había una fuente muy bonita en la que me habría gustado meter los pies; aquel día hacía mucho calor. Pero nos sentamos un ratito y nos relajamos. Después decidimos volver y buscar un supermercado o algo para comer porque ambas estábamos hambrientas, pero íbamos a ir a un restaurante esa noche, así que no quisimos gastar mucho dinero en comida.

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Fuimos al mismo supermercado, donde yo compré el desayuno aquella mañana, y compré una macedonia, pan y fideos fríos. En cuanto a comida precocinada, los supermercados en Reino Unido son bastante buenos. ¡Puedes comprar prácticamente de todo listo para comer! Me encantaban las macedonias aunque fueran bastante caras. Pero yo no tenía cocina, así que tenía que comprar fruta que estuviera lista para comer. Nos sentamos en el césped e hicimos un pequeño picnic mientras hablábamos y mirábamos a la gente. Queríamos ir a pasear por la calle Oxford, que estaba justo al comienzo de Marble Arch, y ver donde acabábamos. Como las dos habíamos visto ya las partes más importantes de Londres, y habíamos estado dos días caminando, no nos entusiasmaba demasiado ver todos los lugares interesantes de nuevo.

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Así que acabamos nuestro almuerzo y pusimos rumbo a la calle Oxford. No queríamos ir de compras (yo ya había comprado algo en la tienda Disney mientras la esperaba), así que miramos los escaparates de las tiendas y solo entramos a las que nos parecieron interesantes, para pasar el rato. Finalmente llegamos a Leicester Square, habíamos andado mucho, así que hicimos unas fotos, nos tomamos un café de Starbucks y nos relajamos. Queríamos quedar con nuestro amigo por la noche, cuando hubiéramos acabado y comido algo; ella dormiría en su habitación porque yo no podía tener huéspedes, ya que yo era la huésped y ni siquiera tenía agua caliente.

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Compañeros de estudio que quedan en The City

Así que nos sentamos y finalmente recibimos un mensaje diciendo que ya había acabado su trabajo. Acordamos un punto de encuentro y fuimos hacia él en metro, porque estaba bastante lejos, desde Leicester Square hasta The City. Llegamos y el ya estaba esperándonos, para él eran 2 minutos andando mientras que nosotras estuvimos 25 minutos en el metro. Nos saludamos, charlamos, y buscamos un restaurante que no fuese muy caro para poder cenar juntos. Encontramos una pizzería, y después de un pequeño debate decidimos que era una buena elección, así que entramos y comimos una increíble (y cara) pizza. Después fuimos a un pub que nuestro amigo conocía por ir con sus amigos, y nos tomamos una Guinness. Fue una noche muy agradable y me gustó pasar tiempo con mis amigos de la universidad de Alemania, aunque para mí era raro.

Después de un rato todos estábamos bastante cansados, yo tenía que volver en tren y no quería pasar mucho tiempo en el metro de noche. Tuve que darme otra ducha fría porque todavía no había recibido el mensaje que decía que ya había agua caliente. Así que cogí el metro de vuelta a casa, tenía miedo de casi todo el mundo, pero finalmente llegué a casa. Mi amiga se iba a quedar con el otro chico, y quedaríamos a la mañana siguiente, porque él tenía que trabajar y ella se iba a las 2 p. m. Me dí una ducha increíblemente fría y yo feliz de poder meterme en mi cómoda cama. Estaba cansadísima, y llamé al dueño del apartamento al día siguiente para preguntarle si me devolvería el dinero por una noche para buscar una habitación de hotel; ¡no podía soportar una ducha fría más!


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