En la cara soleada de los Alpes

Liubliana es la ciudad donde nací. No hay ninguna historia que contar a los curiosos sobre el significado de su nombre, pero sí es cierto que se parece a la palabra "ljubljena", que significa "la querida". El nombre de la capital no es la única forma que tenemos los eslovenos de demostrar que nuestro idioma es muy romántico: la palabra "love", amor, está en Eslovenia (Slovenija), y de ahí salió el famosísimo eslogan "I feel Slovenia". Otra de las particularidades de nuestro idioma es que tiene número dual, lo que permite a las parejas referirse a sí mismas de una manera más íntima.

La diversidad

Liubliana, la capital de nuestro país, cuenta con unos 290 000 habitantes, mientras que Eslovenia tiene 2 millones. Puede parecer poco, pero aunque seamos un país pequeño tenemos mucho que ofrecer. Nuestra naturaleza es muy diversa: tenemos montañas, parte de los Alpes (el monte Triglav es el símbolo de nuestra nación), el mar Adriático, todo un entramado de cuevas subterráneas (que te recomiendo visitar, sobre todo la cueva de Postoina), ríos de aguas muy claras y bosques vírgenes. Somos famosos por nuestra hospitalidad y por nuestros increíbles platos y bebidas tradicionales.

El Adviento

La mejor época del año para visitar Liubliana es diciembre. Aunque la ciudad sea pequeña, en estos últimos años se ha convertido en uno de los destinos más demandados durante el Adviento. De normal solemos pensar en los mercados de Navidad de Viena, Budapest o de Zagreb, pero los decorados de nuestra ciudad se superan cada año de tal modo que una vez poses los ojos en los adornos de luces en forma de estrella, creerás que has sido transportado a un cuento de hadas. Tomarte una copa de vino blanco o tinto especiado calentito no te costará más de 2 euros. Lo mejor es que vayas de puesto en puesto, probando vinos diferentes hasta que encuentres el que más te guste; también puedes probar algunos dulces tradicionales y otros manjares a buen precio. Liubliana suele estar bastante llena en diciembre, así que compra tus billetes y reserva con antelación para venir.

Liubliana en un día

Si vienes a Liubliana con poco tiempo, aquí tienes una lista de lugares que no te puedes perder:

1. El castillo

El castillo está en la cima de la colina del Castillo y puedes llegar por diferentes sendas. Una vez subas, hay varias cosas que hacer: tirar una moneda al pozo y pedir un deseo, visitar el Museo de Marionetas o disfrutar de los magníficos miradores. Si te gusta la parte oscura de la historia, puedes bajar a las mazmorras y dar un paseo por allí.

2. El río Ljubljanica

El río Ljubljanica es uno de los dos grandes ríos que atraviesan Liubliana (el otro es el Sava) y se le conoce con 7 nombres diferentes según en qué parte. Una vez sale de la capital, se hunde en la tierra varias veces y cada vez que sale, recibe un nombre distinto, como Trbuhovica, Obrh, Stržen, Rak, Pivka o Unica.

3. Los puentes

Puedes cruzar el río por varios puentes impresionantes. Cada uno de ellos se construyó en una época distinta y tiene su propia historia; si te interesa la historia de Liubliana, no te los puedes perder.

El primero es el puente de los Dragones (Zmajski most) –cuando lo veas, entenderás por qué se llama así. ¡Está decorado con unos dragones preciosos con los que te puedes sacar fotos! Se construyó en honor a un emperador que visitó la ciudad a principios del siglo XX.

El segundo puente tiene un nombre bastante descriptivo: no es un puente, sino tres en uno, por lo que se le llama el puente Triple (Tromostovje). Fue construido por nuestro arquitecto del siglo XX más destacado, Jožef (Joseph) Plečnik, al igual que otros monumentos de Liubliana (como nuestra Biblioteca Nacional, NUK) y algunos edificios famosos en las capitales de Austria y de la República Checa.

El tercero es también el más reciente. Se inauguró en 2010 y su diseño arquitectónico corrió a cargo del famoso escultor Jakov Brdar. Su nombre –el puente de los Carniceros (Mesarski most)– no es de lo más romántico, pero se considera uno de los sitios más románticos de la ciudad. Muchas parejas ponen candados en el puente que simbolizan su amor y devoción.

En el puente hay representadas varias imágenes (desde Adán y Eva hasta el Diablo) y recibió su nombre por un puente que había antes en el lugar del puente de los Dragones. Si lo cruzas, verás que en algunas partes caminas sobre cristal. Si tienes suerte, podrás ver a una familia de patos nadando bajo tus pies.

Una vez estés en el puente de los Carniceros y no sepas adónde ir, tienes dos opciones. La primera es dirigirte a Petkovškovo nabrežje (la orilla del río), donde encontrarás muchas cafeterías y bares. La segunda, y la que yo te recomiendo si es de día, es que cruces al otro lado para ver el mercado (Tržnica), que también construyó Jožef Plečnik.

4. Las plazas

Los edificios más bonitos y más monumentales los encontrarás en el centro de la ciudad, rodeando las plazas más famosas. Nuestra plaza principal es la plaza Prešeren (Prešernov trg). Recibe su nombre por un importante artista, France Prešeren, autor de nuestro himno nacional, llamado Zdravljica. Muy cerca se encuentran también la plaza del Congreso (Kongresni trg) y la plaza de la República, donde está el Parlamento.

5. Museos y galerías

Puedes comenzar tu ruta cultural por nuestra magnífica Galería Nacional (Narodna galerija). Abre de 10 a. m. a 6 p. m. todos los días menos los lunes, que es cuando cierra. Los jueves amplía su horario y abre hasta las 8 p. m. Cierra algunos días festivos: el 1 de enero, el 1 de mayo, el 1 de noviembre y el 25 de diciembre.

A un minuto de la Galería Nacional, está la Galería Moderna (Moderna galerija). Está situada en la entrada de un enorme parque, el parque Tivoli, donde también se encuentra el International Centre of Graphic Arts, dentro del castillo de Tivoli. Si te pasas por el centro de la ciudad, puedes ir también a la Galería Local (Mestna galerija), donde siempre hay exposiciones de los artistas del momento.

Y cuando acabes tu paseo, ¡tómate un café cerca de la orilla del río y disfruta de las vistas!