Consejos de un turista en Londres
Londres es uno de esos clásicos destinos muy solicitados tanto a la hora de planificar pequeñas escapadas de fin de semana como grandes viajes. Además, es uno de esos destinos comodín en los que casi seguro tienes la certeza que no te equivocarás porque le encantan a todo el mundo. O al menos le interesa como ciudad.
En cualquier caso se trata de una de las mayores metrópolis de Europa con sus más de ocho millones de habitantes en toda la ciudad. Es por esto por lo que viajar a Londres sin un mínimo de preparación puede llegar a resultar muy caótico y abrumador. Salvo que seas un habitante de la ciudad de Nueva York, Londres te va a parecer algo enorme y llenísimo de gente por todos los lados.
Mi experiencia en Londres fue de cuatro días durante el mes de julio, es decir, en plena temporada alta, a medio camino entre medias de un viaje largo y una pequeña escapada. Esos días, además de para enamorarme de mi primer contacto con Inglaterra, me sirvieron para darme cuenta de cómo hacer turismo correctamente y para imaginarme lo que debe de ser la vida en la “City”.
He de admitir que era un viaje que tenía unas ganas tremendas de hacer desde hace muchísimo por varios motivos. Entre ellos está la música, Londres es un lugar en el que han nacido muchas de las grandes bandas y personalidades de la música popular, por lo que vayas donde vayas, practicamente, puedes encontrar referencias musicales. También la lengua inglesa es un idioma que siempre me ha interesado muchísimo por encima de los demás, así como el estilo de vida británico habalndo a nivel general.
Durante este post voy a hacer un repaso de los aspectos que a mi parecer son los más importantes a tener en cuenta para cualquier turista a la vez que intentaré aconsejar siguiendo mi experiencia como viajero. No quiero hacer un post paso por paso de todo lo que hice en Londres porque creo que Londres es una ciudad que es mejor descubrirla de forma más individual y personal. En parte debido a su gran tamaño y al número de cosas que ver y en parte también al grandísimo número de posibilidades que puede ofrecer.
Vuelo y alojamientos
Lo primero a tener en cuenta a la hora de viajar a Gran Bretaña es el vuelo. Si bien es cierto que es posible llegar hasta las islas sin necesidad de despegar, la del avión es probablemente la opción más cómoda de llegar hasta nuestro destino. Los billetes se pueden obtener por un muy buen precio dependiendo de la antelación o las fechas en las que se consigan, pero no debería de ser difícil encontrar billetes de ida y vuelta por 100 euros aproximadamente en una de las muchas compañías de bajo coste que ofrecen vuelos directos hacia el conocido aeropuerto londinense de Heathrow.
RyanAir o Vueling son dos compañías que practicamente seguro ofrecerán vuelos a Londres sea cual sea la fecha en la que estemos planeando el viaje. Pero claro, son compañías que por lo general son más incómodas que las aerolíneas más caras y por lo general ofrecen más problemas y menos cobertura en caso de que los haya.
Dependiendo del gusto del consumidor, también es posible encontrar vuelos a precio mayor con aerolíneas de mayor calidad, pero según nos atañe a los viajeros jóvenes sin demasiados ingresos esta no es una opción del todo considerable.
A la hora de buscar alojamiento, si se hace con amigos, lo mejor es buscar alguno de los muchos albergues juveniles con habitaciones compartidas que hay por toda la ciudad. Estos ofrecen una muy buena oferta, sobretodo en habitaciones con un gran número de camas a compartir. Pero la mejor opción si se viaja en pareja, como fue mi caso, es reservar una habitación de un aparta-hotel, los cuales ofrecen una habitación acondicionada con una cama, televisión y una pequeña cocina para usar libremente. Lo mejor de esta opción es la libertad y comodidad absoluta que ofrece. A pesar de no ser la opción más económica es sin duda mucho más barato que una habitación de hotel, las cuales, las de bajo precio, no ofrecen las mismas comodidades.
En mi caso, estuve alojado en una de estas habitaciones, reservada con Booking.com, y la experiencia fue perfecta. Estaba perfectamente equipada, situada en una buena zona de la ciudad (cerca de Camden Town) y con una recepción que nos dio todas las comodidades desde el principio, tanto en el método de pago como a la hora de dejar las maletas el último día para no cargarlas por la ciudad antes de ir al aeropuerto para volver a casa. Además, el edificio y el barrio en el que nos encontrábamos en concreto era un sitio precioso, para nada inseguro como ponían algunas críticas que habíamos leído sobre esa zona en concreto.
Opciones como la de reservar un piso con Wimdu no parece muy recomendable en la ciudad de Londres, ya que como pude comprobar la mayoría de pisos que se ofrecen son con habitaciones compartidas y a un precio que no llega a ser del todo rentable en comparación al que ofrecen otras ciudades europeas.
Qué ver y cómo moverse
Londres es una de las ciudades más grandes de Europa y con mayor número de cosas que ver, así como una oferta cultural muy variada. Lo primero que uno puede pensar al ver el mapa de Londres es en la abrumadora distancia que puede haber entre los diferentes monumentos de la ciudad, sin olvidarse de que al final del día hay que volver al lugar en el que uno se encuentra alojado. Puede ser agotador si no se organiza bien la planificación de qué ver cada día.
Si bien lo mejor para conocer una ciudad es hacerlo andando la mayor parte del tiempo, en Londres es algo que se puede llegar a hacer realmente imposible. Hay que tener cuidado de no infravalorar las distancias, sobre todo los madrileños que estamos acostumbrados a que todo esté “a 20 minutos andando”. Eso en Londres no pasa. Y aunque andar un rato largo no está de más, puede hacerse un suplicio dependiendo de en qué parte de la ciudad te encuentres.
Por ello, opino que la mejor forma de desplazarse por Londres es el autobús. Además de ser uno de los mayores símbolos de la ciudad, pueden hacer a su vez de autobuses turísticos si se viaja en la parte de arriba de los mismos, permitiendo contemplar rincones de la ciudad que andando sería imposible de descubrir si se está en Londres durante un tiempo limitado. La red de autobuses de Londres es muy completa y eficaz, y hoy en día con el GPS que dispone todo el mundo en su móvil es casi imposible perderse o pasarse de parada.
La otra opción para desplazarse de forma barata y eficaz es el metro, aunque lo de barata depende del tipo de billete que se compre, ya que el billete para un viaje sencillo supera los cuatro euros. En cualquier caso, conviene tener en cuenta que por 12 euros se puede adquirir un abono que te permite usar cualquier transporte público londinense dentro de la zona metropolitana durante todo el día. Tanto metro, tranvías o autobuses, todo ello está incluido dentro de este abono que yo tardé en descubrir por desgracia.
En cuanto al metro lo que más destaca es la cadencia de la que disponen las principales líneas de la ciudad, habiendo metros cada uno o dos minutos. Por dentro no parecen muy cuidados, pero para el número de habitantes que hay en la ciudad se encuentran en un estado más que aceptable.
Cómo utilizar todos estos transportes dependerá del interés de cada uno o de la actividad concreta que se ha ido a realizar a Londres. Si, por ejemplo, se está muy interesado en la oferta de museos que ofrece la ciudad de Londres, convendría dedicar un único día a ver todos ellos, ya que además de haber un gran número, son muy extensos, algunos como el British Museum básicamente inabarcables en una única visita.
Por ello los museos se deben tomar con tranquilidad, ya que a pesar de ofrecer entrada gratuita a ciudadanos de la Unión Europea, a nadie le gusta estar corriendo por un museo lleno de gente sin ver nada en concreto pero viendo todo a la vez. Si no se desea ver ningún museo en especial pero se tiene algún tipo de interés, los imprescindibles son el British Museum y la National Gallery.
Monumentos hay por prácticamente toda la ciudad, y muchos de ellos separados por una gran distancia, por lo que muchas veces conviene aprovechar y ver las cosas que se encuentran cercanas al sitio principal que deseamos visitar.
Por ejemplo, si se va a visitar el Big Ben y la bahía de Westmister, conviene dirigirse después hacia el Palacio de Buckingham pasando por el parque de Saint James para posteriormente pasar la tarde en Hyde Park si el tiempo acompaña, donde además se puede aprovechar para visitar el Royal Albert Hall, el Museo de Historia Natural de Londres y acabar el día entrando en los almacenes Harrods para comprar suvenires. Posibilidades hay muchísimas, lo único que a mi juicio habría que intentar evitar son los grandes desplazamientos, reduciendo estos únicamente cuando sean inevitables.
Paseos por el Soho y Chinatown son también altamente recomendables, zonas que se encuentran muy cercanas a grandes lugares turísticos como son la National Gallery o Picadilly Circus, una zona que ofrece un gran número de espectáculos y tiendas, como por ejemplo la juguetería más grande del mundo.
Más ideas para posibles recorridos por Londres sería la de visitar por la mañana el mercado de Camden Town para luego ir en transporte público hacia el Tower Bridge (el cual se encuentra muy lejos) para después visitar otros de los puentes famosos de la ciudad, como es el puente de Waterloo, del cual hablo en un post anterior debido a lo mucho que me gustó visitarlo. Al lado del mismo está la estación de Waterloo, también famosa, y el conocido London Eye, el cual sin ninguna duda es el mejor mirador que ofrece la ciudad de Londres. Eso sí, la entrada al mismo no es barata y dependiendo de las fechas la cola para acceder al mismo puede ser bastante larga.
Recorridos hay cientos, todo depende de la compañía con la que estés, el tiempo de estancia en la ciudad y las ganas de imaginar de uno mismo por que rincones de la ciudad le apetece a uno perderse. Las combinaciones son infinitas y dependen de todos estos factores, pero una que se me ocurrió a mí y puse en práctica durante mi visita a Londres como turista fue la de visitar los lugares que han adquirido significados simbólicos en la historia de la música pop, como por ejemplo el paso de cebra de Abbey Road dado a conocer en el famoso disco de The Beatle. De algunos de estos lugares hablé en mi post sobre el Londres musical.
Comida y condiciones meteorológicas
Es bien conocido que el tiempo en Londres es “malo”. Niebla en invierno, cielo oscuro en vernao y lluvias todo el año. En cualquier caso, salvo que se trate de un temporal especialmente desfavorable, no suele ser un impedimento para visitar la ciudad con normalidad. Durante mi visita, la cual tuvo lugar a mediados de julio, puede disfrutar de dos días con bastante sol y otros dos días de tiempo más nublado y algunas lluvias. Es importante por ello no olvidarse de llevar un paraguas de mano, ya que además de habituales las lluvias suelen ser muy intermitentes. Aunque si se olvida, en cualquier establecimiento de por la calle se puede comprar un típico paraguas londinense, tal y como hice yo.
Está claro que cuando se viaja a Londres nadie espera buen tiempo, por lo que no debería ser sorpresa la posibilidad de no ver la ciudad soleada en todos los días que dure la estancia. Si así ocurriese la mejor opción para superar esta circunstancia es la de visitar algunos de los muchos pubs de colores que hay por cada esquina de la ciudad. Lugares en los que se puede disfrutar de las comidas inglesas más típicas y probar sus características cervezas de barril. Se suele comer aceptablemente bien en estos lugares. Son una parada indispensable para cualquier turista.
Las otras opciones para comer en Londres son los establecimientos de comida rápida o restaurantes de comida de algún país. Abundan los restaurantes asiáticos, sobre todo en la zona de Soho. Son la mejor opción para comer fuera de casa.
Como última opción, y no por ello menos importante, está la de comprar uno mismo la comida en algún supermercado (los cuales cierran considerablemente pronto en comparación con los españoles). Tanto en albergues como en la habitación de apartamento en la que me alojé yo, disponen de cocina en la que poder preparar ingredientes o calentar comida rápida. Es sin lugar a dudas la opción más económica estés en la parte del mundo que estés y, a veces, la más cómoda.
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