Aprendiendo forró

Para todos los que no saben bailar, y para los que se creen que sí, las clases de forró en Anjos70 son la mejor solución para liberar toda esa energía y felicidad que sientes cuando escuchas una canción, pero no tienes el valor de bailar por ser tímido o tener miedo de que te juzguen.

Aquí la gente es muy amable, todos quieren aprender, y no hay peores ni mejores, solo gente que quiere aprender a dejarse llevar por la música sin pensamientos ni prejuicios.

Mi padre me dice que bailo muy mal, pero ¿cómo no voy a serlo si cada vez que bailo delante de la gente me quedo estático y nervioso? Esto parece ser la definición de alguien que baila mal, lo único que falta es la parte en la que pisamos los pies de otras personas o no vamos al ritmo. Esto se llama miedo, miedo a dejarse llevar, miedo a quedar como un tonto, cosas que me invento en mi cabeza. La verdad es que soy un bailarín natural, un Michael Jackson cuando estoy solo, y en camino de convertirme en uno en público. Lo sé porque veo a otros haciéndolo, y sé que yo también puedo hacerlo.

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Con estas palabras en mente, y con un deseo cada vez mayor de ir a la pista de baile y bailar todas las canciones que pueda, decidí probar una clase de baile. Ni siquiera pensé en qué tipo de baile iba a probar. Dejé pasar el tiempo, y probé otras cosas como el dibujo, y entonces surgió la oportunidad. Un amigo mío, Daniel, también quería probar una clase, y me propuso ir al Regueirão dos Anjos 70, un lugar donde puedes encontrar un bar, conciertos, talleres, mercadillos, y también un lugar para bailar. El nombre del lugar es Espaço Baião.

Parecía que íbamos a intentar bailar forró. Después de investigar un poco en Internet, descubrí que el forró no es un tipo de música, sino una especie de fiesta donde se baila al ritmo de varios géneros musicales como Xote y Baião, de ahí el nombre del lugar donde se dan las clases.

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No tenía ni idea de qué tipo de estilo era, pero tampoco me importaba, sabía que sería divertido, ya que me obligaría a salir de mi zona de confort, y eso era precisamente lo que buscaba. El precio de una clase es de 5 euros, pero si vas en los días de puertas abiertas, podrás asistir a una clase de prueba gratuita. Puedes ver cuando son estos días en su página web.

Nada más entrar tenía un montón de espacio y había muchas parejas bailando y algunas chicas solas para bailar. Sentía que, incluso sin saber cómo bailar, tenía que intentarlo, y salir de mi caparazón inmediatamente. Pero no lo hice. Me quedé allí mirando. De repente, una chica vino hacia mí con el brazo extendido y la mano apuntándome. Y empezamos a bailar, pero enseguida se dio cuenta de que yo no sabía bailar y se fue. Apareció otra y empezó a bailar conmigo, pero esta quería enseñarme lo básico. Así que empecé a aprender los primeros pasos: 1, 2, 3 con los dos pies, que era lo básico, pero aún así me costaba aprender. Necesitaría toda la clase para aprender, pero al final lo hice.

En esta clase empecé con un grupo diferente, los que estaban eran principiantes, igual que yo, así que no estaba solo. Esto era bueno. Tuve la oportunidad de aprender lo básico sin tener que guiar a una pareja de baile.

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Al final me quedé sorprendido por todo lo que aprendí. La gente era muy amable, el lugar era muy acogedor, y decidí continuar aprendiendo a bailar y comprometerme a dejarme llevar por el ritmo de la música. Para participar en las clases posteriores tuve que pagar una cuota de 10 euros para ser socio del club, más 40 euros al mes por dos clases a la semana. Para los que solo quieren tener una clase por semana hay que pagar 35 euros, y para los que quieren tener tres clases por semana hay que pagar 45 euros por mes. El horario para los principiantes es muy bueno. Todas las clases empiezan entre las 19:30 y las 21:30 y duran una hora. Además, puedes participar en el baile libre media hora antes o después de las clases.

Después de tener clases durante un mes y medio solo puedo decir que he mejorado mucho, aunque sigo avanzando y todavía tengo un largo camino por recorrer. Sin embargo, no hay duda de que bailo más y sin vergüenza. Bailar con otras personas es muy divertido, sentir la música también, y conocer gente nueva y hacer nuevos amigos es increíble.

Además de las clases, también se organizan eventos en el club, como clases, talleres, fiestas y eventos benéficos. Los miércoles puedes ir al Titanic Sur Mer, en el Cais do Sodré, pagar 5 euros por la entrada, y luego participar en una clase de forró y bailar con músicos en vivo hasta las 02:00. He ido a algunos, y es una experiencia genial. Hay muchos más eventos de forró durante la semana, algunas semanas hay fiestas todos los días, pero es normal. También participé en un evento benéfico de recogida de comida y ropa para los sin techo y fue la mejor fiesta en la que he participado. Música en vivo, mucho espacio para bailar, mucha gente y un buen ambiente. Estos son solo algunos ejemplos de mis experiencias en el mundo del forró, algo que no conocía, pero que es enorme.

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Ven a Regueirão dos Anjos y pruébalo.

¡Gracias por leer mi publicación!

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